Familiares de Luis Camilo García Ramos, soldado vallenato que prestaba el servicio militar hace cuatro meses en el Batallón Especial Energético y Vial No.3 La Mata – Ayacucho, jurisdicción de La Gloria, Cesar, piden a las autoridades esclarecer la muerte del joven manifestando que hay muchas inconsistencias y varias versiones sobre el caso, por lo que no creen que se haya quitado la vida.  

“Mi hijo no se suicidó, yo lo conozco y sé que él no tenía la capacidad para quitarse la vida. Tenía tan poco tiempo prestando el servicio y ahora me lo entregan así sin ninguna respuesta”, dijo Nelvadys Ramos, madre del joven de 19 años que presuntamente se autoeliminó cerca de la 1:10 p. m. del viernes 29 de marzo cuando hacía su turno de guardia como centinela. 

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De acuerdo con la madre del joven, le avisaron del suceso a las 3:23 p. m. tiempo después de conocerse el lamentable hecho, acción que le genera dudas porque tampoco estuvieron presentes en el levantamiento del cadáver. 

En el momento de los hechos, Nelvadys se encontraba en Bogotá donde labora y aseguró recibir una llamada por un miembro del Ejército donde le preguntaron si estaba con alguien y al ella contestar que sí le dijeron que su hijo se había quitado la vida. “En el momento yo tiré el celular, quedé como inconsistente y no entendía las cosas”, reveló. 

Del mismo modo, Víctor Julio Escobar, tío de la víctima, dio a conocer que cuando el cadáver fue trasladado a la morgue de Chiriguaná, al llegar al lugar le pidieron detergentes y elementos químicos porque el cuerpo ya tenía mal olor, acción que le generó dudas por lo que comenzó a realizarle varias preguntas al forense. “Me dijo que la muerte había sido alrededor de las 8 a. m., que no se le presentaron pruebas ni se le llevó foto”, expresó, enfatizando en que “nada concuerda”. 

Además de ello, Escobar dijo que su sobrino tenía un teléfono y, al preguntar por él, la respuesta que recibieron fue que la víctima nunca tuvo móvil. No obstante, luego de reclamar les manifestaron que un día antes de presentarse los hechos, Luis Camilo había tenido una confrontación con sus compañeros porque se le perdió el teléfono y amenazó a sus compañeros con hacerles daño si no aparecía el mismo. 

También aseguró el tío del occiso que no les presentaron las pruebas de balística y al existir tantas versiones sienten que las cosas no concuerdan porque les dijeron que “a las 12 p. m. escucharon un tiro y salieron a acorralar el sitio”.  “La gente le ha perdido la credibilidad al Ejército por los falsos positivos”, señaló. 

La principal hipótesis de esta muerte obedece a que aproximadamente a las 12:40 p. m. fueron a llevarle el almuerzo a la víctima y al llegar al sitio notaron que el soldado no se encontraba, al notificar a los uniformados de alto mando, iniciaron la búsqueda del joven que fue encontrado alrededor de 200 metros del puesto de guardia, tirado en el suelo sin signos vitales con un impacto en el pecho.

Por último, esta familia pidió a la Fiscalía General de la Nación apoderarse del caso al señalar que el joven era muy querido y donde llegaba dejaba huellas y ellos necesitan tener una respuesta. 

El soldado fue sepultado la tarde del pasado 31 de marzo en el cementerio Jardines del Ecce Homo de Valledupar.