Recrea al lector, con una buena historia, una buena trama, con poéticas descripciones de nuestra geografía.
¿Existe el destino, nuestra vida está predeterminada?; o, por el contrario, existe el libre albedrío? ¿Tenemos libertad para actuar en la vida? Es un misterio. Ese es el tema de ‘La Maldición de los Artuz’, la novela de Ciro Quiroz. Abogado, investigador y escritor.
Lee también: Consuelo Araujonoguera, Ciro Alfonso Quiroz Otero y Tomás Darío Gutiérrez Hinojosa
Quiroz Otero, gran lector y también melómano, nos acaba de sorprender, a sus ochenta y un años, bien vividos, con una novela interesante, amena y agradable. Voy a hablar de la obra, pero muy poco, para no quitarle a sus posibles lectores, la agradable sorpresa de vivir una buena obra para saber cómo y en qué termina la historia.
Quiroz Otero, a quien todos sus amigos y paisanos conocemos como Ciro, se sale con la suya y cuenta una buena historia y de qué manera. Recrea al lector, con una buena historia, una buena trama, con poéticas descripciones de nuestra geografía agreste: los valles del Magdalena y el Cesar, con historias misteriosas e increíbles, con los rasgos de nuestra gente, hombres y mujeres.
Hay incesto, asesinatos, amores prohibidos, en una narración bien lograda que captura al lector y no lo suelta.
Es una novela corta, apenas supera las ciento setenta páginas, ocurre en los escenarios de varios de nuestros pueblos mágicos: el bello San Diego de Las Flores, la misteriosa Valencia de Jesús, el agreste San Antonio del Paso del Adelantado, principalmente, la egregia Valledupar, con sus paisajes, caminos y referencias a la Sierra Nevada de Santa Marta, como también a nuestras lagunas, sabanas y valles llenos de ganado cimarrón, que cimentaron nuestra cultura y fundamentaron nuestra alimentación terrígena.
Trabaja muy bien Quiroz Otero el tema religioso, de punta a punta, desde la simbología del milenario catolicismo, arraigado en nuestra cultura occidental, hasta la misteriosa simbología de las logias masónicas, tema del cual conoce como el que más en el país, teniendo en cuenta que ha estado dentro de la orden de ‘Los Hijos de la Viuda’ y fue hasta gran orador de La Gran Logia de Colombia.
No dejes de leer: ‘En la mira del conflicto’ en Buscalibre
Deja Ciro Quiroz un texto literario de una gran factura, de una caligrafía que nos llenará de orgullo a los Caribes, y ya en el otoño de su vida, hecho un abuelo pechichón, se descubre como buen escritor de ficción.
En efecto, este es su cuarto libro, luego de ‘Vallenato, hombre y Canto’, sobre nuestra música; ‘La Universidad Nacional en sus pasillos’, una historia con muchas anécdotas de su universidad, que para él es su vida; y ‘Sapiencia Popular’, una crítica al derecho, desde la cultura y la música popular.
Espero que me comprendan mis pacientes lectores de EL PILÓN, por no poder contarles más de la novela en sí. Pero, estoy seguro que, muy pronto, Simón Martínez Ubarnez, y Arnoldo ‘El Nono’ Mestre, cuentista insigne, lo harán.
Por lo pronto, ahí queda para las letras del Caribe y del país entero, esta obra: ‘La Maldición de los Artuz’, con la cual este libre-pensador nos sorprende gratamente, ya no por su manejo del ensayo, de su cátedra de derecho, principalmente del penal, sino por su capacidad para contar historias hasta armar una gran novela que, estoy seguro, será el deleite para muchos en estas vacaciones de mitad de año.
Maestro Ciro, sin falsa modestia, apreciado amigo, felicitaciones y muchas gracias por este aporte a nuestra cultura Caribe.
POR: CARLOS ALBERTO MAESTRE/ ESPECIAL PARA EL PILÓN.
Recrea al lector, con una buena historia, una buena trama, con poéticas descripciones de nuestra geografía.
¿Existe el destino, nuestra vida está predeterminada?; o, por el contrario, existe el libre albedrío? ¿Tenemos libertad para actuar en la vida? Es un misterio. Ese es el tema de ‘La Maldición de los Artuz’, la novela de Ciro Quiroz. Abogado, investigador y escritor.
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Quiroz Otero, gran lector y también melómano, nos acaba de sorprender, a sus ochenta y un años, bien vividos, con una novela interesante, amena y agradable. Voy a hablar de la obra, pero muy poco, para no quitarle a sus posibles lectores, la agradable sorpresa de vivir una buena obra para saber cómo y en qué termina la historia.
Quiroz Otero, a quien todos sus amigos y paisanos conocemos como Ciro, se sale con la suya y cuenta una buena historia y de qué manera. Recrea al lector, con una buena historia, una buena trama, con poéticas descripciones de nuestra geografía agreste: los valles del Magdalena y el Cesar, con historias misteriosas e increíbles, con los rasgos de nuestra gente, hombres y mujeres.
Hay incesto, asesinatos, amores prohibidos, en una narración bien lograda que captura al lector y no lo suelta.
Es una novela corta, apenas supera las ciento setenta páginas, ocurre en los escenarios de varios de nuestros pueblos mágicos: el bello San Diego de Las Flores, la misteriosa Valencia de Jesús, el agreste San Antonio del Paso del Adelantado, principalmente, la egregia Valledupar, con sus paisajes, caminos y referencias a la Sierra Nevada de Santa Marta, como también a nuestras lagunas, sabanas y valles llenos de ganado cimarrón, que cimentaron nuestra cultura y fundamentaron nuestra alimentación terrígena.
Trabaja muy bien Quiroz Otero el tema religioso, de punta a punta, desde la simbología del milenario catolicismo, arraigado en nuestra cultura occidental, hasta la misteriosa simbología de las logias masónicas, tema del cual conoce como el que más en el país, teniendo en cuenta que ha estado dentro de la orden de ‘Los Hijos de la Viuda’ y fue hasta gran orador de La Gran Logia de Colombia.
No dejes de leer: ‘En la mira del conflicto’ en Buscalibre
Deja Ciro Quiroz un texto literario de una gran factura, de una caligrafía que nos llenará de orgullo a los Caribes, y ya en el otoño de su vida, hecho un abuelo pechichón, se descubre como buen escritor de ficción.
En efecto, este es su cuarto libro, luego de ‘Vallenato, hombre y Canto’, sobre nuestra música; ‘La Universidad Nacional en sus pasillos’, una historia con muchas anécdotas de su universidad, que para él es su vida; y ‘Sapiencia Popular’, una crítica al derecho, desde la cultura y la música popular.
Espero que me comprendan mis pacientes lectores de EL PILÓN, por no poder contarles más de la novela en sí. Pero, estoy seguro que, muy pronto, Simón Martínez Ubarnez, y Arnoldo ‘El Nono’ Mestre, cuentista insigne, lo harán.
Por lo pronto, ahí queda para las letras del Caribe y del país entero, esta obra: ‘La Maldición de los Artuz’, con la cual este libre-pensador nos sorprende gratamente, ya no por su manejo del ensayo, de su cátedra de derecho, principalmente del penal, sino por su capacidad para contar historias hasta armar una gran novela que, estoy seguro, será el deleite para muchos en estas vacaciones de mitad de año.
Maestro Ciro, sin falsa modestia, apreciado amigo, felicitaciones y muchas gracias por este aporte a nuestra cultura Caribe.
POR: CARLOS ALBERTO MAESTRE/ ESPECIAL PARA EL PILÓN.