A pocas horas de realizarse la primera vuelta de las elecciones presidenciales, para escoger a quien gobernará a Colombia entre 2022 y 2026, resulta increíble que millones de personas aún no sepan por quien votar. Así se puede comprobar cuando se verifica quienes responden con un No Sabe, No responde, en las últimas encuestas realizadas y publicadas.
A pocas horas de realizarse la primera vuelta de las elecciones presidenciales, para escoger a quien gobernará a Colombia entre 2022 y 2026, resulta increíble que millones de personas aún no sepan por quien votar. Así se puede comprobar cuando se verifica quienes responden con un No Sabe, No responde, en las últimas encuestas realizadas y publicadas.
Esa situación demuestra que una buena parte de la población vota sin saber, a fondo, por quién está votando. Toman esta decisión en la última semana o a última hora. Esto sin contar la alta abstención que se estima, nuevamente, podría estar en el 50 o 45 por ciento del Censo Electoral, estimado en 39 millones de posibles votantes. Un tema para otro comentario editorial.
La Constitución Política de Colombia, en su Artículo 258, define el voto como un derecho, pero también como un deber. Indudablemente es un derecho de la mayor importancia en la conservación de esta democracia participativa, que deseamos construir. No obstante, queremos destacar, desde esta casa editorial que tiene entre sus políticas el fomento de esa democracia, su aspecto como deber y las grandes responsabilidades que eso implica para el ciudadano.
Como ciudadanos, todos, hombres y mujeres, tenemos el deber de votar de manera informada, reflexiva y responsable. Y eso implica informarnos bien sobre los candidatos, sus hojas de vida, sus propuestas, su trayectoria y sus equipos de trabajo. No se trata de marcar por un nombre, o por un apodo o un logo, de manera simple y mecánica.
No. Es mucho, pero mucho más que eso. El próximo domingo, 29 de mayo, Colombia debe elegir, en primera vuelta, a quien podría gobernar el país. Y esa persona, tendrá mucho poder, tal como lo establece nuestra Constitución Política. Ese ciudadano, o ciudadana, que de no obtener la mitad más uno del total de votos válidos, podrá participar en una segunda vuelta que se realizará el domingo 19 de junio.
Quien resulte elegido, tendrá mucho poder en esos próximos cuatro años, en el manejo de la economía, la seguridad, la política social, las relaciones internacionales, el medio ambiente, la cultura y el deporte, entre muchos otros temas. Será el comandante de las Fuerzas Militares y de Policía, será jefe de gobierno y jefe de Estado y máxima autoridad administrativa de la Nación. Es de esa trascendencia la importancia de nuestro voto.
Y de allí la gran importancia que tiene, de votar a conciencia, de no vender el voto, de votar libre, individualmente, íntimamente, sin ningún tipo de presión. Es la única oportunidad que tenemos, cada cuatro años, de incidir en los destinos de la Nación.
La pregunta para nuestros lectores es ¿nos hemos informado bien?, hemos estudiado y analizado lo que dicen y piensan los distintos candidatos y candidatas a la Presidencia y a la Vicepresidencia. ¿Hemos indagado sobre quiénes son? ¿Cuál es su hoja de vida, su formación, su trayectoria, sus propuestas?
Como ciudadanos tenemos el deber de informarnos antes de votar. Estudiar bien las propuestas, la hoja de vida, la trayectoria de quienes aspiran reemplazar al presidente Iván Duque Márquez.
Colombia tiene un sistema democrático, con imperfecciones, claro que sí, no es un sistema perfecto, pero tenemos la oportunidad de participar, cada cuatro años, en esa decisión.
Desde EL PILÓN, como casa editorial de esta zona de la Costa Caribe, hemos tratado de informar, analizar y comentar las distintas propuestas de los candidatos, para que nuestros lectores tomen la mejor decisión y voten de manera responsable, bien informada y reflexiva. Votar así sea en blanco, si no está de acuerdo con los nombres en contienda. Pero votar. Cada voto cuenta, es nuestra opinión y ella es vital para esta democracia que queremos conservar y mejorar.
A pocas horas de realizarse la primera vuelta de las elecciones presidenciales, para escoger a quien gobernará a Colombia entre 2022 y 2026, resulta increíble que millones de personas aún no sepan por quien votar. Así se puede comprobar cuando se verifica quienes responden con un No Sabe, No responde, en las últimas encuestas realizadas y publicadas.
A pocas horas de realizarse la primera vuelta de las elecciones presidenciales, para escoger a quien gobernará a Colombia entre 2022 y 2026, resulta increíble que millones de personas aún no sepan por quien votar. Así se puede comprobar cuando se verifica quienes responden con un No Sabe, No responde, en las últimas encuestas realizadas y publicadas.
Esa situación demuestra que una buena parte de la población vota sin saber, a fondo, por quién está votando. Toman esta decisión en la última semana o a última hora. Esto sin contar la alta abstención que se estima, nuevamente, podría estar en el 50 o 45 por ciento del Censo Electoral, estimado en 39 millones de posibles votantes. Un tema para otro comentario editorial.
La Constitución Política de Colombia, en su Artículo 258, define el voto como un derecho, pero también como un deber. Indudablemente es un derecho de la mayor importancia en la conservación de esta democracia participativa, que deseamos construir. No obstante, queremos destacar, desde esta casa editorial que tiene entre sus políticas el fomento de esa democracia, su aspecto como deber y las grandes responsabilidades que eso implica para el ciudadano.
Como ciudadanos, todos, hombres y mujeres, tenemos el deber de votar de manera informada, reflexiva y responsable. Y eso implica informarnos bien sobre los candidatos, sus hojas de vida, sus propuestas, su trayectoria y sus equipos de trabajo. No se trata de marcar por un nombre, o por un apodo o un logo, de manera simple y mecánica.
No. Es mucho, pero mucho más que eso. El próximo domingo, 29 de mayo, Colombia debe elegir, en primera vuelta, a quien podría gobernar el país. Y esa persona, tendrá mucho poder, tal como lo establece nuestra Constitución Política. Ese ciudadano, o ciudadana, que de no obtener la mitad más uno del total de votos válidos, podrá participar en una segunda vuelta que se realizará el domingo 19 de junio.
Quien resulte elegido, tendrá mucho poder en esos próximos cuatro años, en el manejo de la economía, la seguridad, la política social, las relaciones internacionales, el medio ambiente, la cultura y el deporte, entre muchos otros temas. Será el comandante de las Fuerzas Militares y de Policía, será jefe de gobierno y jefe de Estado y máxima autoridad administrativa de la Nación. Es de esa trascendencia la importancia de nuestro voto.
Y de allí la gran importancia que tiene, de votar a conciencia, de no vender el voto, de votar libre, individualmente, íntimamente, sin ningún tipo de presión. Es la única oportunidad que tenemos, cada cuatro años, de incidir en los destinos de la Nación.
La pregunta para nuestros lectores es ¿nos hemos informado bien?, hemos estudiado y analizado lo que dicen y piensan los distintos candidatos y candidatas a la Presidencia y a la Vicepresidencia. ¿Hemos indagado sobre quiénes son? ¿Cuál es su hoja de vida, su formación, su trayectoria, sus propuestas?
Como ciudadanos tenemos el deber de informarnos antes de votar. Estudiar bien las propuestas, la hoja de vida, la trayectoria de quienes aspiran reemplazar al presidente Iván Duque Márquez.
Colombia tiene un sistema democrático, con imperfecciones, claro que sí, no es un sistema perfecto, pero tenemos la oportunidad de participar, cada cuatro años, en esa decisión.
Desde EL PILÓN, como casa editorial de esta zona de la Costa Caribe, hemos tratado de informar, analizar y comentar las distintas propuestas de los candidatos, para que nuestros lectores tomen la mejor decisión y voten de manera responsable, bien informada y reflexiva. Votar así sea en blanco, si no está de acuerdo con los nombres en contienda. Pero votar. Cada voto cuenta, es nuestra opinión y ella es vital para esta democracia que queremos conservar y mejorar.