En su último informe, el Dane publicó cifras sobre la pobreza monetaria en el país durante el 2020, el año de la pandemia. Como se esperaba las cifras son desalentadoras.  El año pasado, el 42,5 % de los colombianos se encontraba en condición de pobreza monetaria, lo cual representa un aumento de 6,8 puntos porcentuales (p.p.) frente a 2019, cuando fue de 35,7 %. 

En el Cesar la tasa fue mayor. Según el Dane, el 58,3 % de los cesarenses vivía en pobreza monetaria en el 2020. En el 2019, la tasa de pobreza era de 51,7 %. ¿Qué significa esto? Que más de 635.914 cesarenses vivían con menos de $331.688, la línea de pobreza monetaria per cápita nacional, la cual es el valor que necesita una persona al mes para adquirir una canasta básica de alimentos,  servicios y otros bienes mínimos para vivir. En el caso de un hogar de cuatro personas se consideraba pobre si los ingresos de todos eran menores a $1.326.752. 

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Por regiones, de los 5 departamentos con mayor pobreza, 4 eran del Caribe. En el deshonroso primer lugar aparece La Guajira con una tasa de pobreza monetaria de 66,3 %; en segundo lugar está Quibdó (64,6 %). Los otros tres departamentos que completan el top 5 son del Caribe: Magdalena (59,8 %), Córdoba (59,4 %) y Cesar (58,3 %). Incluso, de nuestra región el único que no está por encima del promedio nacional (42,5 %) es Atlántico (40,2 %).

 En todos estos departamentos creció el número  de pobres. Una tragedia. En el caso del Cesar, el Dane calcula que 79.129 personas cayeron en esa situación. A nivel nacional, un total de 21,0 millones de personas se encontraban en situación de pobreza monetaria en 2020, frente a las 17,5 millones presentadas en 2019. Esto es una diferencia de 3,5 millones de personas que ingresaron a la pobreza monetaria. 

Sin embargo, la cifra que comprueba el fracaso de las políticas en contra del hambre en el departamento es que el Cesar es el tercero con mayor pobreza monetaria extrema del país. El 24,8 % de nuestra población vive en la pobreza extrema, más o menos son 270.806 personas que no cuentan con recursos suficientes ni para alimentarse ni dormir bajo un techo digno. 

LA CAPITAL

Al igual que en el departamento y en todo el país, en Valledupar  aumentó el número de pobres. Del 40,8 % del 2019, pasamos a una tasa de pobreza de 53,3 % en 2020. Un incremento histórico de 12,5 %. Por ese porcentaje, Valledupar es la quinta ciudad con mayor pobreza del país  y la tercera del Caribe, detrás de Riohacha (57,1 %) y Santa Marta (55,1 %). En números ‘castizos’  estos porcentajes significan que 230.835 vallenatos padecen la tragedia de la pobreza monetaria. Según el Dane, son personas que viven  con menos de $332.030 mensuales, la línea de la pobreza. 

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Suponiendo que el primer culpable de todo fue el virus, podría decirse que la pandemia llevó a 58.172 vallenatos a la pobreza. Este aumento se dio, principalmente, por el aumento de la tasa de desempleo. Así lo concluyó la entidad nacional: las ciudades con mayores aumentos de la incidencia de la pobreza fueron aquellas donde más se contrajo la ocupación. 

Aún más preocupante es la pobreza extrema, la cual condena a la indigencia  y el hambre al 19,4 % de la población vallenata. Una cifra preocupante y que habla de la crisis socioeconómica que atraviesa la ciudad. En palabras rusticas, la entidad habla que más o menos 84.022 habitantes de Valledupar están pasando hambre y no cuentan con un techo digno ni los servicios necesarios para vivir bien.  

Al igual que el covid-19, la pobreza, por todas sus consecuencias, hambre, inseguridad, enfermedades, es una pandemia que afecta a miles de personas en el Cesar. Urge trabajar por erradicarla  o al menos disminuir la tasa de pobres en el departamento.