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Educacion - 20 abril, 2021

Cuando mamá y papá no saben leer ni escribir…Situación que viven estudiantes rurales

Instituciones educativas y familias rurales se han enfrentado a los retos de la nueva normalidad. La falta de recursos tecnológicos, las fallas en la conectividad, los conflictos familiares y la poca o escasa educación de los padres son el factor común para la deserción escolar.

1.	La deserción escolar en las zonas rurales se ha incrementado en tiempos de pandemia.

FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ.
1. La deserción escolar en las zonas rurales se ha incrementado en tiempos de pandemia. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ.

Por la pandemia todos los niveles de educación en el país se han visto golpeados por el traslado a la virtualidad. Instituciones privadas y públicas, urbanas y rurales, se han visto obligadas a continuar sus funciones por medio de plataformas digitales en un país con una baja penetración digital. Según las cifras que publicó el Dane en 2020, solo el 35,7 % de la población del departamento tiene acceso a internet.

Sin embargo, la virtualidad ha resultado ser la actividad que han tenido que asumir los profesores y padres de familia. A su vez, también ha representado un reto para directivos y administrativos de diversas instituciones que han debido adecuarse a esta nueva forma de educar.

La pandemia ha puesto de relieve la desigualdad entre los estudiantes rurales y urbanos en el sistema educativo. En este caso, las condiciones económicas y la dispersión geográfica son factores asociados que agudizan la situación y pone en evidencia el alto riesgo de deserción escolar al que se enfrentan hoy las instituciones educativas rurales.

“La cifra de deserción del sector oficial en 2020 en Valledupar es de 1,3 %, lo que representa 1.107 estudiantes aproximadamente”, aseguró Iván Bolaños Baute, secretario de Educación del municipio. Lo que significa que a estos estudiantes se les perdió el rastro, puesto que no aparecen en las clases virtuales ni sus padres volvieron a recoger las guías académicas que los docentes preparaban.

Hay estudiantes que cuentan con padres con poca formación académica, lo cual es un factor influyente en la deserción. FOTO: REFERENCIA.

UNA MIRADA A LAS ZONAS RURALES

Caracolí, Los Venados, El Perro, Guaymaral, entre otros, son algunos de los corregimientos que rodean Valledupar, en donde los docentes trabajan por medio de guías que van acorde al nivel educativo de los estudiantes para que así estos puedan continuar con su formación escolar, las cuales después de resueltas deben ser enviadas a los académicos.

Sin embargo, en las zonas rurales la conectividad es deficiente, lo que dificulta aún más el proceso de aprendizaje. Sostener la educación a distancia entre quienes no tienen acceso a dispositivos móviles y, que muchas veces cuentan con un solo celular para toda la familia resulta realmente complejo, adicional tienen escasa o inexistente señal de Internet. O en el peor de los casos no cuentan con ningún medio electrónico.

Tengo que recargar el celular cada ocho días, a parte tengo tres hijas en diferentes cursos académicos, lo cual resulta complicado”, expresó Heidy Martínez, madre de familia.

Muchos estudiantes no están realizando las actividades, algunos porque no quieren, otros porque viven en zonas apartadas, y por ende, no tienen buena conectividad y otros porque simplemente los padres no los ayudan”, puntualizó Edelvis Martínez, docente de la institución.

Sin embargo, Elder Olivella, coordinador de la sede principal de la Institución Educativa Luis Rodríguez Valera, situada en Los Venados, aseguró que los docentes son ´flexibles´ al momento de recibir las actividades de los estudiantes que desean continuar su ciclo escolar.

Pero hay que añadir que los estudiantes reciben sus guías, pero no van acompañadas de alguna explicación, lo que les resulta complicado, aun cuando los docentes tratan de hacer menos complejos los temas. No obstante, los alumnos aseguran que se sienten desmotivados por esta forma de estudio.

Nos toca transcribir esas guías a los cuadernos, vemos más de 10 asignaturas y nos envían trabajos semanales, eso nos cansa y nos desmotiva porque no estamos aprendiendo nada”, expresó un estudiante de séptimo grado, quien prefiere no decir su nombre para evitar inconvenientes con los docentes.

¿Y SI LOS PAPÁS NO SABEN LEER NI ESCRIBIR?

Mucho se habla de la falta de conectividad o equipos para las clases virtuales, pero, ¿Qué pasa con los estudiantes que tienen padres analfabetas?

El cierre de las aulas de clase como medio de prevención de contagio ha conllevado a que las niñas, niños y adolescentes deban acceder a la educación virtual, en muchas ocasiones con la necesidad del acompañamiento de padres, madres o cuidadores.

Por lo que otra de las dificultades que influye en las cifras de deserción es la poca o nula preparación de algunos padres de familia, lo que implica serios retos económicos y sociales, ya que estos no siempre cuentan con el tiempo ni las competencias necesarias para acompañar dicha escolarización.

Muchos niños en la zona han desertado por la forma de estudio porque no es la más viable para el aprendizaje de ellos”, dijo Kelly Quintero, docente en el corregimiento Caracolí. “Aquí hay bastantes personas que son analfabetas, que no saben nada y eso le afecta a los niños porque no tienen cómo ayudarles a hacer sus tareas. En ocasiones tienen que pagar un refuerzo para que los ayude, eso sí, quienes tengan la posibilidad económica”, agregó.

Los padres de familia en ocasiones deben acudir a vecinos o familiares para que estos ayuden y orienten a sus hijos en los trabajos escolares debido a que su escasa preparación educativa les impide hacerlo.

No es fácil, pero los docentes estamos haciendo un gran trabajo en estos momentos de pandemia, dando lo mejor de sí para que el proceso enseñanza -aprendizaje salga adelante” concluyó Hernán Cortés, coordinador de la institución en la sede Caracolí.

A LA ESPERA

Sin duda alguna el sector rural es el más afectado en este momento, dado que aunque se especule sobre el éxito del cubrimiento tecnológico (tablet´s otorgadas por la administración municipal) para los estudiantes de zonas de difícil acceso, lo cierto es que, se entregó un dispositivo por cada cierta cantidad de estudiantes. Por lo que la comunidad afirma es necesario que el gobierno adopte medidas que de verdad les llegue a las familias para evitar que los estudiantes sigan abandonando los estudios.

KETTY GUTIÉRREZ/EL PILÓN
[email protected]

Educacion
20 abril, 2021

Cuando mamá y papá no saben leer ni escribir…Situación que viven estudiantes rurales

Instituciones educativas y familias rurales se han enfrentado a los retos de la nueva normalidad. La falta de recursos tecnológicos, las fallas en la conectividad, los conflictos familiares y la poca o escasa educación de los padres son el factor común para la deserción escolar.


1.	La deserción escolar en las zonas rurales se ha incrementado en tiempos de pandemia.

FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ.
1. La deserción escolar en las zonas rurales se ha incrementado en tiempos de pandemia. FOTO: JOAQUÍN RAMÍREZ.

Por la pandemia todos los niveles de educación en el país se han visto golpeados por el traslado a la virtualidad. Instituciones privadas y públicas, urbanas y rurales, se han visto obligadas a continuar sus funciones por medio de plataformas digitales en un país con una baja penetración digital. Según las cifras que publicó el Dane en 2020, solo el 35,7 % de la población del departamento tiene acceso a internet.

Sin embargo, la virtualidad ha resultado ser la actividad que han tenido que asumir los profesores y padres de familia. A su vez, también ha representado un reto para directivos y administrativos de diversas instituciones que han debido adecuarse a esta nueva forma de educar.

La pandemia ha puesto de relieve la desigualdad entre los estudiantes rurales y urbanos en el sistema educativo. En este caso, las condiciones económicas y la dispersión geográfica son factores asociados que agudizan la situación y pone en evidencia el alto riesgo de deserción escolar al que se enfrentan hoy las instituciones educativas rurales.

“La cifra de deserción del sector oficial en 2020 en Valledupar es de 1,3 %, lo que representa 1.107 estudiantes aproximadamente”, aseguró Iván Bolaños Baute, secretario de Educación del municipio. Lo que significa que a estos estudiantes se les perdió el rastro, puesto que no aparecen en las clases virtuales ni sus padres volvieron a recoger las guías académicas que los docentes preparaban.

Hay estudiantes que cuentan con padres con poca formación académica, lo cual es un factor influyente en la deserción. FOTO: REFERENCIA.

UNA MIRADA A LAS ZONAS RURALES

Caracolí, Los Venados, El Perro, Guaymaral, entre otros, son algunos de los corregimientos que rodean Valledupar, en donde los docentes trabajan por medio de guías que van acorde al nivel educativo de los estudiantes para que así estos puedan continuar con su formación escolar, las cuales después de resueltas deben ser enviadas a los académicos.

Sin embargo, en las zonas rurales la conectividad es deficiente, lo que dificulta aún más el proceso de aprendizaje. Sostener la educación a distancia entre quienes no tienen acceso a dispositivos móviles y, que muchas veces cuentan con un solo celular para toda la familia resulta realmente complejo, adicional tienen escasa o inexistente señal de Internet. O en el peor de los casos no cuentan con ningún medio electrónico.

Tengo que recargar el celular cada ocho días, a parte tengo tres hijas en diferentes cursos académicos, lo cual resulta complicado”, expresó Heidy Martínez, madre de familia.

Muchos estudiantes no están realizando las actividades, algunos porque no quieren, otros porque viven en zonas apartadas, y por ende, no tienen buena conectividad y otros porque simplemente los padres no los ayudan”, puntualizó Edelvis Martínez, docente de la institución.

Sin embargo, Elder Olivella, coordinador de la sede principal de la Institución Educativa Luis Rodríguez Valera, situada en Los Venados, aseguró que los docentes son ´flexibles´ al momento de recibir las actividades de los estudiantes que desean continuar su ciclo escolar.

Pero hay que añadir que los estudiantes reciben sus guías, pero no van acompañadas de alguna explicación, lo que les resulta complicado, aun cuando los docentes tratan de hacer menos complejos los temas. No obstante, los alumnos aseguran que se sienten desmotivados por esta forma de estudio.

Nos toca transcribir esas guías a los cuadernos, vemos más de 10 asignaturas y nos envían trabajos semanales, eso nos cansa y nos desmotiva porque no estamos aprendiendo nada”, expresó un estudiante de séptimo grado, quien prefiere no decir su nombre para evitar inconvenientes con los docentes.

¿Y SI LOS PAPÁS NO SABEN LEER NI ESCRIBIR?

Mucho se habla de la falta de conectividad o equipos para las clases virtuales, pero, ¿Qué pasa con los estudiantes que tienen padres analfabetas?

El cierre de las aulas de clase como medio de prevención de contagio ha conllevado a que las niñas, niños y adolescentes deban acceder a la educación virtual, en muchas ocasiones con la necesidad del acompañamiento de padres, madres o cuidadores.

Por lo que otra de las dificultades que influye en las cifras de deserción es la poca o nula preparación de algunos padres de familia, lo que implica serios retos económicos y sociales, ya que estos no siempre cuentan con el tiempo ni las competencias necesarias para acompañar dicha escolarización.

Muchos niños en la zona han desertado por la forma de estudio porque no es la más viable para el aprendizaje de ellos”, dijo Kelly Quintero, docente en el corregimiento Caracolí. “Aquí hay bastantes personas que son analfabetas, que no saben nada y eso le afecta a los niños porque no tienen cómo ayudarles a hacer sus tareas. En ocasiones tienen que pagar un refuerzo para que los ayude, eso sí, quienes tengan la posibilidad económica”, agregó.

Los padres de familia en ocasiones deben acudir a vecinos o familiares para que estos ayuden y orienten a sus hijos en los trabajos escolares debido a que su escasa preparación educativa les impide hacerlo.

No es fácil, pero los docentes estamos haciendo un gran trabajo en estos momentos de pandemia, dando lo mejor de sí para que el proceso enseñanza -aprendizaje salga adelante” concluyó Hernán Cortés, coordinador de la institución en la sede Caracolí.

A LA ESPERA

Sin duda alguna el sector rural es el más afectado en este momento, dado que aunque se especule sobre el éxito del cubrimiento tecnológico (tablet´s otorgadas por la administración municipal) para los estudiantes de zonas de difícil acceso, lo cierto es que, se entregó un dispositivo por cada cierta cantidad de estudiantes. Por lo que la comunidad afirma es necesario que el gobierno adopte medidas que de verdad les llegue a las familias para evitar que los estudiantes sigan abandonando los estudios.

KETTY GUTIÉRREZ/EL PILÓN
[email protected]