Añadieron que con el inicio de la pesca se ha activado nuevamente la economía en el puerto de Saloa, ya que diariamente están llegando compradores de otros municipios como Pailitas, Curumaní, Tamalameque y El Paso.
Hasta cuatro arrobas de pescado bocachico están sacando de la ciénaga de Zapatosa los pescadores del corregimiento de Saloa, perteneciente al municipio de Chimichagua, desde la semana pasada cuando empezó a cesar la temporada de lluvias, dando paso al verano y a las brisas, lo que ha permitido que el taponamiento de la tarulla sobre este afluente esté siendo arrastrado hacia el río Magdalena. “Ya estamos llevando el sustento a nuestros hogares”, dijo uno de los pescadores.
Sin embargo, reconocen que aún quedan zonas en las que hay taponamiento. “Primeramente no podíamos pescar por la situación de la pandemia. Desde ese momento nuestra condición fue crítica. Luego llegó la tarulla y las cosas empeoraron, porque nosotros vivimos de la pesca y la ciénaga es nuestra principal y prácticamente única fuente de empleo. Que estuviera en malas condiciones empeoraba todo. Pero el taponamiento de la tarulla disminuyó un poco porque la naturaleza se encarga de alejarlo”, refirió José Benito Peña, pescador de Saloa.
Añadió que con el inicio de la pesca se ha activado nuevamente la economía en el puerto de Saloa, ya que diariamente están llegando compradores de otros municipios como Pailitas, Curumaní, Tamalameque y El Paso.
“Un pescador está llegando hasta con cuatro arrobas de pescado y cada una equivale entre 13 a 15 kilos de bocachico, y eso ya es ganancia”, puntualizó José Benito Peña.
Igualmente se conoció que desde hoy a través de la Gobernación del Cesar se iniciará una jornada de limpieza en el complejo cenagoso con jurisdicción en los municipios de Chimichagua, Chiriguaná y Tamalameque. Los trabajos arrancarán con 25 pescadores de Saloa bajo la supervisión de ingenieros ambientales de la administración municipal.
Añadieron que con el inicio de la pesca se ha activado nuevamente la economía en el puerto de Saloa, ya que diariamente están llegando compradores de otros municipios como Pailitas, Curumaní, Tamalameque y El Paso.
Hasta cuatro arrobas de pescado bocachico están sacando de la ciénaga de Zapatosa los pescadores del corregimiento de Saloa, perteneciente al municipio de Chimichagua, desde la semana pasada cuando empezó a cesar la temporada de lluvias, dando paso al verano y a las brisas, lo que ha permitido que el taponamiento de la tarulla sobre este afluente esté siendo arrastrado hacia el río Magdalena. “Ya estamos llevando el sustento a nuestros hogares”, dijo uno de los pescadores.
Sin embargo, reconocen que aún quedan zonas en las que hay taponamiento. “Primeramente no podíamos pescar por la situación de la pandemia. Desde ese momento nuestra condición fue crítica. Luego llegó la tarulla y las cosas empeoraron, porque nosotros vivimos de la pesca y la ciénaga es nuestra principal y prácticamente única fuente de empleo. Que estuviera en malas condiciones empeoraba todo. Pero el taponamiento de la tarulla disminuyó un poco porque la naturaleza se encarga de alejarlo”, refirió José Benito Peña, pescador de Saloa.
Añadió que con el inicio de la pesca se ha activado nuevamente la economía en el puerto de Saloa, ya que diariamente están llegando compradores de otros municipios como Pailitas, Curumaní, Tamalameque y El Paso.
“Un pescador está llegando hasta con cuatro arrobas de pescado y cada una equivale entre 13 a 15 kilos de bocachico, y eso ya es ganancia”, puntualizó José Benito Peña.
Igualmente se conoció que desde hoy a través de la Gobernación del Cesar se iniciará una jornada de limpieza en el complejo cenagoso con jurisdicción en los municipios de Chimichagua, Chiriguaná y Tamalameque. Los trabajos arrancarán con 25 pescadores de Saloa bajo la supervisión de ingenieros ambientales de la administración municipal.