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Columnista - 19 septiembre, 2019

Los recursos naturales como un activo económico (Parte II)

El continuar con este tema expresado en la columna pasada, el sistema de recursos naturales y ambientales se caracteriza por ser escaso por tener una compensación entre los flujos de bienes y servicios que provee, y por tener un costo de oportunidad por el uso de estos recursos. Freeman (1993) puntualiza que el valor económico […]

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El continuar con este tema expresado en la columna pasada, el sistema de recursos naturales y ambientales se caracteriza por ser escaso por tener una compensación entre los flujos de bienes y servicios que provee, y por tener un costo de oportunidad por el uso de estos recursos.

Freeman (1993) puntualiza que el valor económico de un sistema de recursos naturales y ambientales, considerado como un activo, equivale a la sumatoria del valor presente descontado de todos los bienes y servicios que provee. De esto se desprende que cualquier política pública tendiente a incrementar el flujo de un servicio, incrementará el valor presente de este.

Por otro lado, también se puede presentar el caso de que una acción o política también pueda tener costos expresados en términos de la disminución del valor presente de otros servicios. Similarmente, los daños causados por la contaminación y otras formas de intervención humana sobre los recursos naturales y ambientales pueden generar reducciones en el valor de los flujos de bienes y servicios provistos a la sociedad.

Los beneficios y costos económicos derivados de los cambios de los flujos de los bienes y servicios, tienen su contra parte en los cambio en el valor de los recursos naturales y ambientales los cuales son considerados como un activo desde el punto de vista económico.

Al nosotros seguir, los fundamentos de la teoría neoclásica del bienestar se supone que los individuos en una sociedad, toman las mejores decisiones en cada situación. El bienestar de los individuos no solamente depende del consumo de bienes y servicios privados, y de los producidos por el sector privado y el Gobierno, sino también de cantidades y calidades de flujos de bienes y servicios no mercadeables provistos por el sistema de recursos naturales y ambientales.

Por consiguiente, cualquier cambio en la base de recursos naturales y ambientales, traerá consigo un cambio en el bienestar de los individuos. Esta será una medida del valor del cambio en el recurso.

Este enfoque de valoración económica también incluye la posibilidad de que los individuos asignen un valor a la supervivencia de algunas especies sin tener en cuenta el uso por parte de otras personas diferentes a ellos. Sino más bien, basado en motivos de tipo altruistas, éticos y morales.

Esta forma de valor económico, es comúnmente conocida con el nombre de valor de no uso o valor de existencia, totalmente establecida y fundamentada en la teoría de valoración económica ambiental. Todo esto tiene mucho para decir y explicar pero se nos hace largo, y nos limita el espacio.

Columnista
19 septiembre, 2019

Los recursos naturales como un activo económico (Parte II)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

El continuar con este tema expresado en la columna pasada, el sistema de recursos naturales y ambientales se caracteriza por ser escaso por tener una compensación entre los flujos de bienes y servicios que provee, y por tener un costo de oportunidad por el uso de estos recursos. Freeman (1993) puntualiza que el valor económico […]


El continuar con este tema expresado en la columna pasada, el sistema de recursos naturales y ambientales se caracteriza por ser escaso por tener una compensación entre los flujos de bienes y servicios que provee, y por tener un costo de oportunidad por el uso de estos recursos.

Freeman (1993) puntualiza que el valor económico de un sistema de recursos naturales y ambientales, considerado como un activo, equivale a la sumatoria del valor presente descontado de todos los bienes y servicios que provee. De esto se desprende que cualquier política pública tendiente a incrementar el flujo de un servicio, incrementará el valor presente de este.

Por otro lado, también se puede presentar el caso de que una acción o política también pueda tener costos expresados en términos de la disminución del valor presente de otros servicios. Similarmente, los daños causados por la contaminación y otras formas de intervención humana sobre los recursos naturales y ambientales pueden generar reducciones en el valor de los flujos de bienes y servicios provistos a la sociedad.

Los beneficios y costos económicos derivados de los cambios de los flujos de los bienes y servicios, tienen su contra parte en los cambio en el valor de los recursos naturales y ambientales los cuales son considerados como un activo desde el punto de vista económico.

Al nosotros seguir, los fundamentos de la teoría neoclásica del bienestar se supone que los individuos en una sociedad, toman las mejores decisiones en cada situación. El bienestar de los individuos no solamente depende del consumo de bienes y servicios privados, y de los producidos por el sector privado y el Gobierno, sino también de cantidades y calidades de flujos de bienes y servicios no mercadeables provistos por el sistema de recursos naturales y ambientales.

Por consiguiente, cualquier cambio en la base de recursos naturales y ambientales, traerá consigo un cambio en el bienestar de los individuos. Esta será una medida del valor del cambio en el recurso.

Este enfoque de valoración económica también incluye la posibilidad de que los individuos asignen un valor a la supervivencia de algunas especies sin tener en cuenta el uso por parte de otras personas diferentes a ellos. Sino más bien, basado en motivos de tipo altruistas, éticos y morales.

Esta forma de valor económico, es comúnmente conocida con el nombre de valor de no uso o valor de existencia, totalmente establecida y fundamentada en la teoría de valoración económica ambiental. Todo esto tiene mucho para decir y explicar pero se nos hace largo, y nos limita el espacio.