El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) emitió una alerta ante la amenaza del caracol gigante africano en los diferentes sistemas productivos agrícolas del país.
El ICA informó que mediante brigadas de control adelantadas por el Institueto y otras entidades como las corporaciones regionales y las secretarías de salud en diferentes zonas del país se ha detectado la presencia de este caracol en cultivos de traspatio de café, palma y plátano, situación que pone en evidencia que esta plaga se constituye en una amenaza para los cultivos comerciales.
Este tipo de caracol puede comprometer la producción agrícola en el territorio Colombiano tanto a nivel comercial como de autoconsumo por su naturaleza de alimentarse de diferentes especies vegetales y materiales en descomposición. Así lo explicó el Subgerente de Protección Vegetal del ICA.
Aunque en Valledupar se detectó la presencia de algunos de estos animales, el ICA, informó que manera conjunta con autoridades ambientales, viene realizando brigadas de vigilancia y control en departamentos como Caldas, Quindío, Antioquia, Tolima, Arauca, Atlántico, Boyacá, Caquetá, Córdoba y Cundinamarca.
Además de ser un riesgo para los cultivos del país y los ecosistemas, el caracol gigante puede afectar la salud humana, por lo que el Instituto hace un llamado a los productores del país a notificar la presencia de este animal en sus cultivos, jardines, huertas, viveros y demás áreas vegetales ante la oficina del ICA más cercana o al correo [email protected].
El ICA recomienda a los agricultores y demás personas que detecten la presencia del caracol no tomar muestras, ni movilizar el material afectado, considerando que este animal por sus hábitos alimenticios y la preferencia que muestra por colonizar basureros, puede adquirir fácilmente parásitos, bacterias y hongos, convirtiéndolo en potencial vector de microorganismos que pueden afectar la salud del humano, generando enfermedades intestinales, meningitis, inflamación de tejidos, diarrea, fiebre y hasta la muerte.
Una especie dañina
Según datos suministrados por el ICA, el caracol gigante es una especie originaria del centro oriente de África y hace parte de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, reconocida como una plaga que afecta la biodiversidad, la salud pública y la productividad agrícola de una país.
Puede sobrevivir en todos los climas del país (ha sido hallado desde el nivel del mar hasta los 2600 metros de altitud). Tiene hábitos de preferencia nocturnos y crepusculares, pero también se alimenta y se reproduce en días lluviosos. Uno de los factores más determinantes en la rápida dispersión de esta especie en el mundo es la presencia humana.
El caracol gigante africano se caracteriza por tener una concha que puede llegar a alcanzar los 13 cm de longitud, de forma helicoidal conformada por 7 a 9 vueltas y con una punta nítidamente aguda. La superficie de la concha es lisa, lustrosa con bandas longitudinales grandes e irregulares de color violeta oscuro sobre un fondo amarillo claro (Linares et al. 2013).
El animal se caracteriza por tener un cuerpo de color pardo claro acompañado de una banda longitudinal oscura a lo largo del mismo; La cabeza posee dos pares de tentáculos, uno corto y otro largo que porta los ojos en los extremos, y cuenta con una estructura bucal dotada con cerca de 90.000 dientes (Linares et al. 2013).
El Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) emitió una alerta ante la amenaza del caracol gigante africano en los diferentes sistemas productivos agrícolas del país.
El ICA informó que mediante brigadas de control adelantadas por el Institueto y otras entidades como las corporaciones regionales y las secretarías de salud en diferentes zonas del país se ha detectado la presencia de este caracol en cultivos de traspatio de café, palma y plátano, situación que pone en evidencia que esta plaga se constituye en una amenaza para los cultivos comerciales.
Este tipo de caracol puede comprometer la producción agrícola en el territorio Colombiano tanto a nivel comercial como de autoconsumo por su naturaleza de alimentarse de diferentes especies vegetales y materiales en descomposición. Así lo explicó el Subgerente de Protección Vegetal del ICA.
Aunque en Valledupar se detectó la presencia de algunos de estos animales, el ICA, informó que manera conjunta con autoridades ambientales, viene realizando brigadas de vigilancia y control en departamentos como Caldas, Quindío, Antioquia, Tolima, Arauca, Atlántico, Boyacá, Caquetá, Córdoba y Cundinamarca.
Además de ser un riesgo para los cultivos del país y los ecosistemas, el caracol gigante puede afectar la salud humana, por lo que el Instituto hace un llamado a los productores del país a notificar la presencia de este animal en sus cultivos, jardines, huertas, viveros y demás áreas vegetales ante la oficina del ICA más cercana o al correo [email protected].
El ICA recomienda a los agricultores y demás personas que detecten la presencia del caracol no tomar muestras, ni movilizar el material afectado, considerando que este animal por sus hábitos alimenticios y la preferencia que muestra por colonizar basureros, puede adquirir fácilmente parásitos, bacterias y hongos, convirtiéndolo en potencial vector de microorganismos que pueden afectar la salud del humano, generando enfermedades intestinales, meningitis, inflamación de tejidos, diarrea, fiebre y hasta la muerte.
Una especie dañina
Según datos suministrados por el ICA, el caracol gigante es una especie originaria del centro oriente de África y hace parte de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo, reconocida como una plaga que afecta la biodiversidad, la salud pública y la productividad agrícola de una país.
Puede sobrevivir en todos los climas del país (ha sido hallado desde el nivel del mar hasta los 2600 metros de altitud). Tiene hábitos de preferencia nocturnos y crepusculares, pero también se alimenta y se reproduce en días lluviosos. Uno de los factores más determinantes en la rápida dispersión de esta especie en el mundo es la presencia humana.
El caracol gigante africano se caracteriza por tener una concha que puede llegar a alcanzar los 13 cm de longitud, de forma helicoidal conformada por 7 a 9 vueltas y con una punta nítidamente aguda. La superficie de la concha es lisa, lustrosa con bandas longitudinales grandes e irregulares de color violeta oscuro sobre un fondo amarillo claro (Linares et al. 2013).
El animal se caracteriza por tener un cuerpo de color pardo claro acompañado de una banda longitudinal oscura a lo largo del mismo; La cabeza posee dos pares de tentáculos, uno corto y otro largo que porta los ojos en los extremos, y cuenta con una estructura bucal dotada con cerca de 90.000 dientes (Linares et al. 2013).