En la capital del Cesar, la parroquia La Natividad de María del barrio Novalito lideró este movimiento desde 2014.
Hace diez años, la parroquia La Natividad de María del barrio Novalito en Valledupar puso en marcha un movimiento que cambiaría la vida espiritual de cientos de personas en la región. Bajo la batuta del padre Norberto Mogollón, la comunidad católica de la capital del Cesar abrazó la experiencia Emaús, un retiro espiritual que desde entonces transformó la fe y la vida de muchos feligreses.
El padre Mogollón recuerda hoy cómo la asistencia a la iglesia en ese entonces era escasa. Los grupos parroquiales eran pequeños y la participación en las actividades comunitarias era limitada. Fue en ese contexto que, “inspirado por el Señor y consciente del impacto que Emaús estaba teniendo en otras partes del mundo”, decidió traer esta experiencia a Valledupar.
“Emaús estaba en auge no solo en Colombia sino en muchas partes del mundo. Era una verdadera revolución espiritual. Inspirado por el Señor, decidí traer esta experiencia a nuestra parroquia con la esperanza de que los grupos y las comunidades crecieran y se fortalecieran”, explica el padre Mogollón en diálogo con EL PILÓN.
Aunque los retiros de Emaús son una iniciativa creada hace más de 40 años en Estados Unidos, a Colombia este movimiento solo llegó en 2004 de la mano de Juan Carlos López, un colombiano residente en Miami.
En Valledupar, el primer retiro de Emaús, tanto de varones como de mujeres, lo organizó el padre Mogollón en agosto de 2014 cuando oficiaba como párroco de la iglesia La Natividad de María del barrio Novalito en Valledupar. Este fue solo el comienzo de lo que se convertiría en un movimiento extendido a lo largo de la Diócesis.
Aunque Emaús inicialmente fue pensado como un esfuerzo para fortalecer una sola parroquia, este fue arraigándose en toda la comunidad católica de Valledupar.
“Emaús es una experiencia estupenda, que ha movido muchos corazones. Ha suscitado muchas conversiones, mucho acercamiento a la iglesia, pero sobre todo que, aquellos que hacen el retiro, han empezado a formar parte de las comunidades y grupos establecidos ya en la Diócesis”, expresa el padre Mogollón.
Uno de los aspectos más destacados de Emaús es su capacidad de inclusión. Aunque es un retiro católico, Emaús está abierto a personas de todas las religiones, ya que su enfoque es “cristocéntrico”.
Durante las 48 horas que dura el retiro, los participantes se sumergen en una serie de actividades centradas en Jesús y sus enseñanzas, lo que les permite tener un encuentro personal con Cristo. Esta experiencia ha permitido que muchas personas reaviven su fe y encuentren un nuevo propósito en su vida espiritual.
Flor Angelis Rangel, psicóloga y una de las primeras 70 mujeres en participar en el retiro de Emaús en Valledupar, destaca hoy cómo este movimiento ha impactado a la sociedad vallenata. “Es un retiro testimonial, totalmente alejado de tu cotidianidad, generalmente se hace en una casa de retiro ingresando un viernes en las horas de la tarde-noche y finalizando un domingo en las horas de la tarde. Durante estas horas de encuentro con Jesús se realizan una serie de actividades que buscan que la persona haga un encuentro personal con Jesús”, explica Flor.
“El retiro de Emaús ha permitido que muchas personas tengan un despertar en su relación espiritual con Dios. No es solo un retiro, es un punto de inflexión en la vida de muchos que les ha ayudado a encontrar su camino en la iglesia y en la vida”, señala.
Para conmemorar el décimo aniversario del primer retiro de Emaús en Valledupar, la Parroquia Natividad de María ha organizado entre jueves y viernes una serie de eventos de la mano con la comunidad. La celebración, organizada por Flor Angelis Rangel, se divide en dos momentos: una adoración eucarística y una celebración eucarística.
El primer evento tuvo lugar el jueves 29 de agosto en la Parroquia Natividad de María. Este momento de alabanza y agradecimiento reunió a miembros de la comunidad para dar gracias por los frutos espirituales que Emaús ha cosechado en la ciudad durante la última década.
El segundo evento, que se llevará a cabo el viernes 30 de agosto de 2024, consiste en una celebración eucarística presidida por monseñor Óscar José en la misma parroquia a partir de las seis de la tarde. En esta ocasión, se ha invitado a todos los sacerdotes de las parroquias que han sido partícipes en la difusión del mensaje de Emaús, así como a todos los hermanos y hermanas que han vivido esta experiencia en los últimos diez años.
Además del pionero, el padre Norberto Mogollón, han difundido el mensaje Emaús los sacerdotes Jesús Torres y Enrique Iceda, este último el párroco actual.
“Es una celebración con un profundo sentido espiritual. Estamos invitando a todos los que han sido parte de Emaús en estos diez años, no solo de la Natividad, sino de toda la ciudad de Valledupar y de otros municipios donde hemos tenido la gracia de acompañar a nuestros hermanos”, comenta Flor Angelis Rangel.
Emaús no ha estado exento de críticas. En sus inicios, algunos lo calificaron de “moda” o lo criticaron por ser accesible solo a ciertos sectores de la sociedad. Sin embargo, a lo largo de los años, Emaús se ha mostrado como un retiro inclusivo que ha llegado a todos los rincones de Valledupar y a personas de todos los estratos sociales.
“Al principio, se decía que era una moda o que era solo para élites, pero con el tiempo hemos demostrado que Emaús es para todos. Hemos hecho retiros en parroquias periféricas, en cárceles, y hemos subsidiado la participación de personas que no podían costearlo. Ahora, es evidente que Emaús ha ayudado a muchísimas personas, independientemente de su situación económica”, afirma el padre Mogollón.
Hoy, una década después del primer retiro, Emaús sigue siendo una fuente de renovación espiritual en Valledupar. Cada año, las parroquias continúan organizando retiros con una participación que no deja de crecer, lo que demuestra que la inspiración divina que llevó al padre Mogollón a traer Emaús a Valledupar sigue viva y fuerte en la comunidad.
En la capital del Cesar, la parroquia La Natividad de María del barrio Novalito lideró este movimiento desde 2014.
Hace diez años, la parroquia La Natividad de María del barrio Novalito en Valledupar puso en marcha un movimiento que cambiaría la vida espiritual de cientos de personas en la región. Bajo la batuta del padre Norberto Mogollón, la comunidad católica de la capital del Cesar abrazó la experiencia Emaús, un retiro espiritual que desde entonces transformó la fe y la vida de muchos feligreses.
El padre Mogollón recuerda hoy cómo la asistencia a la iglesia en ese entonces era escasa. Los grupos parroquiales eran pequeños y la participación en las actividades comunitarias era limitada. Fue en ese contexto que, “inspirado por el Señor y consciente del impacto que Emaús estaba teniendo en otras partes del mundo”, decidió traer esta experiencia a Valledupar.
“Emaús estaba en auge no solo en Colombia sino en muchas partes del mundo. Era una verdadera revolución espiritual. Inspirado por el Señor, decidí traer esta experiencia a nuestra parroquia con la esperanza de que los grupos y las comunidades crecieran y se fortalecieran”, explica el padre Mogollón en diálogo con EL PILÓN.
Aunque los retiros de Emaús son una iniciativa creada hace más de 40 años en Estados Unidos, a Colombia este movimiento solo llegó en 2004 de la mano de Juan Carlos López, un colombiano residente en Miami.
En Valledupar, el primer retiro de Emaús, tanto de varones como de mujeres, lo organizó el padre Mogollón en agosto de 2014 cuando oficiaba como párroco de la iglesia La Natividad de María del barrio Novalito en Valledupar. Este fue solo el comienzo de lo que se convertiría en un movimiento extendido a lo largo de la Diócesis.
Aunque Emaús inicialmente fue pensado como un esfuerzo para fortalecer una sola parroquia, este fue arraigándose en toda la comunidad católica de Valledupar.
“Emaús es una experiencia estupenda, que ha movido muchos corazones. Ha suscitado muchas conversiones, mucho acercamiento a la iglesia, pero sobre todo que, aquellos que hacen el retiro, han empezado a formar parte de las comunidades y grupos establecidos ya en la Diócesis”, expresa el padre Mogollón.
Uno de los aspectos más destacados de Emaús es su capacidad de inclusión. Aunque es un retiro católico, Emaús está abierto a personas de todas las religiones, ya que su enfoque es “cristocéntrico”.
Durante las 48 horas que dura el retiro, los participantes se sumergen en una serie de actividades centradas en Jesús y sus enseñanzas, lo que les permite tener un encuentro personal con Cristo. Esta experiencia ha permitido que muchas personas reaviven su fe y encuentren un nuevo propósito en su vida espiritual.
Flor Angelis Rangel, psicóloga y una de las primeras 70 mujeres en participar en el retiro de Emaús en Valledupar, destaca hoy cómo este movimiento ha impactado a la sociedad vallenata. “Es un retiro testimonial, totalmente alejado de tu cotidianidad, generalmente se hace en una casa de retiro ingresando un viernes en las horas de la tarde-noche y finalizando un domingo en las horas de la tarde. Durante estas horas de encuentro con Jesús se realizan una serie de actividades que buscan que la persona haga un encuentro personal con Jesús”, explica Flor.
“El retiro de Emaús ha permitido que muchas personas tengan un despertar en su relación espiritual con Dios. No es solo un retiro, es un punto de inflexión en la vida de muchos que les ha ayudado a encontrar su camino en la iglesia y en la vida”, señala.
Para conmemorar el décimo aniversario del primer retiro de Emaús en Valledupar, la Parroquia Natividad de María ha organizado entre jueves y viernes una serie de eventos de la mano con la comunidad. La celebración, organizada por Flor Angelis Rangel, se divide en dos momentos: una adoración eucarística y una celebración eucarística.
El primer evento tuvo lugar el jueves 29 de agosto en la Parroquia Natividad de María. Este momento de alabanza y agradecimiento reunió a miembros de la comunidad para dar gracias por los frutos espirituales que Emaús ha cosechado en la ciudad durante la última década.
El segundo evento, que se llevará a cabo el viernes 30 de agosto de 2024, consiste en una celebración eucarística presidida por monseñor Óscar José en la misma parroquia a partir de las seis de la tarde. En esta ocasión, se ha invitado a todos los sacerdotes de las parroquias que han sido partícipes en la difusión del mensaje de Emaús, así como a todos los hermanos y hermanas que han vivido esta experiencia en los últimos diez años.
Además del pionero, el padre Norberto Mogollón, han difundido el mensaje Emaús los sacerdotes Jesús Torres y Enrique Iceda, este último el párroco actual.
“Es una celebración con un profundo sentido espiritual. Estamos invitando a todos los que han sido parte de Emaús en estos diez años, no solo de la Natividad, sino de toda la ciudad de Valledupar y de otros municipios donde hemos tenido la gracia de acompañar a nuestros hermanos”, comenta Flor Angelis Rangel.
Emaús no ha estado exento de críticas. En sus inicios, algunos lo calificaron de “moda” o lo criticaron por ser accesible solo a ciertos sectores de la sociedad. Sin embargo, a lo largo de los años, Emaús se ha mostrado como un retiro inclusivo que ha llegado a todos los rincones de Valledupar y a personas de todos los estratos sociales.
“Al principio, se decía que era una moda o que era solo para élites, pero con el tiempo hemos demostrado que Emaús es para todos. Hemos hecho retiros en parroquias periféricas, en cárceles, y hemos subsidiado la participación de personas que no podían costearlo. Ahora, es evidente que Emaús ha ayudado a muchísimas personas, independientemente de su situación económica”, afirma el padre Mogollón.
Hoy, una década después del primer retiro, Emaús sigue siendo una fuente de renovación espiritual en Valledupar. Cada año, las parroquias continúan organizando retiros con una participación que no deja de crecer, lo que demuestra que la inspiración divina que llevó al padre Mogollón a traer Emaús a Valledupar sigue viva y fuerte en la comunidad.