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Columnista - 26 julio, 2024

Venezuela: abismo o renacer 

Nicolás Maduro, el presidente autoritario de Venezuela, enfrentará el próximo domingo su desafío electoral más difícil desde que asumió el cargo en 2013.

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Nicolás Maduro, el presidente autoritario de Venezuela, enfrentará el próximo domingo su desafío electoral más difícil desde que asumió el cargo en 2013. El resultado de las elecciones presidenciales tendrá consecuencias para el futuro de la democracia de Venezuela, así como para los casi ocho millones de venezolanos que han abandonado el país.

Durante los últimos 25 años, el gobierno de Venezuela ha estado controlado por el chavismo, el movimiento que comenzó con la elección democrática de Hugo Chávez en 1998. Cuando Chávez murió en 2013, su protegido Nicolás Maduro ganó la presidencia por un estrecho margen.

Está claro que las elecciones no serán totalmente libres ni justas. Sin embargo, en torno al proceso electoral se estima que las elecciones en Venezuela de este domingo son las primeras en una década en las que un candidato de la oposición tiene posibilidades razonables de ganar. En juego está el futuro de las reservas de petróleo de Venezuela, las más grandes del mundo; la fortaleza de las alianzas del país con China, Rusia e Irán; y la trayectoria de una crisis humanitaria interna que ha llevado a una nación otrora próspera a un inmenso sufrimiento.

La principal preocupación de la mayoría de los venezolanos es simplemente tener una oportunidad legítima de sacar del poder al actual gobierno de Maduro. Las encuestas realizadas a lo largo del tiempo muestran que aproximadamente dos tercios del país se oponen al chavismo y es probable que apoyen a cualquier candidato que pueda desafiar a Maduro, a quien culpan por el colapso económico del país. La economía venezolana entró en caída libre en medio de una mala gestión del sector petrolero, una crisis exacerbada por las estrictas sanciones impuestas por Estados Unidos en 2019. Asimismo, la inflación ha erosionado los salarios y los ahorros. Los venezolanos han estado sobreviviendo, tratando de alimentar a sus hijos con ingresos muy bajos.

“Gloria al valiente pueblo que se sacudió el yugo”, reza la primera estrofa del himno nacional venezolano. En ese sentido, el pueblo venezolano enfrenta y comprende las elecciones. Con esa básica conciencia y no a través de estadísticas, procuran mediante el poder del voto liberarse de la brutal realidad de su régimen, para dar paso a la reconciliación nacional.

¿Qué podría obligar a Maduro a aceptar una derrota? Tres factores han influido en otros países y es probable que también lo hagan en Venezuela: los militares, los votantes y otros países de la región. Para un autócrata, el apoyo de los generales militares es la mejor protección. Con los tipos armados de su lado, puede resistir casi cualquier presión popular. En este aspecto, Maduro parece tener cubiertas sus bases. 

Si lo improbable sucede el domingo y el resultado resulta ser una amenaza seria para el régimen, sería la apertura de negociaciones sobre el reparto del poder y un aterrizaje suave para Nicolás Maduro y el comienzo para abordar el caos económico y la migración masiva. Pero si ocurre lo esperado y Maduro se aferra al poder mediante medios ilegítimos, Venezuela habrá perdido quizás su última gran oportunidad de cambio en mucho tiempo y asumiendo las consecuencias.

POR: LUIS ELQUIS DÍAZ.

Columnista
26 julio, 2024

Venezuela: abismo o renacer 

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Elquis Diaz

Nicolás Maduro, el presidente autoritario de Venezuela, enfrentará el próximo domingo su desafío electoral más difícil desde que asumió el cargo en 2013.


Nicolás Maduro, el presidente autoritario de Venezuela, enfrentará el próximo domingo su desafío electoral más difícil desde que asumió el cargo en 2013. El resultado de las elecciones presidenciales tendrá consecuencias para el futuro de la democracia de Venezuela, así como para los casi ocho millones de venezolanos que han abandonado el país.

Durante los últimos 25 años, el gobierno de Venezuela ha estado controlado por el chavismo, el movimiento que comenzó con la elección democrática de Hugo Chávez en 1998. Cuando Chávez murió en 2013, su protegido Nicolás Maduro ganó la presidencia por un estrecho margen.

Está claro que las elecciones no serán totalmente libres ni justas. Sin embargo, en torno al proceso electoral se estima que las elecciones en Venezuela de este domingo son las primeras en una década en las que un candidato de la oposición tiene posibilidades razonables de ganar. En juego está el futuro de las reservas de petróleo de Venezuela, las más grandes del mundo; la fortaleza de las alianzas del país con China, Rusia e Irán; y la trayectoria de una crisis humanitaria interna que ha llevado a una nación otrora próspera a un inmenso sufrimiento.

La principal preocupación de la mayoría de los venezolanos es simplemente tener una oportunidad legítima de sacar del poder al actual gobierno de Maduro. Las encuestas realizadas a lo largo del tiempo muestran que aproximadamente dos tercios del país se oponen al chavismo y es probable que apoyen a cualquier candidato que pueda desafiar a Maduro, a quien culpan por el colapso económico del país. La economía venezolana entró en caída libre en medio de una mala gestión del sector petrolero, una crisis exacerbada por las estrictas sanciones impuestas por Estados Unidos en 2019. Asimismo, la inflación ha erosionado los salarios y los ahorros. Los venezolanos han estado sobreviviendo, tratando de alimentar a sus hijos con ingresos muy bajos.

“Gloria al valiente pueblo que se sacudió el yugo”, reza la primera estrofa del himno nacional venezolano. En ese sentido, el pueblo venezolano enfrenta y comprende las elecciones. Con esa básica conciencia y no a través de estadísticas, procuran mediante el poder del voto liberarse de la brutal realidad de su régimen, para dar paso a la reconciliación nacional.

¿Qué podría obligar a Maduro a aceptar una derrota? Tres factores han influido en otros países y es probable que también lo hagan en Venezuela: los militares, los votantes y otros países de la región. Para un autócrata, el apoyo de los generales militares es la mejor protección. Con los tipos armados de su lado, puede resistir casi cualquier presión popular. En este aspecto, Maduro parece tener cubiertas sus bases. 

Si lo improbable sucede el domingo y el resultado resulta ser una amenaza seria para el régimen, sería la apertura de negociaciones sobre el reparto del poder y un aterrizaje suave para Nicolás Maduro y el comienzo para abordar el caos económico y la migración masiva. Pero si ocurre lo esperado y Maduro se aferra al poder mediante medios ilegítimos, Venezuela habrá perdido quizás su última gran oportunidad de cambio en mucho tiempo y asumiendo las consecuencias.

POR: LUIS ELQUIS DÍAZ.