Luciana Salas Torres, vallenata de 17 años, recibió su llamado a integrar la Selección Colombia de patinaje con miras al Mundial de la disciplina a disputarse en Argentina del 24 de octubre al 13 de noviembre próximos.
Entre lágrimas de alegría, recibió la patinadora vallenata Luciana Michel Salas Torres, de 17 años, su llamado a integrar la Selección Colombia de patinaje con miras al Mundial de la disciplina a disputarse en Argentina del 24 de octubre al 13 de noviembre próximos.
Salas Torres, deportista del club Guatapurí Skating de Valledupar, llega a vestirse de tricolor tras un gran Panamericano de Patinaje en Ibagué donde obtuvo dos medallas de oro y una de plata.
“Estoy feliz, una felicidad que no me cabe en el corazón, ni en el alma, agradecida con Dios, con mi familia que siempre me apoya, mi mamá, todos luchamos por esto, trabajamos día a día, de cualquier manera… tener que estar viajando, sacrificando reuniones familiares, salir con mis amigos, uno evita estar saliendo para poder rendir y ver los resultados de esta manera es algo muy gratificante”, dijo la deportista, visiblemente emocionada, en diálogo con EL PILÓN.
El llamado le llega a Salas luego de quedar cerca del seleccionado nacional en el selectivo realizado en Guarne, Antioquia.
Sin embargo, una lesión de la primera opcionada, la barranquillera Kiara Vásquez, abrió la puerta para que la residente en el barrio Garupal fuera convocada.
Hace apenas una semana, en la capital de Tolima, Salas se colgó dos oros en las modalidades de 200 metros y 100 metros que ratificaron su gran momento.
“Así es el deporte, así es la vida, soy muy amiga de ella (Kiara Vásquez), de hecho la felicité en el selectivo, me alegré mucho por ella, porque todos van a luchar por su cupo, ella hoy me escribió, a darme la noticia, me dijo que tenía que ganarme ese mundial”, relata Luciana.
Al patinaje, Luciana incursionó desde muy niña. A los 5 años su madre Kelly Torres la matriculó en la escuela Élite, en el patinódromo municipal Elías Ochoa Daza, bajo el mando del entrenador Santiago Romero.
Ingresó, como casi todos los niños, por pasatiempo, pero además porque su progenitora era auxiliar de patinaje en dicha escuela y no tenía quien la cuidara.
La mayor de las Salas Torres desertó, pero Luciana se enamoró del patinaje, pasando por dos clubes más hasta llegar a Guatapurí Skating, donde conoció al entrenador Gustavo Galvis, quien creyó en sus condiciones.
“Estamos muy agradecidos por la forma en el que me la ha recibido, ha sido una bendición, gracias al señor Galvis la niña fue convocada a ser parte de la preselección departamental, mostró resultados cuando muchos no creían en ella, la niña le echó tierra en los ojos a todo el mundo, por encima de niñas mayores a su edad, se ganó el cupo directo y de ahí se ha mantenido en selección Cesar hasta el momento”, recuerda la mamá de Luciana.
Era tanta la dedicación y amor de Luciana por patinar, que el negarle permiso para entrenar era una de las ‘amenazas’ preferidas de su madre para que hiciera sus tareas en el colegio.
“La amenazaba con sacarla del patinaje y ella me lloraba, me di cuenta que eso era lo que a ella le gustaba, porque era muy entregada muy disciplinada, con mucha dedicación”, recuerda Torres.
De la mano de Gustavo Galvis, expresidente y hoy director deportivo de la Liga de patinaje, Luciana pulió su talento día a día, torneo tras torneo, hasta recibir este llamado a selección.
“Si no fuera por él no estaría acá, le doy muchas gracias porque siempre creyó en mí e hizo que yo creyera en mí. Estuve a punto de retirarme porque no veía resultados, veía que todo era muy difícil, todo el mundo sobresalía y yo estaba tan abajo, que él me decía: ‘Vamos, ya estás entrenando, todo es un proceso, todo llega a su tiempo’”, agradece Luciana.
Además de enamorarse del patinaje, otro amor acompaña a Luciana sobre ruedas. Aramis Campo, ‘rey de Colombia’ de los 100 metros carriles y quien estuvo a pocos puntos de clasificarse al mismo seleccionado, es su novio.
Sobre la relación, Salas indicó que Aramis ha sido un gran apoyo para ella. “Siempre entreno con él, siempre está al lado mío apoyándome, si me desanimo por algún resultado siempre está ahí apoyándome y yo apoyándome en él; también sacó sus lágrimas, ‘a darle duro’ me dijo”, confiesa.
Este martes, Luciana viajó a Guarné, Antioquia, para unirse al seleccionado que lleva un mes de entrenamiento con miras al evento orbital y la disputa de cupos para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de El Salvador y los Juegos Panamericanos de Santiago que se llevarán a cabo en el 2023 y con los cuales se cerrará el ciclo olímpico.
En el sur del continente, Luciana buscará emular las hazañas de otra vallenata, Andrea Cañón, quien suma 6 campeonatos mundiales.
“Ser campeona mundial en las pruebas que me destaco”, es el objetivo trazado y por el cual quiere seguir derramando lágrimas, pero siempre de alegría.
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA / EL PILÓN
Luciana Salas Torres, vallenata de 17 años, recibió su llamado a integrar la Selección Colombia de patinaje con miras al Mundial de la disciplina a disputarse en Argentina del 24 de octubre al 13 de noviembre próximos.
Entre lágrimas de alegría, recibió la patinadora vallenata Luciana Michel Salas Torres, de 17 años, su llamado a integrar la Selección Colombia de patinaje con miras al Mundial de la disciplina a disputarse en Argentina del 24 de octubre al 13 de noviembre próximos.
Salas Torres, deportista del club Guatapurí Skating de Valledupar, llega a vestirse de tricolor tras un gran Panamericano de Patinaje en Ibagué donde obtuvo dos medallas de oro y una de plata.
“Estoy feliz, una felicidad que no me cabe en el corazón, ni en el alma, agradecida con Dios, con mi familia que siempre me apoya, mi mamá, todos luchamos por esto, trabajamos día a día, de cualquier manera… tener que estar viajando, sacrificando reuniones familiares, salir con mis amigos, uno evita estar saliendo para poder rendir y ver los resultados de esta manera es algo muy gratificante”, dijo la deportista, visiblemente emocionada, en diálogo con EL PILÓN.
El llamado le llega a Salas luego de quedar cerca del seleccionado nacional en el selectivo realizado en Guarne, Antioquia.
Sin embargo, una lesión de la primera opcionada, la barranquillera Kiara Vásquez, abrió la puerta para que la residente en el barrio Garupal fuera convocada.
Hace apenas una semana, en la capital de Tolima, Salas se colgó dos oros en las modalidades de 200 metros y 100 metros que ratificaron su gran momento.
“Así es el deporte, así es la vida, soy muy amiga de ella (Kiara Vásquez), de hecho la felicité en el selectivo, me alegré mucho por ella, porque todos van a luchar por su cupo, ella hoy me escribió, a darme la noticia, me dijo que tenía que ganarme ese mundial”, relata Luciana.
Al patinaje, Luciana incursionó desde muy niña. A los 5 años su madre Kelly Torres la matriculó en la escuela Élite, en el patinódromo municipal Elías Ochoa Daza, bajo el mando del entrenador Santiago Romero.
Ingresó, como casi todos los niños, por pasatiempo, pero además porque su progenitora era auxiliar de patinaje en dicha escuela y no tenía quien la cuidara.
La mayor de las Salas Torres desertó, pero Luciana se enamoró del patinaje, pasando por dos clubes más hasta llegar a Guatapurí Skating, donde conoció al entrenador Gustavo Galvis, quien creyó en sus condiciones.
“Estamos muy agradecidos por la forma en el que me la ha recibido, ha sido una bendición, gracias al señor Galvis la niña fue convocada a ser parte de la preselección departamental, mostró resultados cuando muchos no creían en ella, la niña le echó tierra en los ojos a todo el mundo, por encima de niñas mayores a su edad, se ganó el cupo directo y de ahí se ha mantenido en selección Cesar hasta el momento”, recuerda la mamá de Luciana.
Era tanta la dedicación y amor de Luciana por patinar, que el negarle permiso para entrenar era una de las ‘amenazas’ preferidas de su madre para que hiciera sus tareas en el colegio.
“La amenazaba con sacarla del patinaje y ella me lloraba, me di cuenta que eso era lo que a ella le gustaba, porque era muy entregada muy disciplinada, con mucha dedicación”, recuerda Torres.
De la mano de Gustavo Galvis, expresidente y hoy director deportivo de la Liga de patinaje, Luciana pulió su talento día a día, torneo tras torneo, hasta recibir este llamado a selección.
“Si no fuera por él no estaría acá, le doy muchas gracias porque siempre creyó en mí e hizo que yo creyera en mí. Estuve a punto de retirarme porque no veía resultados, veía que todo era muy difícil, todo el mundo sobresalía y yo estaba tan abajo, que él me decía: ‘Vamos, ya estás entrenando, todo es un proceso, todo llega a su tiempo’”, agradece Luciana.
Además de enamorarse del patinaje, otro amor acompaña a Luciana sobre ruedas. Aramis Campo, ‘rey de Colombia’ de los 100 metros carriles y quien estuvo a pocos puntos de clasificarse al mismo seleccionado, es su novio.
Sobre la relación, Salas indicó que Aramis ha sido un gran apoyo para ella. “Siempre entreno con él, siempre está al lado mío apoyándome, si me desanimo por algún resultado siempre está ahí apoyándome y yo apoyándome en él; también sacó sus lágrimas, ‘a darle duro’ me dijo”, confiesa.
Este martes, Luciana viajó a Guarné, Antioquia, para unirse al seleccionado que lleva un mes de entrenamiento con miras al evento orbital y la disputa de cupos para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de El Salvador y los Juegos Panamericanos de Santiago que se llevarán a cabo en el 2023 y con los cuales se cerrará el ciclo olímpico.
En el sur del continente, Luciana buscará emular las hazañas de otra vallenata, Andrea Cañón, quien suma 6 campeonatos mundiales.
“Ser campeona mundial en las pruebas que me destaco”, es el objetivo trazado y por el cual quiere seguir derramando lágrimas, pero siempre de alegría.
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA / EL PILÓN