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Columnista - 17 mayo, 2019

Escalona, el más grande

El lunes 13 de mayo se conmemoraron los primeros 10 años del fallecimiento del compositor y gestor cultural más importante que ha tenido la historia de Colombia: Rafael Calixto Escalona Martínez. En Valledupar se realizó un acto a la altura de quien fuera el referente número uno que ha tenido el folclor y la música […]

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El lunes 13 de mayo se conmemoraron los primeros 10 años del fallecimiento del compositor y gestor cultural más importante que ha tenido la historia de Colombia: Rafael Calixto Escalona Martínez. En Valledupar se realizó un acto a la altura de quien fuera el referente número uno que ha tenido el folclor y la música vallenata desde sus inicios.

Se ha hablado y escrito mucho de Rafael Escalona, pero tendremos que seguir por muchos años más escribiendo y contándole a las generaciones venideras que un hombre nacido en Patillal, el 27 de mayo de 1927, población que por esas épocas pertenecía al departamento del Magdalena, y que ahora es corregimiento de Valledupar, en el Cesar, fue y será por siempre el padre de la narrativa costumbrista en lo que hoy se le llama música vallenata.

Tal vez, caer en lo que Alfonso López Michelsen llamó la literatura nostálgica, puede ser muestra de que uno ya está doblando la esquina, pero díganme ustedes si en los últimos cincuenta años ha nacido en alguna parte de la Costa Caribe colombiana un personaje de la talla de Escalona, que en crónicas de versos pudiese narrarnos tan contundentemente los aconteceres de nuestra región.

El vallenato fue uno antes de Escalona, y otro después de su Escalona, sin duda, él y Consuelo Araujonoguera aportaron cuantitativa y cualitativamente lo que no han podido dos o tres generaciones completas de cultores de nuestra música.

Por muchos intentos que hagamos los que logramos conocer y tratar a Rafael Escalona de desmitificar al hombre, nunca lo lograremos, entre más años pasen Escalona aumentará su talla, sencillamente porque de ese tipo de seres humanos pasan décadas y hasta siglos para que nazcan.

Escalona el compositor puede que para muchos amantes del vallenato no sea el mejor, ni el más grande, el Escalona político pueda que para la mayoría no haya sido el más aventajado, el Escalona parrandero y mujeriego puede que a muchos no les haga gracia, el Escalona líder y primer gestor cultural de nuestra tierra, de pronto algunos no lo reconozcan, lo que nadie podrá ocultar es que como un todo Escalona fue y será insuperable.

Quienes quisieron, y tal vez aún quieren opacar su grandeza, cada vez que le endilgan un plagio o le encuentran un defecto que reprochar, no hacen otra cosa que seguir encumbrándolo a lo que ha sido y seguirá siendo: Un mito y una leyenda.

COLOFÓN: Como la canción de Celia Cruz: “Songo le dio a borondongo, borondongo le dio a Bernabé”, están nuestras instituciones públicas democráticas en la más absurda y ridícula crisis de todos contra todos. Dios quiera que quienes tienen un plan orquestado para conducirnos a una Asamblea Nacional Constituyente, es decir, dar un salto al vacío y echar por la borda las conquistas de derechos de más de medio siglo, no se salgan con la suya.

Columnista
17 mayo, 2019

Escalona, el más grande

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

El lunes 13 de mayo se conmemoraron los primeros 10 años del fallecimiento del compositor y gestor cultural más importante que ha tenido la historia de Colombia: Rafael Calixto Escalona Martínez. En Valledupar se realizó un acto a la altura de quien fuera el referente número uno que ha tenido el folclor y la música […]


El lunes 13 de mayo se conmemoraron los primeros 10 años del fallecimiento del compositor y gestor cultural más importante que ha tenido la historia de Colombia: Rafael Calixto Escalona Martínez. En Valledupar se realizó un acto a la altura de quien fuera el referente número uno que ha tenido el folclor y la música vallenata desde sus inicios.

Se ha hablado y escrito mucho de Rafael Escalona, pero tendremos que seguir por muchos años más escribiendo y contándole a las generaciones venideras que un hombre nacido en Patillal, el 27 de mayo de 1927, población que por esas épocas pertenecía al departamento del Magdalena, y que ahora es corregimiento de Valledupar, en el Cesar, fue y será por siempre el padre de la narrativa costumbrista en lo que hoy se le llama música vallenata.

Tal vez, caer en lo que Alfonso López Michelsen llamó la literatura nostálgica, puede ser muestra de que uno ya está doblando la esquina, pero díganme ustedes si en los últimos cincuenta años ha nacido en alguna parte de la Costa Caribe colombiana un personaje de la talla de Escalona, que en crónicas de versos pudiese narrarnos tan contundentemente los aconteceres de nuestra región.

El vallenato fue uno antes de Escalona, y otro después de su Escalona, sin duda, él y Consuelo Araujonoguera aportaron cuantitativa y cualitativamente lo que no han podido dos o tres generaciones completas de cultores de nuestra música.

Por muchos intentos que hagamos los que logramos conocer y tratar a Rafael Escalona de desmitificar al hombre, nunca lo lograremos, entre más años pasen Escalona aumentará su talla, sencillamente porque de ese tipo de seres humanos pasan décadas y hasta siglos para que nazcan.

Escalona el compositor puede que para muchos amantes del vallenato no sea el mejor, ni el más grande, el Escalona político pueda que para la mayoría no haya sido el más aventajado, el Escalona parrandero y mujeriego puede que a muchos no les haga gracia, el Escalona líder y primer gestor cultural de nuestra tierra, de pronto algunos no lo reconozcan, lo que nadie podrá ocultar es que como un todo Escalona fue y será insuperable.

Quienes quisieron, y tal vez aún quieren opacar su grandeza, cada vez que le endilgan un plagio o le encuentran un defecto que reprochar, no hacen otra cosa que seguir encumbrándolo a lo que ha sido y seguirá siendo: Un mito y una leyenda.

COLOFÓN: Como la canción de Celia Cruz: “Songo le dio a borondongo, borondongo le dio a Bernabé”, están nuestras instituciones públicas democráticas en la más absurda y ridícula crisis de todos contra todos. Dios quiera que quienes tienen un plan orquestado para conducirnos a una Asamblea Nacional Constituyente, es decir, dar un salto al vacío y echar por la borda las conquistas de derechos de más de medio siglo, no se salgan con la suya.