Los olores nauseabundos que emana un criadero de cerdos del barrio Villa del Rosario, al suroriente de Valledupar, mantiene incómodos a los residentes del sector que solicitan apoyo de las autoridades.
Los olores nauseabundos que emana un criadero de cerdos en la carrera 2 entre calles 30 y 31 del barrio Villa del Rosario, al suroriente de Valledupar, mantiene incómodos a los residentes del sector que solicitan apoyo de las autoridades.
Adamis Martínez, vecino de la porqueriza, manifestó que “los olores son desagradables, no se soportan, mi hija vive mal de salud con un brote en los pies que no se le ha sanado, eso tiene más de cuatro años y el propietario nos dice que él va a acabar los cerdos, pero les tiene las pozas ahí mismo”.
Otro de los afectados es Hugo Oñate, que señaló que “ese mal olor es permanente, aquí hay niños pequeños y gente de la tercera edad. Hemos hablado con el propietario varias veces, pero no ha sido suficiente y nosotros somos las víctimas”.
Entre tanto, Jennifer Blanco, también residente de Villa del Rosario, precisó que “en las tardes sí se siente feo y cuando llueve el olor empeora”.
EL PILÓN dialogó con el propietario de la porqueriza, Leonardo Carrillo, indicó que hasta la fecha no ha establecido ningún compromiso con la Secretaría de Salud Municipal y sustentó que es su negocio y no puede cerrarlo.
“Con esta situación hay que buscar la forma de trabajar, aquí conmigo trabajan mis cuatro hijos y en vez de que cojan por mal camino prefiero tenerlos aquí. Estuvo Salud Municipal este mes de enero y me dijeron que así como estaba haciendo, estaba bien”, precisó.
Al manifestarle las quejas interpuestas por la comunidad, Carrillo señaló que “aquí no da mal olor porque esto se limpia tres veces a la semana, lo que pasa es que no les gusta que los demás trabajen, cuando ven al poco de gente haciendo cosas mal hechas, no los denuncian, yo aquí no perjudico a ninguno”.
Actualmente, en ese sitio se crían 40 cerdos para sacrificio.
Según la comunidad, los fuertes olores aumentan en las tardes.
Por Jennifer Del Río Coronell
[email protected]
Los olores nauseabundos que emana un criadero de cerdos del barrio Villa del Rosario, al suroriente de Valledupar, mantiene incómodos a los residentes del sector que solicitan apoyo de las autoridades.
Los olores nauseabundos que emana un criadero de cerdos en la carrera 2 entre calles 30 y 31 del barrio Villa del Rosario, al suroriente de Valledupar, mantiene incómodos a los residentes del sector que solicitan apoyo de las autoridades.
Adamis Martínez, vecino de la porqueriza, manifestó que “los olores son desagradables, no se soportan, mi hija vive mal de salud con un brote en los pies que no se le ha sanado, eso tiene más de cuatro años y el propietario nos dice que él va a acabar los cerdos, pero les tiene las pozas ahí mismo”.
Otro de los afectados es Hugo Oñate, que señaló que “ese mal olor es permanente, aquí hay niños pequeños y gente de la tercera edad. Hemos hablado con el propietario varias veces, pero no ha sido suficiente y nosotros somos las víctimas”.
Entre tanto, Jennifer Blanco, también residente de Villa del Rosario, precisó que “en las tardes sí se siente feo y cuando llueve el olor empeora”.
EL PILÓN dialogó con el propietario de la porqueriza, Leonardo Carrillo, indicó que hasta la fecha no ha establecido ningún compromiso con la Secretaría de Salud Municipal y sustentó que es su negocio y no puede cerrarlo.
“Con esta situación hay que buscar la forma de trabajar, aquí conmigo trabajan mis cuatro hijos y en vez de que cojan por mal camino prefiero tenerlos aquí. Estuvo Salud Municipal este mes de enero y me dijeron que así como estaba haciendo, estaba bien”, precisó.
Al manifestarle las quejas interpuestas por la comunidad, Carrillo señaló que “aquí no da mal olor porque esto se limpia tres veces a la semana, lo que pasa es que no les gusta que los demás trabajen, cuando ven al poco de gente haciendo cosas mal hechas, no los denuncian, yo aquí no perjudico a ninguno”.
Actualmente, en ese sitio se crían 40 cerdos para sacrificio.
Según la comunidad, los fuertes olores aumentan en las tardes.
Por Jennifer Del Río Coronell
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