Con el campanazo de alerta que recibió en el 2013 la educación del departamento del Cesar, al ubicarse en los últimos lugares de los ranking de calidad tanto en el nivel superior como secundaria, el reto para este año es grande, no solo de parte de las instituciones educativas sino de las entidades responsables de garantizar la cobertura y la calidad de la misma.
Con el campanazo de alerta que recibió en el 2013 la educación del departamento del Cesar, al ubicarse en los últimos lugares de los ranking de calidad tanto en el nivel superior como secundaria, el reto para este año es grande, no solo de parte de las instituciones educativas sino de las entidades responsables de garantizar la cobertura y la calidad de la misma.
Es un proceso, una cadena que parte desde docentes cualificados y calificados, estudiantes y padres de familia comprometidos, hasta una adecuada infraestructura, con un buen ambiente para impartir y recibir la educación.
Aunque no se trata de una fórmula mágica para pasar de unos bajos resultados en pruebas Saber, Saber Pro y todas aquellas que midan los logros de las instituciones educativas, es necesario que la institucionalidad y la sociedad cesarense centre toda su atención en esta situación, no sólo porque seguiremos en los últimos puestos de esas pruebas, sino porque está en juego el futuro del departamento que urge de liderazgo, el cual solo se consigue con una buena educación.
En los foros y debates que en el 2013 hicieron diferentes instituciones, entre ellas la Fundación Telefónica se concluyó que se pueden acudir a siete estrategias para transformar las escuelas no sólo en Colombia, sino en toda Latinoamérica, puesto que este problema no es exclusivo de Colombia. Las estrategias tienen que ver con educar para la sociedad del siglo XXI, la familia, la necesidad de tener escuelas para crear en conjunto, las TIC, las competencias, fomentar la creatividad e incentivar la formación emocional. En un amplio artículo publicado a comienzos de este año en el periódico capitalino El Espectador, ahondaron en estas estrategias que bien pueden consultar los rectores, educadores, secretarios de Educación, padres de familia y los mismos estudiantes.
Es una tarea que involucra a todos los estamentos de la sociedad y nadie puede sentirse ajeno a esta realidad, en la cual todos tienen parte de responsabilidad. Si le va mal al colegio o a la universidad, nos va a mal a todos, nadie puede lanzar la primera piedra, pues nadie está ‘libre de pecado’.
Lo más importante en este caso y que sirve de punto de reflexión justo ahora que se inicia un nuevo año educativo, es pensar en cómo cambiar los modelos tradicionales de educación y para ello es necesario –así lo dicen los expertos que asistieron a los foros en mención- “que los gobiernos inviertan más dinero en el ámbito educativo para contribuir a la evolución de la sociedad”, y van más allá al afirmar que …”El rol del profesor no debe basarse en la transmisión de contenidos, sino en la orientación y el apoyo generando condiciones para que los alumnos construyan su propio conocimiento. La sociedad del siglo XXI requiere individuos creativos, críticos, competentes con las TIC y con altos dotes sociales que les permitan adaptarse a diferentes ambientes”.
Sin duda alguna al Cesar le falta mucho. Es hora de que todos los esfuerzos se centren en la educación.
Con el campanazo de alerta que recibió en el 2013 la educación del departamento del Cesar, al ubicarse en los últimos lugares de los ranking de calidad tanto en el nivel superior como secundaria, el reto para este año es grande, no solo de parte de las instituciones educativas sino de las entidades responsables de garantizar la cobertura y la calidad de la misma.
Con el campanazo de alerta que recibió en el 2013 la educación del departamento del Cesar, al ubicarse en los últimos lugares de los ranking de calidad tanto en el nivel superior como secundaria, el reto para este año es grande, no solo de parte de las instituciones educativas sino de las entidades responsables de garantizar la cobertura y la calidad de la misma.
Es un proceso, una cadena que parte desde docentes cualificados y calificados, estudiantes y padres de familia comprometidos, hasta una adecuada infraestructura, con un buen ambiente para impartir y recibir la educación.
Aunque no se trata de una fórmula mágica para pasar de unos bajos resultados en pruebas Saber, Saber Pro y todas aquellas que midan los logros de las instituciones educativas, es necesario que la institucionalidad y la sociedad cesarense centre toda su atención en esta situación, no sólo porque seguiremos en los últimos puestos de esas pruebas, sino porque está en juego el futuro del departamento que urge de liderazgo, el cual solo se consigue con una buena educación.
En los foros y debates que en el 2013 hicieron diferentes instituciones, entre ellas la Fundación Telefónica se concluyó que se pueden acudir a siete estrategias para transformar las escuelas no sólo en Colombia, sino en toda Latinoamérica, puesto que este problema no es exclusivo de Colombia. Las estrategias tienen que ver con educar para la sociedad del siglo XXI, la familia, la necesidad de tener escuelas para crear en conjunto, las TIC, las competencias, fomentar la creatividad e incentivar la formación emocional. En un amplio artículo publicado a comienzos de este año en el periódico capitalino El Espectador, ahondaron en estas estrategias que bien pueden consultar los rectores, educadores, secretarios de Educación, padres de familia y los mismos estudiantes.
Es una tarea que involucra a todos los estamentos de la sociedad y nadie puede sentirse ajeno a esta realidad, en la cual todos tienen parte de responsabilidad. Si le va mal al colegio o a la universidad, nos va a mal a todos, nadie puede lanzar la primera piedra, pues nadie está ‘libre de pecado’.
Lo más importante en este caso y que sirve de punto de reflexión justo ahora que se inicia un nuevo año educativo, es pensar en cómo cambiar los modelos tradicionales de educación y para ello es necesario –así lo dicen los expertos que asistieron a los foros en mención- “que los gobiernos inviertan más dinero en el ámbito educativo para contribuir a la evolución de la sociedad”, y van más allá al afirmar que …”El rol del profesor no debe basarse en la transmisión de contenidos, sino en la orientación y el apoyo generando condiciones para que los alumnos construyan su propio conocimiento. La sociedad del siglo XXI requiere individuos creativos, críticos, competentes con las TIC y con altos dotes sociales que les permitan adaptarse a diferentes ambientes”.
Sin duda alguna al Cesar le falta mucho. Es hora de que todos los esfuerzos se centren en la educación.