Se citan cinco razones que determinan que continuar extrayendo carbón y quemándolo es una mala decisión desde las perspectivas económica, política, ambiental, climática y de derechos humanos.
La ONU planteó como medida urgente acelerar la descarbonización de todos los aspectos de la economía bajo la premisa de mantenernos en el camino de los 1.5°C, a 2050, lo que implica que el 90 % del carbón debe permanecer bajo tierra.
El rol del carbón como combustible ha llegado a su fin: los impactos negativos de su explotación y uso son mucho mayores que los beneficios. Además, la solución a la crisis climática le pasa factura a la dependencia del carbón, aunque la gran apuesta es reducir significativamente las emisiones causantes del calentamiento del planeta y el reto apunta a una recuperación económica alejada del carbón como fuente energética.
Se citan cinco razones que determinan que continuar extrayendo carbón y quemándolo es una mala decisión desde las perspectivas económica, política, ambiental, climática y de derechos humanos.
Económicamente es inviable por los altos costos de impuestos; los proyectos de carbón generan desempleo y es un mito el desarrollo en lugares de explotación; invertir en carbón es cada vez más riesgoso y tanto bancos como aseguradoras están dejando de invertir en el sector carbonífero por sus elevados costos, altos riesgos y baja rentabilidad; el uso de carbón agrava la crisis climática mundial; la minería y el uso de carbón vulneran derechos humanos esenciales, como la salud.
Un argumento peregrino es que en Colombia son mínimas las emisiones de carbón, como centro de explotación y producción, pero se quema en China y otras latitudes, donde el impacto de contaminación es mayor, disyuntiva que trae a colación la oferta/demanda, pero ambos son actores del desastre ecológico, uno por explotar y el otro por quemar.
China, el mayor productor, importador y consumidor de carbón del mundo, ha conseguido lo impensable: que las energías renovables superen al combustible fósil en términos de capacidad de generación.
Como antesala de la COP 16 se dio apertura al primer Foro Nacional de Turismo de Naturaleza Regenerativo en la ciudad de Cali (Valle del Cauca), el evento más importante en materia de biodiversidad y conservación a nivel mundial, un foro que busca visibilizar el papel que puede jugar el turismo regenerativo para transformar y velar por el bienestar y la permanencia de todas las especies en la Tierra, ya que propone un cambio de paradigma para ir más allá del turismo sostenible y encontrar un beneficio neto positivo para el medio ambiente.
En la COP 16, o Conferencia de las Partes, participarán cerca de 200 países que buscan frenar el cambio climático, cumbre que se desarrollará del 21 de octubre al 1 de noviembre en Cali, como ciudad anfitriona.
En el país del carbón las renovables son el rey como se demuestra hasta 2023 cuando el carbón representaba casi dos tercios del suministro de electricidad de China, pero la creciente demanda de energía y la escasa flexibilidad de la red hacían del gigante asiático un país profundamente dependiente del combustible fósil que más contamina.
No obstante, una inversión salvaje en energía eólica y solar ha permitido acelerar el sorpasso o adelantamiento de la superpotencia asiática respecto a los demás países en términos del PIB, al punto de que las renovables chinas superaron al combustible fósil en capacidad de generación durante la primera mitad de 2024, según la asociación de comercio de energía del país.
La demanda energética sigue siendo un reto para China, que a finales de 2023 aprobó 25 GW adicionales de capacidad en centrales de carbón.
Sin embargo, la dependencia del combustible fósil está cayendo rápidamente gracias a las renovables y un control estricto del consumo decretado por el presidente chino Xi Jinping en 2021. China espera reducir el uso de carbón a partir de 2026 y ser neutral en carbono para 2060.
El Consejo de Electricidad de China (CEC) prevé que la participación del carbón caiga por debajo del 37% para finales de 2024. Al mismo tiempo, proyecta un 40% de capacidad instalada para la eólica y la solar.
Esta previsión supone que China agregue 300 gigavatios de capacidad renovable a la red este año, un poco más que los 293 GW que instaló el año pasado y el doble de lo que instala el resto del mundo combinado. La eólica y la solar sumarían una capacidad total de 1.350 GW, aproximadamente el 40% de los 3.300 GW que suman todas las fuentes de energía.
Por Miguel Aroca Yepes.
Se citan cinco razones que determinan que continuar extrayendo carbón y quemándolo es una mala decisión desde las perspectivas económica, política, ambiental, climática y de derechos humanos.
La ONU planteó como medida urgente acelerar la descarbonización de todos los aspectos de la economía bajo la premisa de mantenernos en el camino de los 1.5°C, a 2050, lo que implica que el 90 % del carbón debe permanecer bajo tierra.
El rol del carbón como combustible ha llegado a su fin: los impactos negativos de su explotación y uso son mucho mayores que los beneficios. Además, la solución a la crisis climática le pasa factura a la dependencia del carbón, aunque la gran apuesta es reducir significativamente las emisiones causantes del calentamiento del planeta y el reto apunta a una recuperación económica alejada del carbón como fuente energética.
Se citan cinco razones que determinan que continuar extrayendo carbón y quemándolo es una mala decisión desde las perspectivas económica, política, ambiental, climática y de derechos humanos.
Económicamente es inviable por los altos costos de impuestos; los proyectos de carbón generan desempleo y es un mito el desarrollo en lugares de explotación; invertir en carbón es cada vez más riesgoso y tanto bancos como aseguradoras están dejando de invertir en el sector carbonífero por sus elevados costos, altos riesgos y baja rentabilidad; el uso de carbón agrava la crisis climática mundial; la minería y el uso de carbón vulneran derechos humanos esenciales, como la salud.
Un argumento peregrino es que en Colombia son mínimas las emisiones de carbón, como centro de explotación y producción, pero se quema en China y otras latitudes, donde el impacto de contaminación es mayor, disyuntiva que trae a colación la oferta/demanda, pero ambos son actores del desastre ecológico, uno por explotar y el otro por quemar.
China, el mayor productor, importador y consumidor de carbón del mundo, ha conseguido lo impensable: que las energías renovables superen al combustible fósil en términos de capacidad de generación.
Como antesala de la COP 16 se dio apertura al primer Foro Nacional de Turismo de Naturaleza Regenerativo en la ciudad de Cali (Valle del Cauca), el evento más importante en materia de biodiversidad y conservación a nivel mundial, un foro que busca visibilizar el papel que puede jugar el turismo regenerativo para transformar y velar por el bienestar y la permanencia de todas las especies en la Tierra, ya que propone un cambio de paradigma para ir más allá del turismo sostenible y encontrar un beneficio neto positivo para el medio ambiente.
En la COP 16, o Conferencia de las Partes, participarán cerca de 200 países que buscan frenar el cambio climático, cumbre que se desarrollará del 21 de octubre al 1 de noviembre en Cali, como ciudad anfitriona.
En el país del carbón las renovables son el rey como se demuestra hasta 2023 cuando el carbón representaba casi dos tercios del suministro de electricidad de China, pero la creciente demanda de energía y la escasa flexibilidad de la red hacían del gigante asiático un país profundamente dependiente del combustible fósil que más contamina.
No obstante, una inversión salvaje en energía eólica y solar ha permitido acelerar el sorpasso o adelantamiento de la superpotencia asiática respecto a los demás países en términos del PIB, al punto de que las renovables chinas superaron al combustible fósil en capacidad de generación durante la primera mitad de 2024, según la asociación de comercio de energía del país.
La demanda energética sigue siendo un reto para China, que a finales de 2023 aprobó 25 GW adicionales de capacidad en centrales de carbón.
Sin embargo, la dependencia del combustible fósil está cayendo rápidamente gracias a las renovables y un control estricto del consumo decretado por el presidente chino Xi Jinping en 2021. China espera reducir el uso de carbón a partir de 2026 y ser neutral en carbono para 2060.
El Consejo de Electricidad de China (CEC) prevé que la participación del carbón caiga por debajo del 37% para finales de 2024. Al mismo tiempo, proyecta un 40% de capacidad instalada para la eólica y la solar.
Esta previsión supone que China agregue 300 gigavatios de capacidad renovable a la red este año, un poco más que los 293 GW que instaló el año pasado y el doble de lo que instala el resto del mundo combinado. La eólica y la solar sumarían una capacidad total de 1.350 GW, aproximadamente el 40% de los 3.300 GW que suman todas las fuentes de energía.
Por Miguel Aroca Yepes.