Guzmán Quintero Pérez falleció tras recibir el homenaje de las abejas. A mediados de noviembre, un enjambre ingresó a su residencia en el barrio Los Fundadores, cerca del parque que lleva el nombre de su hijo. Su loro “Mister Parly” se resguardó en la sala, mientras su perra “Dona”, una schnauzer, ladraba tras ser picada. Doña Estella, su esposa, intentó protegerlo cubriéndolo con una sábana y recibió varias picaduras. El enjambre abandonó la habitación sin afectarlo, en un episodio que sus familiares interpretan como despedida de las abejas, inseparables de su trayectoria.
Originario de El Carmen (Norte de Santander), Guzmán Quintero llegó en 1967 a Valledupar con su familia y fue uno de los fundadores del barrio Los Fundadores. Presidió la Defensa Civil Colombiana en la zona, impulsó la organización de carnavales locales, coordinó la construcción de un puente sobre la avenida hacia Fundación para facilitar el acceso durante lluvias, y colaboró en la edificación del colegio Upar y la parroquia San Francisco de Asís. Su labor reflejó un compromiso profundo con el desarrollo colectivo.
Pionero en cooperativas y apicultura
En 1975, fundó la Cooperativa de Transportadores de Materiales para la Construcción (Cootramac), que agrupa a transportadores de ladrillos y materiales de río, y la Cooperativa Multiactiva Coomulcod. Paralelamente, se dedicó a la apicultura.
Frente a las amenazas contra la abeja melífera, creó la Sociedad Cooperativa de Ecologistas Colombianos (COAMBIENTAL), entidad aún activa, y el Programa de Captura Amigable de Enjambres (CAE). Esta iniciativa recolectaba enjambres en áreas urbanas para prevenir incidentes, mediante la instalación de trampas estratégicas, en colaboración inicial con la Corporación Autónoma Regional del Cesar (Corpocesar). El proyecto cesó por ausencia de respaldo institucional.
Legado familiar y periodístico
Padre del periodista Guzmán Quintero Torres, quien laboró en el diario EL PILÓN y se destacó por su cobertura de derechos humanos en el Cesar durante los años de mayor conflictividad. Asesinado el 16 de septiembre de 1999, su caso fue calificado como crimen de lesa humanidad por la Fiscalía General de la Nación en 2019.
Un parque en Los Fundadores perpetúa su memoria. Guzmán Quintero Pérez, en una entrevista, evocó a su hijo: “Es algo imborrable. Muy inquieto, dio a conocer todo al costo que fuera”.
Guzmán Quintero Pérez deja un vacío en el tejido social de Valledupar, pero su ejemplo de trabajo colectivo y defensa ambiental perdura como el zumbido incansable de las abejas que tanto protegió. Su partida invita a la comunidad a retomar iniciativas como COAMBIENTAL para honrar su visión de un Cesar más unido y sostenible.
