El departamento del Cesar es un territorio diverso, porque combina una amplia zona de bosque  seco tropical con más de 350.000 hectáreas de humedales desde San Alberto hasta Valledupar. Aunque en el norte predomina el bosque seco tropical, Valledupar cuenta con tres humedales: El Eneal, María Camila y Sicarare. Los tres enfrentan grandes desafíos de sostenibilidad por la intervención del hombre. 

ESPEJO DE AGUA

En el centro del Cesar está ubicada la Ciénaga de Zapatosa, el humedal de agua dulce más grande de Colombia, de importancia internacional y categoría Ramsar. Según información de Corpocesar, con una extensión de 40 mil a 60 mil hectáreas, dependiente la época del año, la ciénaga contiene cerca de 500 plantas vasculares, 45 especies de peces y 30 especies de mamíferos. 

En el centro del Cesar también están ubicadas las ciénagas San Marcos, Mata de Palma y La Pachita, en el municipio El Paso; ciénaga del Cristo en Tamalameque; y la ciénaga Santa Cecilia en Curumaní. Esta última enfrenta graves problemas de sedimentación, incluso en época de invierno, por la intervención del hombre. Vecinos de la ciénaga cerraron vertientes y algunas corrientes empezaron a sedimentarse. 

EL ESTIAJE 

El sur del departamento es una zona más pantanosa y tiene un régimen de lluvia más alto. Por su importancia ambiental, están incluidas en los planes de manejo de Corpocesar más de 20 ciénagas del departamento, entre esas, la conocida como Baquero, en el municipio de Gamarra. Esta ciénaga fue noticia la semana pasada por las grandes playas que se formaron a raíz de la disminución de su cauce. 

La subdirectora ambiental de Corpocesar, María Cristina Robayo, explicó que el bajo cauce es un proceso natural que se llama estiaje. Sin embargo, esta vez se presentó con más fuerza por el fenómeno de El Niño. 

“La educación ambiental es fundamental porque las personas que viven alrededor de los humedales deben entender que son frágiles. Cuando es fuerte la intervención antrópica los humedales sufren”, señaló la subdirectora ambiental de Corpocesar. 

Entendiendo la importancia de su preservación, la corporación ha establecido estrategias con los campesinos aledaños a los humedales. Uno de los proyectos consiste en que Corpocesar adecúa dos hectáreas productivas a los campesinos para su sustento y alimentación, a cambio de que se comprometan a proteger 5 hectáreas aledañas a la ciénaga. Es decir, que no alteren su ecosistema.

Los humedales tienen una gran importancia ecológica. Son los reguladores de las corrientes hídricas. En época de invierno absorben las grandes fuentes de agua y reabastecen las fuentes hídricas. En época de verano irrigan para que el estiaje no afecte drásticamente las fuentes hídricas. 

Además, tienen una gran riqueza biológica y se convierten en reguladores del clima. Incluso, en territorios del centro y sur del Cesar brindan una gran oferta alimenticia para todos los seres vivos, incluidos los seres humanos a través de la pezca.