Hace una década la Terminal de Transporte de Valledupar era considerada como una de las mejores de la región Caribe por su excelente infraestructura. Sin embargo, la pandemia y malas administraciones golpearon las finanzas de la terminal hasta el punto que hoy está quebrada y cayéndose a pedazos.
Hoy en informe sobre el Terminal de Transportes; hace unos días en uno sobre el Sistema de Transporte Estratégico de buses que opera el SIVA. En los dos casos hay una amenaza común: el transporte informal. No son solo las aplicaciones, que en realidad no tienen la culpa dado que son avances tecnológicos y mejoran el servicio al cliente que requiere cualquier tipo de movilización, sino el descarado y promovido uso del mototaxismo y el transporte que se hace sin registro, sin seguridad, sin cubrir un impuesto o contribución mínima y sin seguros que protejan a los usuarios.
Hace una década la Terminal de Transporte de Valledupar era considerada como una de las mejores de la región Caribe por su excelente infraestructura. Sin embargo, la pandemia y malas administraciones golpearon las finanzas de la terminal hasta el punto que hoy está quebrada y cayéndose a pedazos.
Así lo pudo verificar EL PILÓN en un recorrido por la principal entrada a Valledupar. La sala de abordaje, parqueo de taxis, zona de descanso de los conductores y donde arriban los buses tienen las cubiertas caídas. Otros sectores están sin techo, a sol y agua.
El problema es que la Terminal de Transporte no tiene recursos para renovar su infraestructura porque sus cuentas están embargadas. Son muchos los embargos por más de $1.000 millones de pesos. Es decir, los recursos que entran a las cuentas se los quedan los acreedores. “Tenemos 13 medidas cautelares de embargos. Hasta la razón social de la terminal está embargada. Por eso cada ingreso que llega se va a pagar deudas viejas”, dice el nuevo gerente Wynter Díaz.
Según los estados financieros, la Terminal de Transporte de Valledupar tiene cuentas por pagar por $3.500 millones, y solamente se tiene cuentas por cobrar por alrededor de $500 millones. Un déficit superior a los $3.000 millones que ya está afectando el pago a los trabajadores.
La Terminal tiene 4 fuentes de ingresos: la tasa de uso, la cual pagan las empresas por entrada y salida de buses; segundo, el arriendo en el parqueadero de inmovilizados; tercero, el parqueadero de usuarios y, cuarto, los locales comerciales que son propiedad de la Terminal. La tasa de uso y la inmovilización son la principal fuente sin embargo no alcanza.
Bien dice Díaz que “las terminales y los aeropuertos son las cartas de presentación de las ciudades”. El exgerente Andrés Camilo Castro, quien estuvo hasta el 31 de diciembre de 2023, aseguró que: “Para nadie es un secreto los embargos , hice acuerdos de pago con la DIAN; la terminal le debía 400 millones de pesos. Con Afinia también. Buscamos soluciones y alianzas estratégicas para mejorar los ingresos”. Castro hizo grandes esfuerzos pero dada la magnitud del problema, incrementado por la pandemia que paralizó la Terminal pero mantuvo las nóminas, fueron insuficientes.
También la situación económica y la inseguridad está afectando el transporte y los volúmenes han bajado. Eso también pasó en el aeropuerto, con menos pasajeros el pasado 2023. La ilegalidad en el transporte también afecta las finanzas del SIVA y aplaza el cumplimiento de metas.
Hace una década la Terminal de Transporte de Valledupar era considerada como una de las mejores de la región Caribe por su excelente infraestructura. Sin embargo, la pandemia y malas administraciones golpearon las finanzas de la terminal hasta el punto que hoy está quebrada y cayéndose a pedazos.
Hoy en informe sobre el Terminal de Transportes; hace unos días en uno sobre el Sistema de Transporte Estratégico de buses que opera el SIVA. En los dos casos hay una amenaza común: el transporte informal. No son solo las aplicaciones, que en realidad no tienen la culpa dado que son avances tecnológicos y mejoran el servicio al cliente que requiere cualquier tipo de movilización, sino el descarado y promovido uso del mototaxismo y el transporte que se hace sin registro, sin seguridad, sin cubrir un impuesto o contribución mínima y sin seguros que protejan a los usuarios.
Hace una década la Terminal de Transporte de Valledupar era considerada como una de las mejores de la región Caribe por su excelente infraestructura. Sin embargo, la pandemia y malas administraciones golpearon las finanzas de la terminal hasta el punto que hoy está quebrada y cayéndose a pedazos.
Así lo pudo verificar EL PILÓN en un recorrido por la principal entrada a Valledupar. La sala de abordaje, parqueo de taxis, zona de descanso de los conductores y donde arriban los buses tienen las cubiertas caídas. Otros sectores están sin techo, a sol y agua.
El problema es que la Terminal de Transporte no tiene recursos para renovar su infraestructura porque sus cuentas están embargadas. Son muchos los embargos por más de $1.000 millones de pesos. Es decir, los recursos que entran a las cuentas se los quedan los acreedores. “Tenemos 13 medidas cautelares de embargos. Hasta la razón social de la terminal está embargada. Por eso cada ingreso que llega se va a pagar deudas viejas”, dice el nuevo gerente Wynter Díaz.
Según los estados financieros, la Terminal de Transporte de Valledupar tiene cuentas por pagar por $3.500 millones, y solamente se tiene cuentas por cobrar por alrededor de $500 millones. Un déficit superior a los $3.000 millones que ya está afectando el pago a los trabajadores.
La Terminal tiene 4 fuentes de ingresos: la tasa de uso, la cual pagan las empresas por entrada y salida de buses; segundo, el arriendo en el parqueadero de inmovilizados; tercero, el parqueadero de usuarios y, cuarto, los locales comerciales que son propiedad de la Terminal. La tasa de uso y la inmovilización son la principal fuente sin embargo no alcanza.
Bien dice Díaz que “las terminales y los aeropuertos son las cartas de presentación de las ciudades”. El exgerente Andrés Camilo Castro, quien estuvo hasta el 31 de diciembre de 2023, aseguró que: “Para nadie es un secreto los embargos , hice acuerdos de pago con la DIAN; la terminal le debía 400 millones de pesos. Con Afinia también. Buscamos soluciones y alianzas estratégicas para mejorar los ingresos”. Castro hizo grandes esfuerzos pero dada la magnitud del problema, incrementado por la pandemia que paralizó la Terminal pero mantuvo las nóminas, fueron insuficientes.
También la situación económica y la inseguridad está afectando el transporte y los volúmenes han bajado. Eso también pasó en el aeropuerto, con menos pasajeros el pasado 2023. La ilegalidad en el transporte también afecta las finanzas del SIVA y aplaza el cumplimiento de metas.