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Columnista - 22 octubre, 2023

Vitales elecciones del 29

Yo no veo, al menos hasta el momento, posibilidad de que Petro se quede en el poder. Por un lado, su popularidad es apenas del 30 % y con eso no tiene fuerza suficiente en las calles como para soportar el golpe de estado que tendría que dar para quedarse.

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El control de las gobernaciones más importantes, pero sobre todo de las alcaldías de las capitales más grandes, pesa mucho cuando de elegir presidente se trata. No dudo de que lo fueron para las presidenciales pasadas. López en Bogotá, Ospina en Cali, Dau en Cartagena y Quintero en Medellín, influyeron decisivamente en el triunfo de Petro. Ganó con holgura en todas esas ciudades menos en Medellín, donde el peso del centro y la derecha son mayores que en cualquier otra parte. Claudia fue apenas regular. Dau, Ospina y Quintero fueron muy malos y sus mandatos estuvieron rodeados de escándalos de corrupción.

Yo no veo, al menos hasta el momento, posibilidad de que Petro se quede en el poder. Por un lado, su popularidad es apenas del 30 % y con eso no tiene fuerza suficiente en las calles como para soportar el golpe de estado que tendría que dar para quedarse. Por el otro, en general los contrapesos institucionales están operando incluso, a pesar de los altibajos, en el Congreso. Y aunque se esperaba mucha más templanza por parte del mando militar, tampoco se ve que Petro pudiera conseguir entre ellos el apoyo que necesitaría para semejante aventura. El mando puede estar callado, pero eso no significa que esté contento con la situación que vive o con las políticas del gobierno ni, mucho menos, que apoyaría un golpe de Petro. Para rematar, la situación económica se deteriora aceleradamente y la inseguridad es cada día más aguda. Tarde o temprano le pasarán factura al gobierno.

Petro, sin embargo, tiene unas ventajas: la oposición sigue siendo débil y está fragmentada; los partidos liberal, de la U y los conservadores tienden a venderse por un plato de lentejas; el próximo año tendrá fiscal de bolsillo; también contará con un presupuesto gigantesco, el más alto que nunca en la historia, un 20 % mayor que el del 2023, y, por tanto, mucha capacidad de gasto para comprar apoyos con subsidios y con corrupción; y cuenta con el soporte de los grupos criminales, todos ellos beneficiados por unas políticas gubernamentales que con la excusa de la ‘paz total’ no solo paralizan a la Fuerza Pública sino que les garantizan impunidad y enormes provechos estratégicos.

Por eso, de nuevo, la importancia nacional de elegir alcaldes y gobernadores que no sean petristas. Las proyecciones son buenas. La izquierda perderá Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena y Medellín. De hecho, ni siquiera es claro que gane en Santa Marta. Y en las gobernaciones tampoco va a ganar nada importante, aunque puede participar en algunas coaliciones que pueden triunfar, como la de Luis Pérez en Antioquia. No deja de ser difícil de creer que Suárez y Rendón no hayan sido capaces de ponerse de acuerdo para derrotar a Lupe.

Por: Rafael Nieto Loaiza

Columnista
22 octubre, 2023

Vitales elecciones del 29

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rafael Nieto Loaiza

Yo no veo, al menos hasta el momento, posibilidad de que Petro se quede en el poder. Por un lado, su popularidad es apenas del 30 % y con eso no tiene fuerza suficiente en las calles como para soportar el golpe de estado que tendría que dar para quedarse.


El control de las gobernaciones más importantes, pero sobre todo de las alcaldías de las capitales más grandes, pesa mucho cuando de elegir presidente se trata. No dudo de que lo fueron para las presidenciales pasadas. López en Bogotá, Ospina en Cali, Dau en Cartagena y Quintero en Medellín, influyeron decisivamente en el triunfo de Petro. Ganó con holgura en todas esas ciudades menos en Medellín, donde el peso del centro y la derecha son mayores que en cualquier otra parte. Claudia fue apenas regular. Dau, Ospina y Quintero fueron muy malos y sus mandatos estuvieron rodeados de escándalos de corrupción.

Yo no veo, al menos hasta el momento, posibilidad de que Petro se quede en el poder. Por un lado, su popularidad es apenas del 30 % y con eso no tiene fuerza suficiente en las calles como para soportar el golpe de estado que tendría que dar para quedarse. Por el otro, en general los contrapesos institucionales están operando incluso, a pesar de los altibajos, en el Congreso. Y aunque se esperaba mucha más templanza por parte del mando militar, tampoco se ve que Petro pudiera conseguir entre ellos el apoyo que necesitaría para semejante aventura. El mando puede estar callado, pero eso no significa que esté contento con la situación que vive o con las políticas del gobierno ni, mucho menos, que apoyaría un golpe de Petro. Para rematar, la situación económica se deteriora aceleradamente y la inseguridad es cada día más aguda. Tarde o temprano le pasarán factura al gobierno.

Petro, sin embargo, tiene unas ventajas: la oposición sigue siendo débil y está fragmentada; los partidos liberal, de la U y los conservadores tienden a venderse por un plato de lentejas; el próximo año tendrá fiscal de bolsillo; también contará con un presupuesto gigantesco, el más alto que nunca en la historia, un 20 % mayor que el del 2023, y, por tanto, mucha capacidad de gasto para comprar apoyos con subsidios y con corrupción; y cuenta con el soporte de los grupos criminales, todos ellos beneficiados por unas políticas gubernamentales que con la excusa de la ‘paz total’ no solo paralizan a la Fuerza Pública sino que les garantizan impunidad y enormes provechos estratégicos.

Por eso, de nuevo, la importancia nacional de elegir alcaldes y gobernadores que no sean petristas. Las proyecciones son buenas. La izquierda perderá Bogotá, Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Cartagena y Medellín. De hecho, ni siquiera es claro que gane en Santa Marta. Y en las gobernaciones tampoco va a ganar nada importante, aunque puede participar en algunas coaliciones que pueden triunfar, como la de Luis Pérez en Antioquia. No deja de ser difícil de creer que Suárez y Rendón no hayan sido capaces de ponerse de acuerdo para derrotar a Lupe.

Por: Rafael Nieto Loaiza