Nuestra casa, Valledupar, está de fiesta y nosotros como residentes de ella oficiamos como anfitriones y para ello hay que prepararse y tener en cuenta hasta el más mínimo detalle, eso es fundamental para que los invitados se vayan contentos, satisfechos y con la mejor imagen de la Capital Mundial del Vallenato y su máximo evento folclórico.

Al igual que todos los años, para la versión número 56 del Festival de la Leyenda Vallenata, con mucho tiempo de antelación Valledupar, los organizadores y todas las entidades y sectores que de una u otra manera están involucrados con la realización de estas festividades culturales, han venido preparándose para adecuar y condicionar a la ciudad para que luzca de la mejor forma y permita el pleno disfrute tanto a propios como a visitantes.

Pero el compromiso no es solo de los organizadores del Festival Vallenato, ni de las autoridades gubernamentales y de control del orden público, sino que esa es una tarea en la que todos los que nos consideremos ciudadano de bien debemos participar de manera directa o indirecta, nosotros como personas también tenemos que prepararnos y actuar en consecuencia para brindar lo mejor de sí a todo aquel que visite a Valledupar.

Nuestra conducta es fundamental para seguir irradiando esa imagen y ese concepto del que gozamos los vallenatos como gente amable y con mucho calor humano, contagiada siempre con la alegría, el jolgorio y el entusiasmo que caracteriza a todos los amantes del apasionante universo del folclor vallenato.

El llamado entonces es a todos los estamentos sociales para hacer de este festival esa gran fiesta vallenata que hoy es noticia nacional e internacional, todos somos responsables de su total éxito o de ciertos lunares que podrían presentarse, pero la misma dinámica del evento hace que el comportamiento o los procedimientos de algunos sectores en específicos sea más evidentes, tales como el hotelero, transporte público (taxistas), venta de comidas, bebidas y licores. En síntesis, todos los servicios de atención al público.

En general, a los miembros de esa cadena productiva, que se desarrolla en el Festival, les compete en demasía vender y promocionar de la mejor manera a nuestra ciudad y a todo su entorno regional y cultural, eso se logra actuando con educación, que prevalezca la fina cortesía y en especial que no se desborden con altos precios y tarifas de los servicios que prestan. Ojalá haya cero especulación y que no nos vayan a comparar con las playas de Cartagena.

En cuanto a las autoridades, todavía hay muchos detalles por ultimar, tales como mayor manejo de las basuras en las calles, sincronización de los semáforos, mejor señalización de tránsito, aumentar la presencia policiva en los sitios neurálgicos del Festival, seguir gestionando la solución al transporte aéreo, optimización de los servicios públicos domiciliarios, control y organización de los vendedores ambulantes, entre otros aspectos.

Lo cierto es que el Festival Vallenato 2023 inició su marcha y desde ya se siente el mejor ambiente de fiesta en sus calles y en los distintos sitios programados para su realización.