Colombia está en un vórtice, una fuerza centrípeta la atrapa cual agujero negro, salir de allí requiere mucha sinergia humana, una densidad inmensa de voluntades se precisa. Parece como si los arcanos la hubiesen condenado al suplicio eterno para que nunca encuentre la felicidad. 

Solo se escucha el gemido de los atormentados sin que nadie se acerque a redimirlos, el infierno de Dante se trasladó a Colombia con todos sus demonios. Nuestra patria debería ser un paraíso lleno de encantos, una especie de firmamento en la misma tierra. 

Infortunadamente no es así, fuimos conquistados por forajidos que nos dejaron todas sus flaquezas, vergüenzas y ausencia de principios, con la complicidad de los catequistas que vinieron con los verdugos. Llevamos 500 años de sometimiento, destrucción y torturas, el sueño de Bolívar de entregarnos una república democrática, justa y soberana fue escamoteado por los herederos de los conquistadores que nos engañaron. 

Desde entonces, hemos esperado 200 años para que se cumplan los designios del genio de América sin posibilidad alguna. Una casta de chapetones con pretensiones monárquicas, peores que los soldados de Morillo, se tomó la república a sangre y fuego. Hoy vivimos peor que en la Colonia española, sufriendo violencia sofisticada de parte de una mafia que ha impuesto procedimientos inauditos para mantenerse en el poder a expensas del erario. 

Muchos intentos se han probado para retomar la senda de nuestros libertadores pero han sido fallidos; siete personas que han intentado hacerlo, fueron asesinadas y ese método parece estar vigente. El intento de matar a Petro en Cúcuta hace cuatro años y el descubierto plan para hacerlo ahora en Pereira, así lo confirman. 

La mafia en el poder no está dispuesta a perder sus inmensos privilegios, de eso han vivido por generaciones. Aquí no se sabe dónde termina lo legal y donde comienza lo ilegal, es una frontera sutil e invisible. Por eso Petro habla del Estado mafioso. 

El día D significa un rompimiento con el pasado y será este domingo, con una propuesta democrática que defienda la vida y garantice un tranquilo transcurrir de todas las actividades e inclusión total dentro de unos postulados mínimos de convivencia. 

Nos preocupa la frivolidad de un pueblo que desfila frente al verdugo: “César, los que van a morir te saludan”. Pero no habrá otra oportunidad en cien años, ahora o nunca. ¿Quiénes compiten? De un lado están en gavilla los grandes beneficiarios del poder. Del otro, está el P.H por la democracia y la vida. No hay más alternativa. “Si perdéis este momento de efervescencia y calor….”, nos esperan 100 años más de soledad. El miedo, inventado por los impostores, ahora cunde sobre ellos, los privilegios a perder son inmensos, las penas por purgar serán largas, las encuestas lo indican. Los sondeos de opinión nos favorecen, esto está definido, no hay que ser adivino. Me gusta Yanhas porque da información por grupos etarios, ganando Petro entre los 18 y los 54 años donde se concentra el 63% de la población. Por regiones barre: ganaría en Bogotá con 51%, en el Pacífico con 63%, en el Caribe con 49% y en el eje cafetero 23 contra 38% de ‘Fico’; estas son cuatro regiones decisorias. Recuerden, 1% en Bogotá es más que 1% en Valledupar. Para estas elecciones se espera que voten 20.6 millones de personas y en las regiones citadas Petro obtendría 10 millones de votos, faltando el centro-suroriente donde Petro obtendría el 25.8% según Invamer, dos millones más de votos; total, 12 millones, cambio en 1ª. Si no acierto es por sesgos en las encuestas. Guarden estos guarismos. ¡Petro presidente!