Esta práctica rudimentaria consiste en rellenar de escombros los cráteres en las vías.
En esta capital se ha convertido en una práctica común que personas anónimas rellenen los cráteres con materiales como escombros o basuras para una solución momentánea a la problemática del mal estado de las vías en Valledupar.
Ante la falta de destinación de recursos por parte del gobierno municipal para el mantenimiento de la malla vial, la ciudadanía vela por realizar trabajos de reparación de las carreteras, sin embargo, muchos de ellos no cuentan con los conocimientos técnicos para este tipo de actividades.
“El tapahueco es lo que realizan personas anónimas en los sitios donde aparecen los cráteres que rellenan el hueco con productos como arena o escombro, materiales que no aportan técnicamente nada a la resistencia del asfalto con concreto y por el contrario, producen una afectación a la vía, ya que al momento de hacer la reparación técnica, hay que retirarlos porque contaminan las capas adyacentes de base y/o sub-base”, explicó Heider López, docente del programa de Ingeniería Civil de Areandina sede Valledupar.
López instó a las personas que realizan esta función, que tengan competencias básicas en torno al mantenimiento de vías para poder ejercer control y veeduría, para ello considera que es importante que sepan las diferencias entre parcheo, bacheo o tapahuecos.
“El parcheo de vías es el proceso de reparación en pequeñas áreas fracturadas de las carpetas de concreto hidráulico o asfáltico; el bacheo por su parte consiste en reparar los hoyos que aparecen en las vías y tapahuecos consiste en rellenar los huecos presentados en las vías con cualquier tipo de material como una solución momentánea mientras se realizan los trabajos de parcheo”, afirmó López
El experto detalló que el parcheo tiene una mayor complejidad y aplica una reparación más técnica, mientras que el bacheo es el trabajo de mantenimiento de la sola capa de asfalto con productos sellantes como manera preventiva para evitar que las grietas o fisuras tomen dimensiones que se vea afectada la estructura de pavimento. Por último, el tapahueco, que es una práctica común, termina siendo una medida que a largo plazo genera una mayor afectación en el terreno.
El docente universitario recomendó que la ciudadanía vele por el estado de las vías y solicite el mantenimiento a las autoridades correspondientes con el fin de que se realice con el mayor profesionalismo y se eviten daños mayores en las carreteras.
“Los ciudadanos somos veedores de este tipo de obras, tenemos que velar por el buen estado de las vías, hay diferentes instancias a las que pueden recurrir y manifestar situaciones que pueden llevar a accidentes por el poco mantenimiento de las carreteras, hoy en día, incluso la contraloría, dicta permanentemente cursos de control de veedurías ciudadanas”, acotó López.
LAS CAPITALES: LAS MAYORES AFECTADAS
Por otro lado, el informe presentado por el Areandina determinó que es “común” que sean las ciudades principales las que tengan un mayor número de vías en estado no óptimo para el flujo vehicular. Según el docente López, esto se debe a que en muchas regiones se funde el pavimento y posteriormente es que se realizan las conexiones de agua potable, alcantarillado, fibra óptica y demás, las cuales debilitan la estructura.
“Cuando realizan instalaciones y reparaciones después de pavimentada la vía es muy frecuente que se vean hundimientos en esas reparaciones, los cuales se van incrementando con las épocas de lluvias y el transitar de los vehículos pesados debido, ya que éstos producen la fatiga de las regiones aledañas a este proceso, lo que puede llevar a un colapso de la carretera”, añadió el experto.
¿POR QUÉ SE DAÑAN LAS VÍAS?
La falta de mantenimiento y la circulación de transporte de carga pesada, serían las principales causas del deterioro de las vías en la capital cesarense. “Los pavimentos suelen degradarse gracias a aspectos tales como la repetición de cargas rodantes (tráfico), de los agentes climáticos y del tiempo, lo cual requiere que permanentemente reciban mantenimientos preventivos y así evitar la falla de la estructura y por consiguiente gastos onerosos”, concluyó el informe del Areandina.
POR KAREN LILIANA PÉREZ / EL PILÓN
@karenperezcol
Esta práctica rudimentaria consiste en rellenar de escombros los cráteres en las vías.
En esta capital se ha convertido en una práctica común que personas anónimas rellenen los cráteres con materiales como escombros o basuras para una solución momentánea a la problemática del mal estado de las vías en Valledupar.
Ante la falta de destinación de recursos por parte del gobierno municipal para el mantenimiento de la malla vial, la ciudadanía vela por realizar trabajos de reparación de las carreteras, sin embargo, muchos de ellos no cuentan con los conocimientos técnicos para este tipo de actividades.
“El tapahueco es lo que realizan personas anónimas en los sitios donde aparecen los cráteres que rellenan el hueco con productos como arena o escombro, materiales que no aportan técnicamente nada a la resistencia del asfalto con concreto y por el contrario, producen una afectación a la vía, ya que al momento de hacer la reparación técnica, hay que retirarlos porque contaminan las capas adyacentes de base y/o sub-base”, explicó Heider López, docente del programa de Ingeniería Civil de Areandina sede Valledupar.
López instó a las personas que realizan esta función, que tengan competencias básicas en torno al mantenimiento de vías para poder ejercer control y veeduría, para ello considera que es importante que sepan las diferencias entre parcheo, bacheo o tapahuecos.
“El parcheo de vías es el proceso de reparación en pequeñas áreas fracturadas de las carpetas de concreto hidráulico o asfáltico; el bacheo por su parte consiste en reparar los hoyos que aparecen en las vías y tapahuecos consiste en rellenar los huecos presentados en las vías con cualquier tipo de material como una solución momentánea mientras se realizan los trabajos de parcheo”, afirmó López
El experto detalló que el parcheo tiene una mayor complejidad y aplica una reparación más técnica, mientras que el bacheo es el trabajo de mantenimiento de la sola capa de asfalto con productos sellantes como manera preventiva para evitar que las grietas o fisuras tomen dimensiones que se vea afectada la estructura de pavimento. Por último, el tapahueco, que es una práctica común, termina siendo una medida que a largo plazo genera una mayor afectación en el terreno.
El docente universitario recomendó que la ciudadanía vele por el estado de las vías y solicite el mantenimiento a las autoridades correspondientes con el fin de que se realice con el mayor profesionalismo y se eviten daños mayores en las carreteras.
“Los ciudadanos somos veedores de este tipo de obras, tenemos que velar por el buen estado de las vías, hay diferentes instancias a las que pueden recurrir y manifestar situaciones que pueden llevar a accidentes por el poco mantenimiento de las carreteras, hoy en día, incluso la contraloría, dicta permanentemente cursos de control de veedurías ciudadanas”, acotó López.
LAS CAPITALES: LAS MAYORES AFECTADAS
Por otro lado, el informe presentado por el Areandina determinó que es “común” que sean las ciudades principales las que tengan un mayor número de vías en estado no óptimo para el flujo vehicular. Según el docente López, esto se debe a que en muchas regiones se funde el pavimento y posteriormente es que se realizan las conexiones de agua potable, alcantarillado, fibra óptica y demás, las cuales debilitan la estructura.
“Cuando realizan instalaciones y reparaciones después de pavimentada la vía es muy frecuente que se vean hundimientos en esas reparaciones, los cuales se van incrementando con las épocas de lluvias y el transitar de los vehículos pesados debido, ya que éstos producen la fatiga de las regiones aledañas a este proceso, lo que puede llevar a un colapso de la carretera”, añadió el experto.
¿POR QUÉ SE DAÑAN LAS VÍAS?
La falta de mantenimiento y la circulación de transporte de carga pesada, serían las principales causas del deterioro de las vías en la capital cesarense. “Los pavimentos suelen degradarse gracias a aspectos tales como la repetición de cargas rodantes (tráfico), de los agentes climáticos y del tiempo, lo cual requiere que permanentemente reciban mantenimientos preventivos y así evitar la falla de la estructura y por consiguiente gastos onerosos”, concluyó el informe del Areandina.
POR KAREN LILIANA PÉREZ / EL PILÓN
@karenperezcol