El pan es uno de los alimentos más antiguos en la historia. Su versatilidad para acompañar las comidas y sus bajos costos de producción, lo convierten en un producto ideal para ser consumido por personas de todas las edades en cualquier momento.
Desde tiempos inmemoriales, el pan ha sido un producto esencial en la alimentación de la humanidad. En el caso de los colombianos, la producción y consumo de productos derivados del trigo y principalmente el pan, se fueron integrando a las dietas de los colombianos desde la época de la conquista.
El trigo contiene carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales como zinc, selenio, yodo, potasio y pequeñas cantidades de magnesio, hierro, calcio y sodio. Todos estos componentes ayudan a suministrar energía al cuerpo, contribuyen a la producción de hormonas, al funcionamiento de las células y al crecimiento de tejidos.
Cabe destacar que el trigo que se consume en Colombia contiene entre un 11% hasta un 12.5% de proteína más, con respecto a muchos otros alimentos naturales.
Tanta ha sido su relevancia que tiene incluso su propio día: el 16 de octubre. En el marco de esta celebración, Jaime Jiménez Villarraga, Director de Fedemol (Federación Nacional de molineros de Trigo), habló sobre este acontecimiento y su importancia para la industria en Colombia.
“El pan es producido por cerca de 30.000 panaderías en todo el país, muchas pequeñas y medianas empresas familiares que atienden áreas específicas de su entorno en una amplia competencia. Es un alimento presente en todos los rincones del país y en todos los hogares independientemente de su tamaño, naturaleza o nivel social. Eso lo hace importante”, afirmó.
De acuerdo con Fedemol, de la totalidad de la harina que se utiliza en el país y que alcanza 1,2 millones de toneladas en el año, el 70% se destina a la panificación y el 30% restante a la producción de pastas alimenticias y productos de galletería.
Según Jiménez, “el consumo de pan en Colombia es comparativamente bajo al que se registra en países con similar nivel de desarrollo. En total se estima que existe un consumo anual por habitante entre 29 y 32 kilogramos por persona al año, mientras que en países como México llega a los 60 kilogramos y en Ecuador a los 38 kilos por persona anualmente”.
Desde hace tres años, el gremio ha adelantado el programa ‘Come más pan’, a través del cual se incentiva el consumo mediante la divulgación de información sobre la importancia del pan en la salud y bienestar de los consumidores.
También, en convenio con el SENA han desarrollado, para panaderos, proyectos de actualización en elaboración, producción y comercialización de este producto.
Uno de los mitos más conocidos es que hay una relación directa entre la obesidad y el consumo de pan. “Este alimento ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, mientras que la obesidad como fenómeno universal es un problema de salud pública de la segunda mitad del siglo XX”.
Enfermedades como la obesidad o el sobrepeso, especialmente en los países en desarrollo, es más un fenómeno de mala nutrición y hábitos inadecuados de alimentación, que de consumo excesivo de nutrientes o de sobrealimentación.
Otro mito que se ha creado es que la eliminación de gluten contribuye a la pérdida de peso. No obstante, no ha existido hasta el momento evidencia científica que confirme esta hipótesis.
“Realmente las únicas personas que deben abstenerse de consumir gluten son aquellas que esté comprobado médicamente que son celíacos. Esta es una enfermedad digestiva del intestino que altera la capacidad del organismo para absorber las vitaminas, minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos” resaltó Jiménez.
El pan es uno de los alimentos más antiguos en la historia. Su versatilidad para acompañar las comidas y sus bajos costos de producción, lo convierten en un producto ideal para ser consumido por personas de todas las edades en cualquier momento.
Desde tiempos inmemoriales, el pan ha sido un producto esencial en la alimentación de la humanidad. En el caso de los colombianos, la producción y consumo de productos derivados del trigo y principalmente el pan, se fueron integrando a las dietas de los colombianos desde la época de la conquista.
El trigo contiene carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales como zinc, selenio, yodo, potasio y pequeñas cantidades de magnesio, hierro, calcio y sodio. Todos estos componentes ayudan a suministrar energía al cuerpo, contribuyen a la producción de hormonas, al funcionamiento de las células y al crecimiento de tejidos.
Cabe destacar que el trigo que se consume en Colombia contiene entre un 11% hasta un 12.5% de proteína más, con respecto a muchos otros alimentos naturales.
Tanta ha sido su relevancia que tiene incluso su propio día: el 16 de octubre. En el marco de esta celebración, Jaime Jiménez Villarraga, Director de Fedemol (Federación Nacional de molineros de Trigo), habló sobre este acontecimiento y su importancia para la industria en Colombia.
“El pan es producido por cerca de 30.000 panaderías en todo el país, muchas pequeñas y medianas empresas familiares que atienden áreas específicas de su entorno en una amplia competencia. Es un alimento presente en todos los rincones del país y en todos los hogares independientemente de su tamaño, naturaleza o nivel social. Eso lo hace importante”, afirmó.
De acuerdo con Fedemol, de la totalidad de la harina que se utiliza en el país y que alcanza 1,2 millones de toneladas en el año, el 70% se destina a la panificación y el 30% restante a la producción de pastas alimenticias y productos de galletería.
Según Jiménez, “el consumo de pan en Colombia es comparativamente bajo al que se registra en países con similar nivel de desarrollo. En total se estima que existe un consumo anual por habitante entre 29 y 32 kilogramos por persona al año, mientras que en países como México llega a los 60 kilogramos y en Ecuador a los 38 kilos por persona anualmente”.
Desde hace tres años, el gremio ha adelantado el programa ‘Come más pan’, a través del cual se incentiva el consumo mediante la divulgación de información sobre la importancia del pan en la salud y bienestar de los consumidores.
También, en convenio con el SENA han desarrollado, para panaderos, proyectos de actualización en elaboración, producción y comercialización de este producto.
Uno de los mitos más conocidos es que hay una relación directa entre la obesidad y el consumo de pan. “Este alimento ha acompañado a la humanidad desde tiempos inmemoriales, mientras que la obesidad como fenómeno universal es un problema de salud pública de la segunda mitad del siglo XX”.
Enfermedades como la obesidad o el sobrepeso, especialmente en los países en desarrollo, es más un fenómeno de mala nutrición y hábitos inadecuados de alimentación, que de consumo excesivo de nutrientes o de sobrealimentación.
Otro mito que se ha creado es que la eliminación de gluten contribuye a la pérdida de peso. No obstante, no ha existido hasta el momento evidencia científica que confirme esta hipótesis.
“Realmente las únicas personas que deben abstenerse de consumir gluten son aquellas que esté comprobado médicamente que son celíacos. Esta es una enfermedad digestiva del intestino que altera la capacidad del organismo para absorber las vitaminas, minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos” resaltó Jiménez.