A pesar de que las autoridades de salud y policivas del departamento intensifican campañas para prevenir el uso de la pólvora, el número de quemados está aumentando en el Cesar.
A pesar de que las autoridades de salud y policivas del departamento intensifican campañas para prevenir el uso de la pólvora, el número de quemados está aumentando en el Cesar.
Hasta la fecha, se han presentado cinco personas quemadas cuando manipularon bengalas, totes, entre otros elementos explosivos, esta cifra es entregada por el Instituto Nacional de Salud, INS.
Según el INS, basado en las cifras que recoge en todo el país el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública, Sivigila, son cuatro los municipios que entregan reporte de quemados por el Cesar, donde Antioquia lidera las cifras.
Los reportes indican que del total de lesionados, dos son menores de edad. Los hechos se han registrado en los siguientes municipios; Aguachica y San Diego, con una persona cada uno mayor de edad; en Manaure hay un adulto y un niño lesionado. Finalmente, en Becerril, un niño resultó quemado con pólvora.
Frente al mismo periodo de 2015, el Cesar reportó un adulto y tres niños quemados, para un total de cuatro víctimas; una menos que este año, es decir que hasta la fecha hay un 25 % de aumento en las cifras.
En Colombia, hasta el 11 de diciembre se han registrado 164 casos de personas quemadas, 88 de ellas, menores de edad. Para la misma fecha del 2015, la cifra era de 242 quemados. De ese total, 117 fueron menores de edad. Este año, frente al mismo periodo de 2015, existe una reducción de 78 personas quemadas.
La secretaria de Salud Departamental, Carmen Sofía Daza Orozco, fue la encargada de presentar la estrategia “Que en esta Navidad solo estalle la alegría, prende la fiesta sin pólvora”, que busca llegar a la población para alertarla sobre las fatales consecuencias que tiene la manipulación irresponsable de la pólvora, entre ellas la intoxicación con fósforo blanco, la pérdida de la visión, la amputación de miembros y hasta la muerte.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
A pesar de que las autoridades de salud y policivas del departamento intensifican campañas para prevenir el uso de la pólvora, el número de quemados está aumentando en el Cesar.
A pesar de que las autoridades de salud y policivas del departamento intensifican campañas para prevenir el uso de la pólvora, el número de quemados está aumentando en el Cesar.
Hasta la fecha, se han presentado cinco personas quemadas cuando manipularon bengalas, totes, entre otros elementos explosivos, esta cifra es entregada por el Instituto Nacional de Salud, INS.
Según el INS, basado en las cifras que recoge en todo el país el Sistema Nacional de Vigilancia en Salud Pública, Sivigila, son cuatro los municipios que entregan reporte de quemados por el Cesar, donde Antioquia lidera las cifras.
Los reportes indican que del total de lesionados, dos son menores de edad. Los hechos se han registrado en los siguientes municipios; Aguachica y San Diego, con una persona cada uno mayor de edad; en Manaure hay un adulto y un niño lesionado. Finalmente, en Becerril, un niño resultó quemado con pólvora.
Frente al mismo periodo de 2015, el Cesar reportó un adulto y tres niños quemados, para un total de cuatro víctimas; una menos que este año, es decir que hasta la fecha hay un 25 % de aumento en las cifras.
En Colombia, hasta el 11 de diciembre se han registrado 164 casos de personas quemadas, 88 de ellas, menores de edad. Para la misma fecha del 2015, la cifra era de 242 quemados. De ese total, 117 fueron menores de edad. Este año, frente al mismo periodo de 2015, existe una reducción de 78 personas quemadas.
La secretaria de Salud Departamental, Carmen Sofía Daza Orozco, fue la encargada de presentar la estrategia “Que en esta Navidad solo estalle la alegría, prende la fiesta sin pólvora”, que busca llegar a la población para alertarla sobre las fatales consecuencias que tiene la manipulación irresponsable de la pólvora, entre ellas la intoxicación con fósforo blanco, la pérdida de la visión, la amputación de miembros y hasta la muerte.
Por Carlos Mario Jiménez
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