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Farándula - 18 septiembre, 2015

Poncho y Enrique

Hace un año hoy, 18 de septiembre, se registró la muerte de ese juglar auténtico de nuestra música vallenata, quizás el último que nos quedaba: el maestro Enrique Díaz Tovar, que por cosas del destino murió el mismo día que ‘Poncho’ Zuleta cumple años de vida.

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Hace un año hoy, 18 de septiembre, se registró la muerte de ese juglar auténtico de nuestra música vallenata, quizás el último que nos quedaba: el maestro Enrique Díaz Tovar, que por cosas del destino murió el mismo día que ‘Poncho’ Zuleta cumple años de vida.

Yo fui testigo de esa gran amistad de la familia Zuleta con este afamado músico que nació un tres abril en Palo Alto, corregimiento muy cercano a María la Baja, municipio donde vivió gran parte de su vida, fundado por unos campesinos que buscando agua, se posesionaron en esa tierra baja y recibió su nombre porque ellos venían de la población de María la Alta, como inicialmente se llamaba el famoso Carmen de Bolívar y de allí su nombre para diferenciar esta tierra fértil y con abundante agua.

Poncho Zuleta con su majestuosa obra al lado de su hermano Emiliano, se convirtió sin duda alguna en el eje central donde gira un mundo lleno de parrandas, cantos anécdotas y alegrías. Con un estilo único fundado en el principio de la conservación y la prolongación de la enseñanza dejada genéticamente por su gestor natural Emiliano Zuleta Banquero.

Poncho, querido y respetado por sus colegas, quienes ven en él, un gran ejemplo como profesional, como persona y como un referente para alcanzar un sitio especial en este universo lleno de estrellas, ilumina nuestro hermoso folclor.

El maestro Enrique me decía: “Compa yo la música mía no la escucho”, cuando tomaba en alguna cantina de su pueblo, la música que más escuchaba era la de Farid Ortiz, Diomedes Díaz y las rancheras de Antonio Aguilar, en una oportunidad me dijo “compa ese tipo si sabe cantá”.

Me comentan a cada momento mis amigos Poncho y Emilianito que esa misma música que no escuchaba el propio Enrique era la que le gustaba a su querida su madre la señora Carmen Díaz y cada vez que salía un disco de él, tenían la obligación moral de llevárselo a su progenitora. Este campesino hizo historia con muchísimos éxitos que aún se escuchan en muchos rincones del país y fuera de él, siendo ‘La Caja Negra’, de la autoría de Rafael Valencia, uno de los más sonados; me contó hace mucho tiempo ese gran maestro del que siempre sentí respeto, admiración y con quien me unió una gran amistad de muchos años, cuando yo apenas comenzaba en estos ajetreos de la música, que ‘La Caja Negra’ la grabó inicialmente Luis Enrique Martínez. La escucho en la población de El Difícil, Magdalena.

“Compa apenas oí ‘La caja negra’ yo me dije, esa pieza me queda bien es a mí, y le dije al que ponía los discos que lo repitiera varias veces hasta que me la aprendí. Compa como a los 15 días me fui pa’ Medellín a discos Victoria y la primera pieza que grabe fue esa, compa Julio cuando reventó ese disco vea, no había cantina donde no sonara, eso se rego rápido por todos los pueblos”.

Feliz cumpleaños Poncho, nuestro folklor te necesita por muchos años más. Enrique, paz en su tumba, nos dejaste un legado musical que jamás morirá.

Por Julio Rojas Buendía

Farándula
18 septiembre, 2015

Poncho y Enrique

Hace un año hoy, 18 de septiembre, se registró la muerte de ese juglar auténtico de nuestra música vallenata, quizás el último que nos quedaba: el maestro Enrique Díaz Tovar, que por cosas del destino murió el mismo día que ‘Poncho’ Zuleta cumple años de vida.


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Hace un año hoy, 18 de septiembre, se registró la muerte de ese juglar auténtico de nuestra música vallenata, quizás el último que nos quedaba: el maestro Enrique Díaz Tovar, que por cosas del destino murió el mismo día que ‘Poncho’ Zuleta cumple años de vida.

Yo fui testigo de esa gran amistad de la familia Zuleta con este afamado músico que nació un tres abril en Palo Alto, corregimiento muy cercano a María la Baja, municipio donde vivió gran parte de su vida, fundado por unos campesinos que buscando agua, se posesionaron en esa tierra baja y recibió su nombre porque ellos venían de la población de María la Alta, como inicialmente se llamaba el famoso Carmen de Bolívar y de allí su nombre para diferenciar esta tierra fértil y con abundante agua.

Poncho Zuleta con su majestuosa obra al lado de su hermano Emiliano, se convirtió sin duda alguna en el eje central donde gira un mundo lleno de parrandas, cantos anécdotas y alegrías. Con un estilo único fundado en el principio de la conservación y la prolongación de la enseñanza dejada genéticamente por su gestor natural Emiliano Zuleta Banquero.

Poncho, querido y respetado por sus colegas, quienes ven en él, un gran ejemplo como profesional, como persona y como un referente para alcanzar un sitio especial en este universo lleno de estrellas, ilumina nuestro hermoso folclor.

El maestro Enrique me decía: “Compa yo la música mía no la escucho”, cuando tomaba en alguna cantina de su pueblo, la música que más escuchaba era la de Farid Ortiz, Diomedes Díaz y las rancheras de Antonio Aguilar, en una oportunidad me dijo “compa ese tipo si sabe cantá”.

Me comentan a cada momento mis amigos Poncho y Emilianito que esa misma música que no escuchaba el propio Enrique era la que le gustaba a su querida su madre la señora Carmen Díaz y cada vez que salía un disco de él, tenían la obligación moral de llevárselo a su progenitora. Este campesino hizo historia con muchísimos éxitos que aún se escuchan en muchos rincones del país y fuera de él, siendo ‘La Caja Negra’, de la autoría de Rafael Valencia, uno de los más sonados; me contó hace mucho tiempo ese gran maestro del que siempre sentí respeto, admiración y con quien me unió una gran amistad de muchos años, cuando yo apenas comenzaba en estos ajetreos de la música, que ‘La Caja Negra’ la grabó inicialmente Luis Enrique Martínez. La escucho en la población de El Difícil, Magdalena.

“Compa apenas oí ‘La caja negra’ yo me dije, esa pieza me queda bien es a mí, y le dije al que ponía los discos que lo repitiera varias veces hasta que me la aprendí. Compa como a los 15 días me fui pa’ Medellín a discos Victoria y la primera pieza que grabe fue esa, compa Julio cuando reventó ese disco vea, no había cantina donde no sonara, eso se rego rápido por todos los pueblos”.

Feliz cumpleaños Poncho, nuestro folklor te necesita por muchos años más. Enrique, paz en su tumba, nos dejaste un legado musical que jamás morirá.

Por Julio Rojas Buendía