Según testigos, el anciano Eberto Jacobo Daza Mendoza, a las 9:20 de la mañana de ayer, se dirigía hacia un costado de Mercabastos con una bolsa en la mano; en ella llevada unos gatos que pretendía botar cuando cayó tendido en el piso.
Según testigos, el anciano Eberto Jacobo Daza Mendoza, a las 9:20 de la mañana de ayer, se dirigía hacia un costado de Mercabastos con una bolsa en la mano; en ella llevada unos gatos que pretendía botar cuando cayó tendido en el piso. Una ambulancia llegó minutos después y confirmó su muerte por fallas cardiacas.
De inmediato la policía hizo presencia en el lugar y la comunidad fue llegando para identificar a este hombre de 68 años, que vivía en el barrio Don Carmelo, al frente de donde quedó tendido sin vida.
“Yo lo vi cruzar la calle y cuando cayó me acerqué pero no lo toqué para evitar que dijeran que yo le había hecho algo”, dijo un motociclista, el primero en llegar hasta el cuerpo sin vida de Daza Mendoza.
La hija del fallecido llegó hasta el lugar y, sin éxito intentó reanimarlo con un masaje cardiaco. Ella desistió de la inspección de levantamiento que el CTI de la Fiscalía había llegado para realizar, debido a que aseguró que no era necesario ya que su padre padecía, con toda seguridad graves afecciones cardiacas y por esto falleció. El levantamiento lo hizo directamente una carroza fúnebre.
Según testigos, el anciano Eberto Jacobo Daza Mendoza, a las 9:20 de la mañana de ayer, se dirigía hacia un costado de Mercabastos con una bolsa en la mano; en ella llevada unos gatos que pretendía botar cuando cayó tendido en el piso.
Según testigos, el anciano Eberto Jacobo Daza Mendoza, a las 9:20 de la mañana de ayer, se dirigía hacia un costado de Mercabastos con una bolsa en la mano; en ella llevada unos gatos que pretendía botar cuando cayó tendido en el piso. Una ambulancia llegó minutos después y confirmó su muerte por fallas cardiacas.
De inmediato la policía hizo presencia en el lugar y la comunidad fue llegando para identificar a este hombre de 68 años, que vivía en el barrio Don Carmelo, al frente de donde quedó tendido sin vida.
“Yo lo vi cruzar la calle y cuando cayó me acerqué pero no lo toqué para evitar que dijeran que yo le había hecho algo”, dijo un motociclista, el primero en llegar hasta el cuerpo sin vida de Daza Mendoza.
La hija del fallecido llegó hasta el lugar y, sin éxito intentó reanimarlo con un masaje cardiaco. Ella desistió de la inspección de levantamiento que el CTI de la Fiscalía había llegado para realizar, debido a que aseguró que no era necesario ya que su padre padecía, con toda seguridad graves afecciones cardiacas y por esto falleció. El levantamiento lo hizo directamente una carroza fúnebre.