Los 13 mil estudiantes de las diferentes jornadas académicas de la Universidad Popular del Cesar en la sede de Valledupar, se enfrentan cada día a un verdadero viacrucis en sus propias instalaciones en materia de movilidad y seguridad.
Los 13 mil estudiantes de las diferentes jornadas académicas de la Universidad Popular del Cesar en la sede de Valledupar, se enfrentan cada día a un verdadero viacrucis en sus propias instalaciones en materia de movilidad y seguridad.
Se trata de la situación que se vive en la entrada principal del claustro universitario, sede Sabanas, por donde ingresa el mayor número de estudiantes, docentes y funcionarios, en cuyo lugar acceden busetas, buses, taxis, motocicletas y mototaxistas a dejar sus pasajeros, creando un verdadero caos, sin que ninguna autoridad policial o institucional controle este problema. La entrada arquitectónica de la UPC, bien diseñada por cierto, amplia y completa, se llena de motos, incluso de taxis que se suben hasta el andén, corriendo los estudiantes el riesgo de ser atropellados en plena vía peatonal.
Las horas pico, mañana, medio día y noche, son los tiempos más convulsionados en este lugar. En este caso ni la Secretaría de Tránsito, la Policía Nacional de Tránsito ni los directivos de la Universidad han pensado en solucionar este problema de movilidad que afecta tanto a la comunidad académica como a los vecinos de la institución.
A este caso de movilidad se le suma el de inseguridad fuera y dentro de la Universidad, que según ha conocido este Diario sólo este año los estudiantes han sido víctimas de los delincuentes al salir de las instalaciones, incluso en el interior. Tres motocicletas fueron hurtadas recientemente y también se ha descubierto a los mismos estudiantes hurtando elementos pedagógicos, como video beam y computadores de las aulas de clases, jóvenes que por ser menores de edad han sido dejados en libertad y no han sido judicializados. Igualmente, se tiene conocimiento que la inseguridad afecta a la Biblioteca, considerada como una de las mejores en la Región Caribe, de donde sustraen libros y folios de estos, dándose un gran perjuicio a la institución por la inversión presupuestal que se hace en bibliografías físicas. También se ha conocido que las salas de Laboratorios son afectadas por el hurto de elementos e instrumentos necesarios para el desarrollo de las asignaturas, lo cual determina un verdadero caos que afecta la buena imagen de la institución, su patrimonio y crea una cultura galopante de delincuencia juvenil que se constituye en un lastre para la sociedad porque irónicamente en vez de formarse como profesionales integrales e idóneos, egresan como ‘titulados’ con mañas y actitudes que en el mediano plazo serán amenazas de ‘cuello blanco’, que aumentará la descomposición social del país.
Sería oportuno que las directivas de la institución con el apoyo de la Policía Nacional, la Secretaría de Tránsito Municipal y el sector privado realicen un estudio, primero en el tema de movilidad para emular un trabajo de investigación realizado por un grupo de estudiantes de Maestría en la Universidad de Antioquia, denominado “El problema de movilidad en campus universitarios. Caso aplicado”, en el cual hicieron un diagnóstico vial al campus en cuanto a su accesibilidad en los diferentes modos de transporte y la congestión en los parqueaderos, diagnóstico que finalmente sirvió de materia prima para el diseño de una solución a este problema de movilidad.
Y segundo, en el tema de seguridad, con la asesoría del Cuerpo de Técnico de Investigación y las unidades de inteligencia de la Policía Nacional, se implementen sistemas de prevención y control, a todos los usuarios que acceden diariamente a las instalaciones de la Institución, con la participación directa de la empresa que presta el servicio de vigilancia, para lo cual se hace necesario exigir la identificación de todas las personas que ingresan a la Universidad, incluyendo docentes, estudiantes y funcionarios, quienes deben mostrar su carné para hacer un control riguroso sin que ello sea motivo para que la comunidad universitaria vaya a realizar protestas o paralizar las actividades académicas, debido a que dichos controles se cumplen en todas las universidades públicas y privadas del país.
Todo proceso de esta naturaleza requiere un cambio de actitud y nuevos procedimientos que en su implementación debe exige mayor carácter sin flexibilidad alguna, porque finalmente está de por medio la vida, la honra y los bienes de la UPC y de su comunidad en general.
Los 13 mil estudiantes de las diferentes jornadas académicas de la Universidad Popular del Cesar en la sede de Valledupar, se enfrentan cada día a un verdadero viacrucis en sus propias instalaciones en materia de movilidad y seguridad.
Los 13 mil estudiantes de las diferentes jornadas académicas de la Universidad Popular del Cesar en la sede de Valledupar, se enfrentan cada día a un verdadero viacrucis en sus propias instalaciones en materia de movilidad y seguridad.
Se trata de la situación que se vive en la entrada principal del claustro universitario, sede Sabanas, por donde ingresa el mayor número de estudiantes, docentes y funcionarios, en cuyo lugar acceden busetas, buses, taxis, motocicletas y mototaxistas a dejar sus pasajeros, creando un verdadero caos, sin que ninguna autoridad policial o institucional controle este problema. La entrada arquitectónica de la UPC, bien diseñada por cierto, amplia y completa, se llena de motos, incluso de taxis que se suben hasta el andén, corriendo los estudiantes el riesgo de ser atropellados en plena vía peatonal.
Las horas pico, mañana, medio día y noche, son los tiempos más convulsionados en este lugar. En este caso ni la Secretaría de Tránsito, la Policía Nacional de Tránsito ni los directivos de la Universidad han pensado en solucionar este problema de movilidad que afecta tanto a la comunidad académica como a los vecinos de la institución.
A este caso de movilidad se le suma el de inseguridad fuera y dentro de la Universidad, que según ha conocido este Diario sólo este año los estudiantes han sido víctimas de los delincuentes al salir de las instalaciones, incluso en el interior. Tres motocicletas fueron hurtadas recientemente y también se ha descubierto a los mismos estudiantes hurtando elementos pedagógicos, como video beam y computadores de las aulas de clases, jóvenes que por ser menores de edad han sido dejados en libertad y no han sido judicializados. Igualmente, se tiene conocimiento que la inseguridad afecta a la Biblioteca, considerada como una de las mejores en la Región Caribe, de donde sustraen libros y folios de estos, dándose un gran perjuicio a la institución por la inversión presupuestal que se hace en bibliografías físicas. También se ha conocido que las salas de Laboratorios son afectadas por el hurto de elementos e instrumentos necesarios para el desarrollo de las asignaturas, lo cual determina un verdadero caos que afecta la buena imagen de la institución, su patrimonio y crea una cultura galopante de delincuencia juvenil que se constituye en un lastre para la sociedad porque irónicamente en vez de formarse como profesionales integrales e idóneos, egresan como ‘titulados’ con mañas y actitudes que en el mediano plazo serán amenazas de ‘cuello blanco’, que aumentará la descomposición social del país.
Sería oportuno que las directivas de la institución con el apoyo de la Policía Nacional, la Secretaría de Tránsito Municipal y el sector privado realicen un estudio, primero en el tema de movilidad para emular un trabajo de investigación realizado por un grupo de estudiantes de Maestría en la Universidad de Antioquia, denominado “El problema de movilidad en campus universitarios. Caso aplicado”, en el cual hicieron un diagnóstico vial al campus en cuanto a su accesibilidad en los diferentes modos de transporte y la congestión en los parqueaderos, diagnóstico que finalmente sirvió de materia prima para el diseño de una solución a este problema de movilidad.
Y segundo, en el tema de seguridad, con la asesoría del Cuerpo de Técnico de Investigación y las unidades de inteligencia de la Policía Nacional, se implementen sistemas de prevención y control, a todos los usuarios que acceden diariamente a las instalaciones de la Institución, con la participación directa de la empresa que presta el servicio de vigilancia, para lo cual se hace necesario exigir la identificación de todas las personas que ingresan a la Universidad, incluyendo docentes, estudiantes y funcionarios, quienes deben mostrar su carné para hacer un control riguroso sin que ello sea motivo para que la comunidad universitaria vaya a realizar protestas o paralizar las actividades académicas, debido a que dichos controles se cumplen en todas las universidades públicas y privadas del país.
Todo proceso de esta naturaleza requiere un cambio de actitud y nuevos procedimientos que en su implementación debe exige mayor carácter sin flexibilidad alguna, porque finalmente está de por medio la vida, la honra y los bienes de la UPC y de su comunidad en general.