Por: Indalecio Dangond Baquero El Tratado de Libre Comercio (TLC), cuyo trámite inició Colombia con los Estados Unidos en el 2004 y culminó en el 2006, ha sido el proceso de negociación comercial más sufrido que ha tenido nuestro nación en su historia. A partir de esa fecha, el uno y el otro debieron presentar […]
Por: Indalecio Dangond Baquero
El Tratado de Libre Comercio (TLC), cuyo trámite inició Colombia con los Estados Unidos en el 2004 y culminó en el 2006, ha sido el proceso de negociación comercial más sufrido que ha tenido nuestro nación en su historia.
A partir de esa fecha, el uno y el otro debieron presentar ante sus Congresos el TLC para obtener su aprobación definitiva, mediante ley de la república. Para el caso concreto de Colombia, el TLC fue aprobado mediante las leyes 1143 y 1166 de 2007, y posteriormente fueron declaradas exequibles por la Corte Constitucional mediante sentencias C-750 y C-751 de 2008.
En el caso de los Estados Unidos, el trámite no se ha podido desarrollar en el Congreso exitosamente, a pesar de que en abril de 2008 el presidente George Bush presentó el texto del TLC ante la Cámara de Representantes para su aprobación, pero el mismo no fue estudiado y quedó archivado.
Dicha reticencia a aprobar el TLC por parte del Congreso de los Estados Unidos, ha sido el resultado de profundas diferencias políticas entre los partidos demócrata y republicano que han llevado a que el acuerdo comercial negociado con Colombia fuera parte de otras discusiones.
Primero fueron las críticas que los demócratas expresaron por la presunta violación de los derechos laborales de los trabajadores colombianos y por los asesinatos de líderes sindicales e impunidad de la justicia para resolver esos casos. El Gobierno Santos en un tiempo record, cumplió con cada una de las exigencias hechas por el gobierno norteamericano: Ya está aprobada la creación del ministerio de Trabajo, ampliación de 289 a 800 inspectores del trabajo, programas de difusión y capacitación en derechos laborales, línea de atención inmediata para quejas laborales, se prohibió contratar con las cooperativas de trabajo asociado el desarrollo de actividades o funciones directamente relacionadas con la producción del bien o servicios característicos de la empresa y se nombraron 95 investigadores de policía judicial para adelantar, de manera exclusiva, investigaciones por asesinatos de sindicalistas.
Como ya no tenían más excusas, ahora los republicanos (que lograron la mayoría en el congreso), argumentan que en EE. UU, ya existe un subsidio de desempleo y que la situación de la economía no está como para autorizar programas de subsidios multimillonarios para agricultores, ganaderos y otros sectores productivos que comenzaron a quejarse, como consecuencia de los nuevos acuerdos comerciales internacionales.
Esta semana fue el ultimo traspié, al no presentarse los 11 republicanos que hacen parte del comité de finanzas del Senado (conocido como el “Mock Markup”), obligando a cancelar la sesión del simulacro de votación que mide la probabilidad de éxito de los tratados de libre comercio con Colombia, Panamá y Corea del Sur. Si no se llega a un acuerdo la próxima semana, las expectativas de arreglo son pobres, pues el Congreso tendrá su última semana de sesiones plenas entre el 25 y 29 de julio. Parodiando a Daniel Samper Ospina, creo que en este TLC con los Estados Unidos, nos sacaron las bolas negras del presidente Obama.
Por: Indalecio Dangond Baquero El Tratado de Libre Comercio (TLC), cuyo trámite inició Colombia con los Estados Unidos en el 2004 y culminó en el 2006, ha sido el proceso de negociación comercial más sufrido que ha tenido nuestro nación en su historia. A partir de esa fecha, el uno y el otro debieron presentar […]
Por: Indalecio Dangond Baquero
El Tratado de Libre Comercio (TLC), cuyo trámite inició Colombia con los Estados Unidos en el 2004 y culminó en el 2006, ha sido el proceso de negociación comercial más sufrido que ha tenido nuestro nación en su historia.
A partir de esa fecha, el uno y el otro debieron presentar ante sus Congresos el TLC para obtener su aprobación definitiva, mediante ley de la república. Para el caso concreto de Colombia, el TLC fue aprobado mediante las leyes 1143 y 1166 de 2007, y posteriormente fueron declaradas exequibles por la Corte Constitucional mediante sentencias C-750 y C-751 de 2008.
En el caso de los Estados Unidos, el trámite no se ha podido desarrollar en el Congreso exitosamente, a pesar de que en abril de 2008 el presidente George Bush presentó el texto del TLC ante la Cámara de Representantes para su aprobación, pero el mismo no fue estudiado y quedó archivado.
Dicha reticencia a aprobar el TLC por parte del Congreso de los Estados Unidos, ha sido el resultado de profundas diferencias políticas entre los partidos demócrata y republicano que han llevado a que el acuerdo comercial negociado con Colombia fuera parte de otras discusiones.
Primero fueron las críticas que los demócratas expresaron por la presunta violación de los derechos laborales de los trabajadores colombianos y por los asesinatos de líderes sindicales e impunidad de la justicia para resolver esos casos. El Gobierno Santos en un tiempo record, cumplió con cada una de las exigencias hechas por el gobierno norteamericano: Ya está aprobada la creación del ministerio de Trabajo, ampliación de 289 a 800 inspectores del trabajo, programas de difusión y capacitación en derechos laborales, línea de atención inmediata para quejas laborales, se prohibió contratar con las cooperativas de trabajo asociado el desarrollo de actividades o funciones directamente relacionadas con la producción del bien o servicios característicos de la empresa y se nombraron 95 investigadores de policía judicial para adelantar, de manera exclusiva, investigaciones por asesinatos de sindicalistas.
Como ya no tenían más excusas, ahora los republicanos (que lograron la mayoría en el congreso), argumentan que en EE. UU, ya existe un subsidio de desempleo y que la situación de la economía no está como para autorizar programas de subsidios multimillonarios para agricultores, ganaderos y otros sectores productivos que comenzaron a quejarse, como consecuencia de los nuevos acuerdos comerciales internacionales.
Esta semana fue el ultimo traspié, al no presentarse los 11 republicanos que hacen parte del comité de finanzas del Senado (conocido como el “Mock Markup”), obligando a cancelar la sesión del simulacro de votación que mide la probabilidad de éxito de los tratados de libre comercio con Colombia, Panamá y Corea del Sur. Si no se llega a un acuerdo la próxima semana, las expectativas de arreglo son pobres, pues el Congreso tendrá su última semana de sesiones plenas entre el 25 y 29 de julio. Parodiando a Daniel Samper Ospina, creo que en este TLC con los Estados Unidos, nos sacaron las bolas negras del presidente Obama.