Según el gremio, no serían propuestas novedosas, puesto que algunas de ellas han sido presentadas a los distintos gobiernos “sin voluntad de convertirlas en política pública”.
José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), manifestó en su columna ‘Volvieron las lluvias y la leche derramada’, lo urgente que resulta tomar acciones frente a la crisis que padecen los productores de leche por cuenta de la caída del precio habida cuenta de la disminución del consumo mientras es alta la producción, el comercio informal y otros factores como la crecientes importaciones.
Aunque desde inicio de año el gremio ha hablado de las pérdidas económicas y de ganado que se intensificaron por la sequía que generó el fenómeno de El Niño, el posicionamiento de las lluvias no ha resultado precisamente recuperación, explica Lafaurie.
En promedio, los pequeños ganaderos y minifundistas están vendiendo el litro de leche cruda a $1.300, pero los industriales no bajan el precio de este producto y sus derivados, “o no lo suficiente”, para el consumidor final.
“La leche nos la están pagando a $1.500 y $1.800, es injusto, y va uno a comprar una bolsa de leche a un supermercado y vale $4.000 y $3.500”, dijo un campesino a EL PILÓN sobre esta situación.
“Hemos propuesto que la compra pública nos ayude, que la leche sea obligatoria en los menús de guarniciones militares y sobre todo, por su importancia del crecimiento de los niños, en los hogares infantiles del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y el Programa de Alimentación Escolar (PAE) que tanto se roban”, expresó el exviceministro de Agricultura.
De acuerdo con la Asociación Colombiana de Procesadores de la Leche – Asoleche, la creación del programa de compras grandes de este lácteo ya se está adelantando en departamentos como Boyacá, Caquetá, Cundinamarca y Antioquia, junto a Fedegán y el ICBF, con el objetivo de “fortalecer” la seguridad alimentaria en la primera infancia.
De igual manera, Ana María Gómez, la presidenta de este gremio que agrupa y representa a pequeñas, medianas y grandes empresas procesadoras de leche y sus derivados, ha insistido en encontrar una solución a la caída del consumo, pero integrando a toda la cadena láctea, rechazando la división entre productores e industriales porque, según ella, esto “no ha llevado a nada”.
Ante la persistencia de la crisis, Lafaurie retomó a finales de junio la carta que le envió a la exministra Agricultura y Desarrollo Rural, Jennifer Mójica, proponiendo que el Gobierno establezca plantas pulverizadoras a través de alianzas público-privadas para sustituir las importaciones, pero además, el fomento del consumo desde la industria, el comercio, el gremio y la institucionalidad a través de campañas que estimulen la demanda.
“Si existe la semana de la hamburguesa o de la cerveza ¿por qué no la del queso y otros derivados lácteos?”, cuestionaba la misiva que también instó al desarrollo de más ferias y ruedas de negocios en las regiones, por parte de Minagricultura, la cartera de Comercio e Industria, las gobernaciones y alcaldías, para disminuir la intermediación entre vendedores y compradores.
Las medidas que logren tomarse desde las instituciones y el gremio impactarán de manera directa en el departamento del Cesar, puesto que este territorio produce un millón de litros de leche diario.
Aunque Mójica anunció una serie de medidas antes de su salida, las apuestas para lograr una solución quedaron en manos de Martha Carvajalino, nueva ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, experta en ordenamiento territorial y temas agrarios, quien se desempeñó como viceministra de Desarrollo Rural entre junio de 2023 y enero de 2024.
Según el gremio, no serían propuestas novedosas, puesto que algunas de ellas han sido presentadas a los distintos gobiernos “sin voluntad de convertirlas en política pública”.
José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), manifestó en su columna ‘Volvieron las lluvias y la leche derramada’, lo urgente que resulta tomar acciones frente a la crisis que padecen los productores de leche por cuenta de la caída del precio habida cuenta de la disminución del consumo mientras es alta la producción, el comercio informal y otros factores como la crecientes importaciones.
Aunque desde inicio de año el gremio ha hablado de las pérdidas económicas y de ganado que se intensificaron por la sequía que generó el fenómeno de El Niño, el posicionamiento de las lluvias no ha resultado precisamente recuperación, explica Lafaurie.
En promedio, los pequeños ganaderos y minifundistas están vendiendo el litro de leche cruda a $1.300, pero los industriales no bajan el precio de este producto y sus derivados, “o no lo suficiente”, para el consumidor final.
“La leche nos la están pagando a $1.500 y $1.800, es injusto, y va uno a comprar una bolsa de leche a un supermercado y vale $4.000 y $3.500”, dijo un campesino a EL PILÓN sobre esta situación.
“Hemos propuesto que la compra pública nos ayude, que la leche sea obligatoria en los menús de guarniciones militares y sobre todo, por su importancia del crecimiento de los niños, en los hogares infantiles del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y el Programa de Alimentación Escolar (PAE) que tanto se roban”, expresó el exviceministro de Agricultura.
De acuerdo con la Asociación Colombiana de Procesadores de la Leche – Asoleche, la creación del programa de compras grandes de este lácteo ya se está adelantando en departamentos como Boyacá, Caquetá, Cundinamarca y Antioquia, junto a Fedegán y el ICBF, con el objetivo de “fortalecer” la seguridad alimentaria en la primera infancia.
De igual manera, Ana María Gómez, la presidenta de este gremio que agrupa y representa a pequeñas, medianas y grandes empresas procesadoras de leche y sus derivados, ha insistido en encontrar una solución a la caída del consumo, pero integrando a toda la cadena láctea, rechazando la división entre productores e industriales porque, según ella, esto “no ha llevado a nada”.
Ante la persistencia de la crisis, Lafaurie retomó a finales de junio la carta que le envió a la exministra Agricultura y Desarrollo Rural, Jennifer Mójica, proponiendo que el Gobierno establezca plantas pulverizadoras a través de alianzas público-privadas para sustituir las importaciones, pero además, el fomento del consumo desde la industria, el comercio, el gremio y la institucionalidad a través de campañas que estimulen la demanda.
“Si existe la semana de la hamburguesa o de la cerveza ¿por qué no la del queso y otros derivados lácteos?”, cuestionaba la misiva que también instó al desarrollo de más ferias y ruedas de negocios en las regiones, por parte de Minagricultura, la cartera de Comercio e Industria, las gobernaciones y alcaldías, para disminuir la intermediación entre vendedores y compradores.
Las medidas que logren tomarse desde las instituciones y el gremio impactarán de manera directa en el departamento del Cesar, puesto que este territorio produce un millón de litros de leche diario.
Aunque Mójica anunció una serie de medidas antes de su salida, las apuestas para lograr una solución quedaron en manos de Martha Carvajalino, nueva ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, experta en ordenamiento territorial y temas agrarios, quien se desempeñó como viceministra de Desarrollo Rural entre junio de 2023 y enero de 2024.