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Columnista - 31 enero, 2023

¿Eres del cambio?         

La tercera imputación que por estos días profirió la Fiscalía General de la Nación contra el suspendido gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco...

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La tercera imputación que por estos días profirió la Fiscalía General de la Nación contra el suspendido gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco y el apoyo al paquete de reformas que presentará el gobierno nacional en los primeros días de febrero, nos da certeros elementos a tener en cuenta al momento de escoger candidatos, pero sobre todo, nos examina si realmente hacemos lo propio por propiciar el cambio que tanto predicamos como conjuro a los males de nuestra región.

Grandes plumas se han ocupado de ambos temas, localmente José Luis Bustos Reales tituló una nota publicada en la página de Radio Guatapurí, Erescitón: la metáfora del hambre eterna del clan”, en la que magistralmente enlaza la ambición de doña Cielo María Gnecco, matrona de la familia que hoy ostenta el poder departamental, con la desgracia de un rey de la mitología griega, Erescitón, cuyo fin se presentó cuando en su insaciable hambre se devoró a sí mismo, luego de haber sacrificado a sus seres más queridos.

En su escrito, valientemente José Luís describe cómo el candoroso Luís Alberto Monsalvo se decidió por las frías ganancias económicas del cemento, como fin supremo de las obras públicas y por el tortuoso camino del código penal, resultante de tendenciosas decisiones frente al erario, en contraposición al impacto social y satisfacción de las necesidades de colectivos y comunidades, que en su momento creyeron en la desinteresada sensibilidad del niño bueno de la familia.

Personalmente creo que el gobernador equivocó su camino, tenía todo para ser una figura nacional, fácilmente podía aspirar a una posición nacional e incluso a un ministerio, al momento de que su familia anunciara al candidato presidencial el patrocinio de la campaña en varios departamentos del Caribe; cuenta con carisma, con la prudencia de las pocas palabras, mucho dinero, un departamento rico pero con todas las carencias del pobre para manipularlo a su antojo, poder político, en fin, una serie de condiciones que lo hacían ficha de primera línea en el ajedrez burocrático nacional.

Lastimosamente prefirió los barrotes de la detención domiciliaria, en un hermoso palacete con olor a boñiga que le sobrevino por dos medidas de aseguramiento y tres imputaciones, al mandato que de buena fe le dieron los cesarenses.  

En cuanto al apoyo a las reformas, ya están listas para presentar la laboral, la pensional y la de la salud, la cual fue inspiración de la más reciente columna de Daniel Coronel, titulada ‘Temas de salud’. Sus sentidas líneas son apenas el inicio de un gran análisis que incluso se tomará las calles y que como él mismo lo dijo, “la discusión sobre la reforma a la salud se ha convertido en debate polarizante entre quienes sostienen que tenemos un sistema ideal que merece ser conservado para siempre y los que afirman que es uno de los peores del mundo. La verdad está en algún lugar entre estos dos puntos”. 

Es decir que no hay verdad revelada, solo un cúmulo de experiencias sobre las que se intentará estructurar el adecuado marco legal de un derecho fundamental como lo es la salud, para crecer como colectivo social dentro de los principios de calidad, oportunidad, transparencia y solidaridad. Este es el verdadero cambio.

Quiere decir que los repudiables delitos que tienen al gobernador Monsalvo preso son apenas el ‘iceberg’ de un gran bloque de corrupción inspirado en la insaciable bulimia económica y constituye el patrón de gobierno que políticamente no se debe seguir apoyando. Caso contrario debemos hacer con las reformas que tocarán temas laborales, pensionales y de salud. Nuestro compromiso será impulsar el cambio estructural en nuestras costumbres frente a lo público y no solamente el cambio de cuadrilla. Pregúntate, ¿será que tú haces parte de ese cambio? Fuerte abrazo. [email protected]@antoniomariaA

Por Antonio María Araújo Calderón

Columnista
31 enero, 2023

¿Eres del cambio?         

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio María Araujo

La tercera imputación que por estos días profirió la Fiscalía General de la Nación contra el suspendido gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco...


La tercera imputación que por estos días profirió la Fiscalía General de la Nación contra el suspendido gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo Gnecco y el apoyo al paquete de reformas que presentará el gobierno nacional en los primeros días de febrero, nos da certeros elementos a tener en cuenta al momento de escoger candidatos, pero sobre todo, nos examina si realmente hacemos lo propio por propiciar el cambio que tanto predicamos como conjuro a los males de nuestra región.

Grandes plumas se han ocupado de ambos temas, localmente José Luis Bustos Reales tituló una nota publicada en la página de Radio Guatapurí, Erescitón: la metáfora del hambre eterna del clan”, en la que magistralmente enlaza la ambición de doña Cielo María Gnecco, matrona de la familia que hoy ostenta el poder departamental, con la desgracia de un rey de la mitología griega, Erescitón, cuyo fin se presentó cuando en su insaciable hambre se devoró a sí mismo, luego de haber sacrificado a sus seres más queridos.

En su escrito, valientemente José Luís describe cómo el candoroso Luís Alberto Monsalvo se decidió por las frías ganancias económicas del cemento, como fin supremo de las obras públicas y por el tortuoso camino del código penal, resultante de tendenciosas decisiones frente al erario, en contraposición al impacto social y satisfacción de las necesidades de colectivos y comunidades, que en su momento creyeron en la desinteresada sensibilidad del niño bueno de la familia.

Personalmente creo que el gobernador equivocó su camino, tenía todo para ser una figura nacional, fácilmente podía aspirar a una posición nacional e incluso a un ministerio, al momento de que su familia anunciara al candidato presidencial el patrocinio de la campaña en varios departamentos del Caribe; cuenta con carisma, con la prudencia de las pocas palabras, mucho dinero, un departamento rico pero con todas las carencias del pobre para manipularlo a su antojo, poder político, en fin, una serie de condiciones que lo hacían ficha de primera línea en el ajedrez burocrático nacional.

Lastimosamente prefirió los barrotes de la detención domiciliaria, en un hermoso palacete con olor a boñiga que le sobrevino por dos medidas de aseguramiento y tres imputaciones, al mandato que de buena fe le dieron los cesarenses.  

En cuanto al apoyo a las reformas, ya están listas para presentar la laboral, la pensional y la de la salud, la cual fue inspiración de la más reciente columna de Daniel Coronel, titulada ‘Temas de salud’. Sus sentidas líneas son apenas el inicio de un gran análisis que incluso se tomará las calles y que como él mismo lo dijo, “la discusión sobre la reforma a la salud se ha convertido en debate polarizante entre quienes sostienen que tenemos un sistema ideal que merece ser conservado para siempre y los que afirman que es uno de los peores del mundo. La verdad está en algún lugar entre estos dos puntos”. 

Es decir que no hay verdad revelada, solo un cúmulo de experiencias sobre las que se intentará estructurar el adecuado marco legal de un derecho fundamental como lo es la salud, para crecer como colectivo social dentro de los principios de calidad, oportunidad, transparencia y solidaridad. Este es el verdadero cambio.

Quiere decir que los repudiables delitos que tienen al gobernador Monsalvo preso son apenas el ‘iceberg’ de un gran bloque de corrupción inspirado en la insaciable bulimia económica y constituye el patrón de gobierno que políticamente no se debe seguir apoyando. Caso contrario debemos hacer con las reformas que tocarán temas laborales, pensionales y de salud. Nuestro compromiso será impulsar el cambio estructural en nuestras costumbres frente a lo público y no solamente el cambio de cuadrilla. Pregúntate, ¿será que tú haces parte de ese cambio? Fuerte abrazo. [email protected]@antoniomariaA

Por Antonio María Araújo Calderón