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Judicial - 26 septiembre, 2022

Las oscuras facetas de ‘39’, el hombre que pasó del Ejército a los ‘para’ en el Cesar

El hombre tenía un alto prontuario criminal y antes de ser abatido alcanzó a acumular 12 órdenes de captura en su contra. 

David Hernández, exjefe paramilitar. FOTO ARCHIVO.
David Hernández, exjefe paramilitar. FOTO ARCHIVO.
Boton Wpp

Cuando en el año 1999 Colombia terminaba una década más de violencia, uno de los principales actores de la guerra, David Hernández Rojas, apenas empezaba a hacer carrera en la lucha a sangre y fuego que tenían los grupos armados de las FARC-EP, el ELN y las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC. 

El hombre de contextura corpulenta, acostumbrado a vestir con camuflado con insignias de las fuerzas militares en Valledupar donde perteneció al Batallón Granadero de Contraguerrilla, cayó en ‘desgracia’ cuando el 29 de julio de ese mismo año fue retirado del Ejército Nacional por inasistencia al servicio por más de 10 días sin causa justificada como mayor adscrito al comando de la Cuarta Brigada de Medellín, Antioquia, de acuerdo con la información del Ministerio de Defensa. 

En este carro iba David Hernández. FOTO ARCHIVO.

La ausencia obedeció a que Hernández Rojas fue detenido junto con cinco militares por el crimen de Alex Ariol Lopera Díaz, exviceministro de Educación para la Juventud y exasesor de Paz de la Gobernación de Antioquia. 

Según la Fiscalía, ellos cometieron el asesinato del exviceministro de 33 años por apoderarse de los 150 millones de pesos que llevaba para la liberación de una joven secuestrada por el Frente 47 de las FARC.  

En consecuencia, Hernández Rojas fue recluido en las instalaciones del Batallón Yariguíes, dentro de la Cuarta Brigada, pero después se dio a la huida aprovechando la libertad de movilización y comunicación que había en el lugar. 

EL NACIMIENTO DE ‘39’

Así enterró totalmente su cargo como comandante del Batallón Granaderos de la Cuarta Brigada y su trayectoria en el Ejército Nacional donde hizo parte de las fuerzas especiales y recibió capacitaciones en el extranjero. Su camino lo continuó desde otra orilla que, aunque diferente, era un tanto familiar: los paramilitares. 

Adoptó el alias de ‘39’ porque, según las primeras versiones, tenía cercanía con Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’, a quien en el año 1999 le ofrecieron comandar el Bloque Norte de las AUC que operaba principalmente en los departamentos de Cesar, Magdalena, La Guajira, Atlántico y Santander. 

De acuerdo a lo documentado por la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, alias 39 adquirió el Frente ‘Mártires del Valle de Upar luego de que ‘Jorge 40’ lo conformó en el 2001. 

“Hernández Rojas se encargó de la estructuración y consolidación del Frente Mártires del Valle de Upar, y consiguió extenderlo desde las zonas planas y medias de Mariangola, Villa Germania y Caracolí”, precisó la JEP en el Auto 128. 

Pero contaba con el apoyo de subalternos para controlar otras zonas. Según señaló en versión libre en Justicia y Paz, Julio Manuel Argumedo García, alias Gabino de este mismo frente, a él le correspondió el control de la zona de Tierras Nuevas, Mata de Caña, y de Torito Pintado, mientras que Luis Francisco Robles Mendoza, alias Amaury o ‘611’, y Claudia Patricia Covaleda Velásquez, alias Patricia o La Mona, se ubicaron en la zona de Guaimaral.

EL SILENCIO, LAS ALIANZAS Y EL TERROR 

Con el tiempo todos hablaban del temido jefe paramilitar alias ‘39’ y su poderío con el frente ‘Mártires del Cacique del Valle de Upar’, se infiltró en los distintos sectores de la sociedad como el político, el militar, policial, artístico, fiscal y hasta en el gremio periodístico del departamento del Cesar. 

Aunque con sigilo, algunas fuentes consultadas reconocieron a EL PILÓN que el paramilitar tenía conexiones con algunos medios de comunicación que trascendieron en relaciones personales mediadas por el tráfico de influencia.   

Eso desencadenó, según manifestó un periodista, que se presentaran discordias entre colegas e incluso amenazas que provocaron desplazamientos de algunos comunicadores de la ciudad. 

Sin embargo, todo quedó como una anécdota o un rumor más de pasillo entre el oficio, puesto que nadie se atrevió a denunciar ni se conoció de alguna investigación que corroborara por vía jurídica los hechos. 

Contrario sucedió con las alianzas que el paramilitar tuvo con los hombres de la Fuerzas Militares que con el transcurrir del tiempo salieron a la luz pública. 

La Mesa era una de las áreas de operación de ‘39’.

Una de las más cuestionadas es la presunta relación que existía entre el entonces comandante del Batallón de Artillería Nº2 La Popa, Publio Hernán Mejía Gutiérrez, y David Hernández Rojas. 

Esta fue ventilada por varios testigos, entre estos por el mismo hombre de confianza de ‘39’, Jhon Jairo Hernández Sánchez, alias ‘Daniel Centella’. 

“Si me pusiera a sacar las cuentas de las veces que el coronel Hernán Mejía se reunió con mi comando 39, no vamos a terminar nunca (…). Entre alias 39 [correspondiendo a David Hernández Rojas, quien fungió como comandante del frente Mártires del Cesar], y el coronel Mejía, a quien le decíamos (…) El Loco existía un arreglo para dar positivos”, aseguró Hernández Sánchez en versión libre rendida el 8 de mayo de 2010. 

Agregó que por eso pudieron conseguir municiones, botas, armas y uniformes. 

El accionar armado de alias ‘39’ se convirtió en el terror de la zona rural de Valledupar, sobre todo para aquellos que fueron tachados de guerrilleros, infractores o colaboradores con grupos armados debido a que eran asesinados. 

Bajo esa premisa cometieron masacres, entre esas la ocurrida el 11 de diciembre de 1999, cuando asesinaron a 6 personas. Además, casi todos los líderes de los sectores de la sociedad debían rendir cuentas. 

LA CAÍDA: “(…) ÉL DIJO QUE EL OBJETIVO DE ÉL ERA 39”  

Sin embargo, hubo un teniente coronel que se cansó que ‘39’ anduviera como ‘perro por su casa’ en la región y tras asumir el mando del Batallón La Popa lo declaró objetivo militar. 

Se trata de Juan Carlos Figueroa Suárez, uno de los cuestionados por presuntamente  cometer ‘falsos positivos’ en el departamento del Cesar. El exmilitar Carlos Yobany Medina Bayona en una versión voluntaria afirmó que el excoronel dijo que “el objetivo de él era 39”.

Asimismo, otros exoficiales aseguraron que Figueroa Suárez sabía que entre los uniformados había alianza con los paramilitares. 

“En repetidas ocasiones (…) llegaba a controlar las órdenes que daba y él hacía mucho énfasis en darle duro a guerrilla y a paramilitares por igual. Él decía: «Hay de todo y ustedes lo saben y no están haciendo nada”, contó el exteniente Camilo Andrés Díaz Cicery en versión libre el 28 de julio de 2020. 

 Por eso, conformó un grupo especial para realizar el operativo y eliminar al jefe de las AUC. 

“Soldados revueltos, ahí había (…) algunos soldados de Trueno, habían [sic] otros soldados que eran de otro grupo que se habían sacado y otros soldados que se habían traído de unos pelotones, o sea, se armó un grupo, se armó un pelotón digámoslo así especial y fue con el que se dio de baja a alias 39 [sic]”, relató el exmilitar José de Jesús Rueda Quintero, en versión libre ante la JEP. 

Así las cosas, el 26 de octubre del año 2004 siendo aproximadamente las 6:30 de la mañana en la vereda El Mamón ejecutaron a David Hernández.

EL PILÓN el 27 de octubre de 2004 registró la muerte de ‘39’.  FOTO ARCHIVO.

Este se movilizaba en un vehículo Land Cruiser con otros paramilitares desde la Sierra hacia el corregimiento de La Mesa cuando se enfrentó con el Ejército y murió. 

“Ellos nos alcanzaron a observar, detuvieron la marcha del automotor, se ocultaron entre la maleza y comenzaron a disparar contra nosotros, reaccionamos de inmediato y comenzó el combate”, documentó el PILÓN sobre lo dicho por un testigo para la época.

En el operativo también falleció su compañera sentimental María Flórez, alias La Mona, y tres escoltas. 

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26 septiembre, 2022

Las oscuras facetas de ‘39’, el hombre que pasó del Ejército a los ‘para’ en el Cesar

El hombre tenía un alto prontuario criminal y antes de ser abatido alcanzó a acumular 12 órdenes de captura en su contra. 


David Hernández, exjefe paramilitar. FOTO ARCHIVO.
David Hernández, exjefe paramilitar. FOTO ARCHIVO.
Boton Wpp

Cuando en el año 1999 Colombia terminaba una década más de violencia, uno de los principales actores de la guerra, David Hernández Rojas, apenas empezaba a hacer carrera en la lucha a sangre y fuego que tenían los grupos armados de las FARC-EP, el ELN y las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC. 

El hombre de contextura corpulenta, acostumbrado a vestir con camuflado con insignias de las fuerzas militares en Valledupar donde perteneció al Batallón Granadero de Contraguerrilla, cayó en ‘desgracia’ cuando el 29 de julio de ese mismo año fue retirado del Ejército Nacional por inasistencia al servicio por más de 10 días sin causa justificada como mayor adscrito al comando de la Cuarta Brigada de Medellín, Antioquia, de acuerdo con la información del Ministerio de Defensa. 

En este carro iba David Hernández. FOTO ARCHIVO.

La ausencia obedeció a que Hernández Rojas fue detenido junto con cinco militares por el crimen de Alex Ariol Lopera Díaz, exviceministro de Educación para la Juventud y exasesor de Paz de la Gobernación de Antioquia. 

Según la Fiscalía, ellos cometieron el asesinato del exviceministro de 33 años por apoderarse de los 150 millones de pesos que llevaba para la liberación de una joven secuestrada por el Frente 47 de las FARC.  

En consecuencia, Hernández Rojas fue recluido en las instalaciones del Batallón Yariguíes, dentro de la Cuarta Brigada, pero después se dio a la huida aprovechando la libertad de movilización y comunicación que había en el lugar. 

EL NACIMIENTO DE ‘39’

Así enterró totalmente su cargo como comandante del Batallón Granaderos de la Cuarta Brigada y su trayectoria en el Ejército Nacional donde hizo parte de las fuerzas especiales y recibió capacitaciones en el extranjero. Su camino lo continuó desde otra orilla que, aunque diferente, era un tanto familiar: los paramilitares. 

Adoptó el alias de ‘39’ porque, según las primeras versiones, tenía cercanía con Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’, a quien en el año 1999 le ofrecieron comandar el Bloque Norte de las AUC que operaba principalmente en los departamentos de Cesar, Magdalena, La Guajira, Atlántico y Santander. 

De acuerdo a lo documentado por la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, alias 39 adquirió el Frente ‘Mártires del Valle de Upar luego de que ‘Jorge 40’ lo conformó en el 2001. 

“Hernández Rojas se encargó de la estructuración y consolidación del Frente Mártires del Valle de Upar, y consiguió extenderlo desde las zonas planas y medias de Mariangola, Villa Germania y Caracolí”, precisó la JEP en el Auto 128. 

Pero contaba con el apoyo de subalternos para controlar otras zonas. Según señaló en versión libre en Justicia y Paz, Julio Manuel Argumedo García, alias Gabino de este mismo frente, a él le correspondió el control de la zona de Tierras Nuevas, Mata de Caña, y de Torito Pintado, mientras que Luis Francisco Robles Mendoza, alias Amaury o ‘611’, y Claudia Patricia Covaleda Velásquez, alias Patricia o La Mona, se ubicaron en la zona de Guaimaral.

EL SILENCIO, LAS ALIANZAS Y EL TERROR 

Con el tiempo todos hablaban del temido jefe paramilitar alias ‘39’ y su poderío con el frente ‘Mártires del Cacique del Valle de Upar’, se infiltró en los distintos sectores de la sociedad como el político, el militar, policial, artístico, fiscal y hasta en el gremio periodístico del departamento del Cesar. 

Aunque con sigilo, algunas fuentes consultadas reconocieron a EL PILÓN que el paramilitar tenía conexiones con algunos medios de comunicación que trascendieron en relaciones personales mediadas por el tráfico de influencia.   

Eso desencadenó, según manifestó un periodista, que se presentaran discordias entre colegas e incluso amenazas que provocaron desplazamientos de algunos comunicadores de la ciudad. 

Sin embargo, todo quedó como una anécdota o un rumor más de pasillo entre el oficio, puesto que nadie se atrevió a denunciar ni se conoció de alguna investigación que corroborara por vía jurídica los hechos. 

Contrario sucedió con las alianzas que el paramilitar tuvo con los hombres de la Fuerzas Militares que con el transcurrir del tiempo salieron a la luz pública. 

La Mesa era una de las áreas de operación de ‘39’.

Una de las más cuestionadas es la presunta relación que existía entre el entonces comandante del Batallón de Artillería Nº2 La Popa, Publio Hernán Mejía Gutiérrez, y David Hernández Rojas. 

Esta fue ventilada por varios testigos, entre estos por el mismo hombre de confianza de ‘39’, Jhon Jairo Hernández Sánchez, alias ‘Daniel Centella’. 

“Si me pusiera a sacar las cuentas de las veces que el coronel Hernán Mejía se reunió con mi comando 39, no vamos a terminar nunca (…). Entre alias 39 [correspondiendo a David Hernández Rojas, quien fungió como comandante del frente Mártires del Cesar], y el coronel Mejía, a quien le decíamos (…) El Loco existía un arreglo para dar positivos”, aseguró Hernández Sánchez en versión libre rendida el 8 de mayo de 2010. 

Agregó que por eso pudieron conseguir municiones, botas, armas y uniformes. 

El accionar armado de alias ‘39’ se convirtió en el terror de la zona rural de Valledupar, sobre todo para aquellos que fueron tachados de guerrilleros, infractores o colaboradores con grupos armados debido a que eran asesinados. 

Bajo esa premisa cometieron masacres, entre esas la ocurrida el 11 de diciembre de 1999, cuando asesinaron a 6 personas. Además, casi todos los líderes de los sectores de la sociedad debían rendir cuentas. 

LA CAÍDA: “(…) ÉL DIJO QUE EL OBJETIVO DE ÉL ERA 39”  

Sin embargo, hubo un teniente coronel que se cansó que ‘39’ anduviera como ‘perro por su casa’ en la región y tras asumir el mando del Batallón La Popa lo declaró objetivo militar. 

Se trata de Juan Carlos Figueroa Suárez, uno de los cuestionados por presuntamente  cometer ‘falsos positivos’ en el departamento del Cesar. El exmilitar Carlos Yobany Medina Bayona en una versión voluntaria afirmó que el excoronel dijo que “el objetivo de él era 39”.

Asimismo, otros exoficiales aseguraron que Figueroa Suárez sabía que entre los uniformados había alianza con los paramilitares. 

“En repetidas ocasiones (…) llegaba a controlar las órdenes que daba y él hacía mucho énfasis en darle duro a guerrilla y a paramilitares por igual. Él decía: «Hay de todo y ustedes lo saben y no están haciendo nada”, contó el exteniente Camilo Andrés Díaz Cicery en versión libre el 28 de julio de 2020. 

 Por eso, conformó un grupo especial para realizar el operativo y eliminar al jefe de las AUC. 

“Soldados revueltos, ahí había (…) algunos soldados de Trueno, habían [sic] otros soldados que eran de otro grupo que se habían sacado y otros soldados que se habían traído de unos pelotones, o sea, se armó un grupo, se armó un pelotón digámoslo así especial y fue con el que se dio de baja a alias 39 [sic]”, relató el exmilitar José de Jesús Rueda Quintero, en versión libre ante la JEP. 

Así las cosas, el 26 de octubre del año 2004 siendo aproximadamente las 6:30 de la mañana en la vereda El Mamón ejecutaron a David Hernández.

EL PILÓN el 27 de octubre de 2004 registró la muerte de ‘39’.  FOTO ARCHIVO.

Este se movilizaba en un vehículo Land Cruiser con otros paramilitares desde la Sierra hacia el corregimiento de La Mesa cuando se enfrentó con el Ejército y murió. 

“Ellos nos alcanzaron a observar, detuvieron la marcha del automotor, se ocultaron entre la maleza y comenzaron a disparar contra nosotros, reaccionamos de inmediato y comenzó el combate”, documentó el PILÓN sobre lo dicho por un testigo para la época.

En el operativo también falleció su compañera sentimental María Flórez, alias La Mona, y tres escoltas.