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Festival Vallenato - 25 abril, 2019

Sonaron los primeros acordes de juveniles aspirantes a rey

En el Coliseo de Ferias Pedro Castro Monsalvo no hubo espacio en silencio durante todo día. Mientras que en los cuatro kioskos de techo de palma resonaban paseos y merengues, en el suelo, debajo de un árbol o en una terraza, ensayaban otras agrupaciones a la espera de su llamado.

Daniel Ramírez en el acordeón junto  con su hermana  Dana Ramírez y Edwin Mieles en la caja.

Foto: Joaquín Ramírez.
Daniel Ramírez en el acordeón junto con su hermana Dana Ramírez y Edwin Mieles en la caja. Foto: Joaquín Ramírez.
Boton Wpp

De espalda a tres jurados, silenciosos observadores, 48 grupos de tres jóvenes con un acordeón, una guacharaca y una caja interpretaron desde la mañana de este miércoles paseos y merengues buscando un lugar en la segunda fase del Concurso de acordeoneros juvenil de la versión 52 del Festival de la Leyenda Vallenata.

En el Coliseo de Ferias Pedro Castro Monsalvo no hubo espacio en silencio durante todo día. Mientras que en los cuatro kioskos de techo de palma resonaban paseos y merengues, en el suelo, debajo de un árbol o en una terraza, ensayaban otras agrupaciones a la espera de su llamado.

Entre los 14 y 18 años, los competidores estaban acompañados de sus padres, quienes eran los primeros en aplaudir y felicitarlos cuando terminaba la presentación. Varios de ellos a los 14 años no acusaron nervios. Ya han recogido la región y el país de festival en festival. Incluso, para muchos no es la primera vez en Valledupar.

El año pasado Daniel Ramírez llegó por primera vez a Valledupar a concursar como acordeonero. Tiene buenos recuerdos a pesar de no llegar a las finales. “El ambiente acá es único, es una locura”, menciona Daniel Ramírez.

En el 2018 llegó hasta la segunda ronda. Confiado en la madurez y la práctica de un año, este año le apuesta a algo más. “Hay muy buena competencia, se nota el ensayo, pero confiamos en Dios y en nuestro talento. Tenemos mucha seguridad y serenidad para demostrar nuestro talento”, agregó Ramírez.

Con su hermana Dana Ramírez como voz principal y en la guacharaca y Edwin Mieles en la caja presentaron en el aire merengue ‘La pule’ de Emiliano Zuleta y en el paseo ‘Mortificación’ de Martín Maestre. “Me movía por el escenario, me mostraba seguro. Cuando hice el anti-compás me sentí mejor emocionado y demostré la casta. Sentí que la gente aplaudía, cuando cantaba los bajos, se sentía cómo la gente le gusta, uno se siente seguro”, aseveró Ramírez, sin disimular la emoción por el resultado del corte.

Pero por un momento la presentación se complicó. Un pedazo de hierro del micrófono se incrustó en el dedo de Edwin Mieles, el cajero de la agrupación cuando terminaban la presentación del primer merengue. No podía empezar a tocar el paseo.

Fue un momento de susto, entre pedirle a los jurados una pausa y buscar un esparadrapo. Al final la sangre y la herida no les impidió tocar el paseo.

¿Pero cómo nació ese amor por el vallenato en Bogotá? Del gusto de un padre. “Mi papá es tolimense, un amante del vallenato. Él me regaló una acordeón, y fácil porque mi hermano es músico”, agrega Daniel. En sus primeros años asistió a una academia, sin embargo, lleva varios practicando solo para lograr la corona de rey vallenato juvenil.
Como Daniel y su familia, llegaron a Valledupar por la corona concursantes de Bucaramanga, Cúcuta, Barrancabermeja, Ocaña, Córdoba y hasta Boyacá.

LOS AMIGOS QUE UNIÓ LA MÚSICA

A Juan Tijera, Gabriel Polo y Víctor García los unió el vallenato. Desde Arjona, Bolívar, viajaron casi ocho horas para presentarse en la categoría juvenil del Festival. Los tres tienen 14 años y se conocieron en la escuela Yosimar Rodríguez de Arjona.

Los tres trabajan por el título de rey acordeonero juvenil para Víctor García. Desde febrero trabajaron lunes, miércoles, viernes y fines de semana ensayando alrededor de 12 presentaciones. “Los nervios empiezan justo cuando te vas a subir en la pequeña tarima. Antes no. Pero eso no quita la seguridad porque se ha ensayado bastante”, comentó Víctor García.

Este jueves volverán a presentarse en el mismo Coliseo de Ferias, esta vez con los aires de Puya y Son. Además, sabrán si su estadía en Valledupar se extiende hasta el viernes cuando se disputará la segunda ronda, o si es posible el fin de semana cuando se disputen las finales.

Por: DEIVIS CARO DAZA / EL PILÓN
[email protected]

Festival Vallenato
25 abril, 2019

Sonaron los primeros acordes de juveniles aspirantes a rey

En el Coliseo de Ferias Pedro Castro Monsalvo no hubo espacio en silencio durante todo día. Mientras que en los cuatro kioskos de techo de palma resonaban paseos y merengues, en el suelo, debajo de un árbol o en una terraza, ensayaban otras agrupaciones a la espera de su llamado.


Daniel Ramírez en el acordeón junto  con su hermana  Dana Ramírez y Edwin Mieles en la caja.

Foto: Joaquín Ramírez.
Daniel Ramírez en el acordeón junto con su hermana Dana Ramírez y Edwin Mieles en la caja. Foto: Joaquín Ramírez.
Boton Wpp

De espalda a tres jurados, silenciosos observadores, 48 grupos de tres jóvenes con un acordeón, una guacharaca y una caja interpretaron desde la mañana de este miércoles paseos y merengues buscando un lugar en la segunda fase del Concurso de acordeoneros juvenil de la versión 52 del Festival de la Leyenda Vallenata.

En el Coliseo de Ferias Pedro Castro Monsalvo no hubo espacio en silencio durante todo día. Mientras que en los cuatro kioskos de techo de palma resonaban paseos y merengues, en el suelo, debajo de un árbol o en una terraza, ensayaban otras agrupaciones a la espera de su llamado.

Entre los 14 y 18 años, los competidores estaban acompañados de sus padres, quienes eran los primeros en aplaudir y felicitarlos cuando terminaba la presentación. Varios de ellos a los 14 años no acusaron nervios. Ya han recogido la región y el país de festival en festival. Incluso, para muchos no es la primera vez en Valledupar.

El año pasado Daniel Ramírez llegó por primera vez a Valledupar a concursar como acordeonero. Tiene buenos recuerdos a pesar de no llegar a las finales. “El ambiente acá es único, es una locura”, menciona Daniel Ramírez.

En el 2018 llegó hasta la segunda ronda. Confiado en la madurez y la práctica de un año, este año le apuesta a algo más. “Hay muy buena competencia, se nota el ensayo, pero confiamos en Dios y en nuestro talento. Tenemos mucha seguridad y serenidad para demostrar nuestro talento”, agregó Ramírez.

Con su hermana Dana Ramírez como voz principal y en la guacharaca y Edwin Mieles en la caja presentaron en el aire merengue ‘La pule’ de Emiliano Zuleta y en el paseo ‘Mortificación’ de Martín Maestre. “Me movía por el escenario, me mostraba seguro. Cuando hice el anti-compás me sentí mejor emocionado y demostré la casta. Sentí que la gente aplaudía, cuando cantaba los bajos, se sentía cómo la gente le gusta, uno se siente seguro”, aseveró Ramírez, sin disimular la emoción por el resultado del corte.

Pero por un momento la presentación se complicó. Un pedazo de hierro del micrófono se incrustó en el dedo de Edwin Mieles, el cajero de la agrupación cuando terminaban la presentación del primer merengue. No podía empezar a tocar el paseo.

Fue un momento de susto, entre pedirle a los jurados una pausa y buscar un esparadrapo. Al final la sangre y la herida no les impidió tocar el paseo.

¿Pero cómo nació ese amor por el vallenato en Bogotá? Del gusto de un padre. “Mi papá es tolimense, un amante del vallenato. Él me regaló una acordeón, y fácil porque mi hermano es músico”, agrega Daniel. En sus primeros años asistió a una academia, sin embargo, lleva varios practicando solo para lograr la corona de rey vallenato juvenil.
Como Daniel y su familia, llegaron a Valledupar por la corona concursantes de Bucaramanga, Cúcuta, Barrancabermeja, Ocaña, Córdoba y hasta Boyacá.

LOS AMIGOS QUE UNIÓ LA MÚSICA

A Juan Tijera, Gabriel Polo y Víctor García los unió el vallenato. Desde Arjona, Bolívar, viajaron casi ocho horas para presentarse en la categoría juvenil del Festival. Los tres tienen 14 años y se conocieron en la escuela Yosimar Rodríguez de Arjona.

Los tres trabajan por el título de rey acordeonero juvenil para Víctor García. Desde febrero trabajaron lunes, miércoles, viernes y fines de semana ensayando alrededor de 12 presentaciones. “Los nervios empiezan justo cuando te vas a subir en la pequeña tarima. Antes no. Pero eso no quita la seguridad porque se ha ensayado bastante”, comentó Víctor García.

Este jueves volverán a presentarse en el mismo Coliseo de Ferias, esta vez con los aires de Puya y Son. Además, sabrán si su estadía en Valledupar se extiende hasta el viernes cuando se disputará la segunda ronda, o si es posible el fin de semana cuando se disputen las finales.

Por: DEIVIS CARO DAZA / EL PILÓN
[email protected]