El caso de la familia vallenata que resultó enferma (fiebre, malestar general y brotes en la piel) después de consumir jugo de una fruta típica de la región, generó especulaciones sobre las causas de los padecimientos de los ocho miembros de dicha familia. No era casualidad lo que le ocurría a esta familia y aunque […]
El caso de la familia vallenata que resultó enferma (fiebre, malestar general y brotes en la piel) después de consumir jugo de una fruta típica de la región, generó especulaciones sobre las causas de los padecimientos de los ocho miembros de dicha familia. No era casualidad lo que le ocurría a esta familia y aunque primero se desconocía lo que padecían, ya los resultados de las muestras de sangre arrojaron que se trata de un brote de Chagas oral, una enfermedad transmitida por un insecto conocido popularmente como Pito, que es el vector transmisor de un parásito denominado Tripanosoma Cruzi.
No es un insecto nuevo, ni la enfermedad es nueva. Es una patología que ya existía, que alerta a las autoridades locales y departamentales por su aparición en una misma familia.
El caso que se conoció el 20 de marzo y que afecta a estas personas desde inicios del mes de marzo fue usado para mandar cadenas a través de contactos de WhatsApp, generando alarma y preocupación entre la comunidad que le atribuía la enfermedad a las frutas en general.
No hay que alarmarse, pero sí tomar las medidas necesarias para garantizar que los alimentos que se consumen estén en óptimas condiciones.
Desde el año 2014, en su revista Biomédica del Instituto Nacional de la Salud, INS, analizaron la transmisión oral del insecto Trypanosoma cruzi, calificándolo como una nueva situación epidemiológica de la enfermedad de Chagas en Colombia y otros países suramericanos.
En esa publicación llamaban la atención sobre las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud: “Durante la última década se han reportado numerosos casos de infección por Trypanosoma cruzi por vía oral, debidos a la contaminación de alimentos con heces de triatominos silvestres o con secreciones de reservorios en áreas donde los vectores domiciliados han sido controlados o no hay antecedentes de domiciliación”. Es decir, es el insecto el culpable de la transmisión del Chagas oral.
Sobre el interrogante de muchos ciudadanos ¿por qué aparece ese insecto ahora en los alimentos y por qué no ocurría antes? Aseguran los especialistas del INS que “Con base en criterios epidemiológicos, clínicos y socioeconómicos, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecieron una clasificación de los parásitos transmitidos por contaminación de alimentos en diferentes regiones del mundo, en la cual el Trypanosoma cruzi ocupó el décimo lugar de importancia en un grupo de 24 parásitos. Los cambios ambientales, como la deforestación y el calentamiento global, han afectado los ecotopos y el comportamiento de los vectores y de los reservorios de T. cruzi, de manera que estos se han desplazado a nuevas zonas, generando una nueva forma de transmisión por contaminación de alimentos que requiere su evaluación en el país”.
Las secretarías de Salud Municipal y Departamental se apersonaron del caso de esta familia y fue precisamente la Departamental la que informó en un comunicado de prensa que se trataba de Chagas oral. Pero no han dado hasta ahora las autoridades de salud las recomendaciones a la comunidad en general para que no se enfermen por cuenta de las heces de este insecto.
El caso de la familia vallenata que resultó enferma (fiebre, malestar general y brotes en la piel) después de consumir jugo de una fruta típica de la región, generó especulaciones sobre las causas de los padecimientos de los ocho miembros de dicha familia. No era casualidad lo que le ocurría a esta familia y aunque […]
El caso de la familia vallenata que resultó enferma (fiebre, malestar general y brotes en la piel) después de consumir jugo de una fruta típica de la región, generó especulaciones sobre las causas de los padecimientos de los ocho miembros de dicha familia. No era casualidad lo que le ocurría a esta familia y aunque primero se desconocía lo que padecían, ya los resultados de las muestras de sangre arrojaron que se trata de un brote de Chagas oral, una enfermedad transmitida por un insecto conocido popularmente como Pito, que es el vector transmisor de un parásito denominado Tripanosoma Cruzi.
No es un insecto nuevo, ni la enfermedad es nueva. Es una patología que ya existía, que alerta a las autoridades locales y departamentales por su aparición en una misma familia.
El caso que se conoció el 20 de marzo y que afecta a estas personas desde inicios del mes de marzo fue usado para mandar cadenas a través de contactos de WhatsApp, generando alarma y preocupación entre la comunidad que le atribuía la enfermedad a las frutas en general.
No hay que alarmarse, pero sí tomar las medidas necesarias para garantizar que los alimentos que se consumen estén en óptimas condiciones.
Desde el año 2014, en su revista Biomédica del Instituto Nacional de la Salud, INS, analizaron la transmisión oral del insecto Trypanosoma cruzi, calificándolo como una nueva situación epidemiológica de la enfermedad de Chagas en Colombia y otros países suramericanos.
En esa publicación llamaban la atención sobre las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud: “Durante la última década se han reportado numerosos casos de infección por Trypanosoma cruzi por vía oral, debidos a la contaminación de alimentos con heces de triatominos silvestres o con secreciones de reservorios en áreas donde los vectores domiciliados han sido controlados o no hay antecedentes de domiciliación”. Es decir, es el insecto el culpable de la transmisión del Chagas oral.
Sobre el interrogante de muchos ciudadanos ¿por qué aparece ese insecto ahora en los alimentos y por qué no ocurría antes? Aseguran los especialistas del INS que “Con base en criterios epidemiológicos, clínicos y socioeconómicos, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecieron una clasificación de los parásitos transmitidos por contaminación de alimentos en diferentes regiones del mundo, en la cual el Trypanosoma cruzi ocupó el décimo lugar de importancia en un grupo de 24 parásitos. Los cambios ambientales, como la deforestación y el calentamiento global, han afectado los ecotopos y el comportamiento de los vectores y de los reservorios de T. cruzi, de manera que estos se han desplazado a nuevas zonas, generando una nueva forma de transmisión por contaminación de alimentos que requiere su evaluación en el país”.
Las secretarías de Salud Municipal y Departamental se apersonaron del caso de esta familia y fue precisamente la Departamental la que informó en un comunicado de prensa que se trataba de Chagas oral. Pero no han dado hasta ahora las autoridades de salud las recomendaciones a la comunidad en general para que no se enfermen por cuenta de las heces de este insecto.