En Valledupar y en toda le región Caribe colombiana, escribir o hablar sobre los hermanos Zuleta, Poncho y Emiliano, es como comer yuca con queso que nunca aburre. Entonces, para los vallenatos y todos los apasionados por la música vallenata tradicional, leer el libro escrito por Julio Oñate Martínez y Jacobo Solano Cerchiario será sin […]
En Valledupar y en toda le región Caribe colombiana, escribir o hablar sobre los hermanos Zuleta, Poncho y Emiliano, es como comer yuca con queso que nunca aburre.
Entonces, para los vallenatos y todos los apasionados por la música vallenata tradicional, leer el libro escrito por Julio Oñate Martínez y Jacobo Solano Cerchiario será sin duda alguna un enorme deleite, por sus valiosos aportes documentales relacionados con estos dos grandiosos baluartes del folclor vallenato y su vigencia musical.
Emilianito y Poncho, aun saludables con vidas en edades por debajo del promedio de la supervivencia de los colombianos, ya son leyendas, ahora tan glorioso reconocimiento popular es escaso, porque cada día son menos los intérpretes de música vallenata autóctona. Por ende, recientemente, la UNESCO, con el propósito de conservar la música vallenata auténtica, la proclamó patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad.
De su padre, Emiliano heredó el nombre y los maravillosos dones de tocar acordeón y componer canciones exitosas perdurables. En esencia, se puede decir que Emilianito es un espectáculo tocando acordeón y extraordinario creador de canciones con letras y melodías del ingenio musical, propio de la idiosincrasia de los pobladores de la antigua provincia de Padilla.
Por sus excepcionales notas musicales en el manejo del acordeón, la prestigiosa fábrica alemana Hohner diseñó un modelo de acordeón con la marca: “Emiliano Zuleta Díaz”. Exclusivo homenaje, entre tantos acordeoneros del género musical vallenato. Además, Emilianito ha sido el único compositor elegido como Rey de Reyes en el concurso de la canción inédita del Festival Vallenato. Y uno de los poquitos que ha ganado en dos ocasiones el Premio Grammy Latino en la categoría Cumbia-Vallenato. Amén de otros múltiples galardones, que le han entregado como digno representante de la música vallenata como la del muy añorado ‘Colacho’ Mendoza y ‘Moralito’, el indio chumeca de los cardonales de Guacoche.
A Poncho, Dios le concedió la voz de cantor que le negó a su padre y a su hermano Emilianito. La prodigiosa voz de Poncho nunca desentona a pesar de su descuido. Entre las virtudes de Poncho sobresale su facilidad para conquistar amigos, a quienes siempre complace con mucho esmero. Como anfitrión pocos lo superan, porque ser su huésped es una dicha incomparable, esto pueden probarlo Álvaro Morón Cuello y Álvaro Muñoz Peñalosa o cualquiera de sus otros tantos amigos y amigas que también tiene en abundancia.
Para los amantes de la típica música vallenata, Poncho y Emilianito son sus favoritos, ya que en parrandas vallenatas clásicas, sus canciones de la vieja música les genera alegría hasta el frenesí de tomarse unos tragos de Grand Old Parr, el whisky escocés preferido de los vallenatos.
Recuerdo que una vez, recién separados Poncho y Emilianito, Julio Oñate Martínez, cuando yo era su cirujano de cabecera, me llamó, diciéndome: médico lo invito al Club Valledupar a degustar un delicioso plato de faisán, le juro que lo va a disfrutar. Me reiteró.
Al llegar, tuve la grata sorpresa de encontrar a Poncho y a Emilianito amenizando una parranda patrocinada por Gases del Caribe, con presencia de su Gerente General, Ramón Dávila Martínez, en compañía de otros personajes admiradores de Poncho y Emilianito. La verdad fue que la pasé como nunca, escuchando sus bellas canciones y los elogios de Poncho a los invitados. Así es él, con un carisma que satisface a las personas presentes en las parrandas que anima.
Felicito a Julio Oñate y a Jacobo Solano por la publicación del libro ‘Hermanos Zuleta’, auspiciada por Gases del Caribe. Que será un éxito en ventas, porque la concurrencia de turistas a la versión 49 del Festival Vallenato, en homenaje a Poncho y Emiliano, será numerosa y muchos comprarán el libro como souvenir.
En Valledupar y en toda le región Caribe colombiana, escribir o hablar sobre los hermanos Zuleta, Poncho y Emiliano, es como comer yuca con queso que nunca aburre. Entonces, para los vallenatos y todos los apasionados por la música vallenata tradicional, leer el libro escrito por Julio Oñate Martínez y Jacobo Solano Cerchiario será sin […]
En Valledupar y en toda le región Caribe colombiana, escribir o hablar sobre los hermanos Zuleta, Poncho y Emiliano, es como comer yuca con queso que nunca aburre.
Entonces, para los vallenatos y todos los apasionados por la música vallenata tradicional, leer el libro escrito por Julio Oñate Martínez y Jacobo Solano Cerchiario será sin duda alguna un enorme deleite, por sus valiosos aportes documentales relacionados con estos dos grandiosos baluartes del folclor vallenato y su vigencia musical.
Emilianito y Poncho, aun saludables con vidas en edades por debajo del promedio de la supervivencia de los colombianos, ya son leyendas, ahora tan glorioso reconocimiento popular es escaso, porque cada día son menos los intérpretes de música vallenata autóctona. Por ende, recientemente, la UNESCO, con el propósito de conservar la música vallenata auténtica, la proclamó patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad.
De su padre, Emiliano heredó el nombre y los maravillosos dones de tocar acordeón y componer canciones exitosas perdurables. En esencia, se puede decir que Emilianito es un espectáculo tocando acordeón y extraordinario creador de canciones con letras y melodías del ingenio musical, propio de la idiosincrasia de los pobladores de la antigua provincia de Padilla.
Por sus excepcionales notas musicales en el manejo del acordeón, la prestigiosa fábrica alemana Hohner diseñó un modelo de acordeón con la marca: “Emiliano Zuleta Díaz”. Exclusivo homenaje, entre tantos acordeoneros del género musical vallenato. Además, Emilianito ha sido el único compositor elegido como Rey de Reyes en el concurso de la canción inédita del Festival Vallenato. Y uno de los poquitos que ha ganado en dos ocasiones el Premio Grammy Latino en la categoría Cumbia-Vallenato. Amén de otros múltiples galardones, que le han entregado como digno representante de la música vallenata como la del muy añorado ‘Colacho’ Mendoza y ‘Moralito’, el indio chumeca de los cardonales de Guacoche.
A Poncho, Dios le concedió la voz de cantor que le negó a su padre y a su hermano Emilianito. La prodigiosa voz de Poncho nunca desentona a pesar de su descuido. Entre las virtudes de Poncho sobresale su facilidad para conquistar amigos, a quienes siempre complace con mucho esmero. Como anfitrión pocos lo superan, porque ser su huésped es una dicha incomparable, esto pueden probarlo Álvaro Morón Cuello y Álvaro Muñoz Peñalosa o cualquiera de sus otros tantos amigos y amigas que también tiene en abundancia.
Para los amantes de la típica música vallenata, Poncho y Emilianito son sus favoritos, ya que en parrandas vallenatas clásicas, sus canciones de la vieja música les genera alegría hasta el frenesí de tomarse unos tragos de Grand Old Parr, el whisky escocés preferido de los vallenatos.
Recuerdo que una vez, recién separados Poncho y Emilianito, Julio Oñate Martínez, cuando yo era su cirujano de cabecera, me llamó, diciéndome: médico lo invito al Club Valledupar a degustar un delicioso plato de faisán, le juro que lo va a disfrutar. Me reiteró.
Al llegar, tuve la grata sorpresa de encontrar a Poncho y a Emilianito amenizando una parranda patrocinada por Gases del Caribe, con presencia de su Gerente General, Ramón Dávila Martínez, en compañía de otros personajes admiradores de Poncho y Emilianito. La verdad fue que la pasé como nunca, escuchando sus bellas canciones y los elogios de Poncho a los invitados. Así es él, con un carisma que satisface a las personas presentes en las parrandas que anima.
Felicito a Julio Oñate y a Jacobo Solano por la publicación del libro ‘Hermanos Zuleta’, auspiciada por Gases del Caribe. Que será un éxito en ventas, porque la concurrencia de turistas a la versión 49 del Festival Vallenato, en homenaje a Poncho y Emiliano, será numerosa y muchos comprarán el libro como souvenir.