Cada vez son más los hogares que deciden compartir sus vidas con una mascota y convertirlas en parte esencial de sus familias. De acuerdo con el Dane, alrededor del 60% de los hogares en el país cuentan con un perro como mascota y un 22% con un gato.

Expertos señalan que un alto porcentaje de la población, al convivir con una mascota, crea un vínculo emocional que puede llegar a ser igual o mayor que el que se forma con otra persona. Por eso, el fallecimiento de estos compañeros de cuatro patas puede doler tanto como perder un hijo.

Por eso, resultó conmovedor el caso del congresista Carlos Felipe Quintero, quien a través de sus redes sociales no ocultó el dolor por el fallecimiento de Santino, su perro. Con conmovedoras fotografías y mensajes de despedida, el representante a la Cámara expresó el dolor que sentía él y su familia por la muerte de quien era considerado un miembro de su familia.

“Ha sido algo impactante y doloroso para nosotros la muerte de Santino. Es como perder un hijo, a un miembro de la familia. Santino era un amigo fiel, un compañero, era todo. Era un perro noble, alegre y muy protector con mis dos hijos, Pablo y Alicia, ambos bebés”, expresó Quintero con voz apagada.

Según un estudio de la Universidad de Hawai, el 30% de los dueños de una mascota, después de su fallecimiento, sienten un dolor emocional durante seis meses o más, mientras que para un 12% se convierte en un suceso traumático en sus vidas. Lo anterior puede agravarse más en los niños.

PROMEDIO DE VIDA

De acuerdo con expertos, los perros viven entre 8 y 20 años. Sin embargo, Santino no llegó ni a los dos años de vida, lo cual agrava el dolor. De acuerdo con el representante a la Cámara, faltó tiempo para compartir con Santino.

En su honor, los restos serán cremados y guardados en una urna que estará en su hogar. “El propósito es recordarlo siempre por la alegría que le daba a nuestras vidas”.

De acuerdo con National Institutes of Health, NIH, las mascotas pueden disminuir el estrés y la sensación de soledad, mejorar la salud del corazón e incluso ayudar a los niños con sus habilidades emocionales y sociales.

Por Namieh Baute