La cultura ciudadana mejora o mejora. Desde hoy comienza la aplicación en firme del Código de Policía (Ley 1001 de 2016), ya terminó la etapa pedagógica, en adelante quien infrinja la norma tendrá que pagar el comparendo que impongan las autoridades. La implementación de este Código debe ser el conducto para tener y formar mejores […]
La cultura ciudadana mejora o mejora. Desde hoy comienza la aplicación en firme del Código de Policía (Ley 1001 de 2016), ya terminó la etapa pedagógica, en adelante quien infrinja la norma tendrá que pagar el comparendo que impongan las autoridades.
La implementación de este Código debe ser el conducto para tener y formar mejores ciudadanos, debido a que en la actualidad la calidad ciudadana no es la mejor: es constante la invasión del espacio público, el irrespeto a la autoridad, el consumo de bebidas alcohólicas y alucinógenas, orinarse en el espacio público ante la mirada de niños y adultos, sacar a pasear los perros a que defequen en parques y vías, en fin es costumbre violar la ley, hacer caso omiso a las normas de convivencia para ajustarse a un estilo de vida caótico, que hace de la ciudad un sitio desordenado, congestionado y sucio.
El Código de Policía tratará de meter en cintura a los malos ciudadanos, a los que nos les duele la ciudad, su entorno o su sitio de vivienda. Su aplicación no es tarea exclusiva de la Policía Nacional, también de los alcaldes, gobernadores, de los líderes comunitarios y de cada ciudadano.
Son 243 artículos, muchos, pero es un buen comienzo, ya era hora de controlar un poco el comportamiento ciudadano, que están desbocado, eso se nota en los barrios de todos los estratos, donde los vecinos se enfrentan por los escándalos musicales, la basura, los animales, la invasión del espacio público, entre otros.
El incumplimiento tocará los bolsillos a través de los cuatro tipos de multas, pero seguramente los ciudadanos entenderán más adelante el gran significado de esta norma, incluso cuando la aplicación de las multas 1 y 2 solo se remita a trabajos sociales.
También hay otros tipos de sanciones, para los que infrinjan la ley y se nieguen a pagar la multa, pues no podrán obtener o renovar el permiso de tenencia o porte de armas, ni ser nombrado o ascendido en cargos públicos, ingresar a las escuelas de formación de la Fuerza Pública, contratar o renovar contrato con cualquier entidad del
Estado y obtener o renovar el registro mercantil en las cámaras de comercio.
Su aplicación generará algunos choques seguramente, pero las autoridades están avaladas para hacerlo valer.
EL PILÓN invita a la ciudadanía vallenata y cesarese en general a acatar el Código, a conocerlo, a cumplirlo, a hacer un esfuerzo por construir una mejor ciudad, un buen ambiente, en armonía con las realidades sociales. En caso que se sientan que son vulnerados sus derechos, existen vías legales para buscar solución, como la Personería Municipal, que en nombre del Ministerio Público recibirá quejas y denuncias ante faltas o delitos cometidos por las autoridades de Policía, al tiempo que vigilará su conducta y pondrá en conocimiento a la autoridad competente.
La cultura ciudadana mejora o mejora. Desde hoy comienza la aplicación en firme del Código de Policía (Ley 1001 de 2016), ya terminó la etapa pedagógica, en adelante quien infrinja la norma tendrá que pagar el comparendo que impongan las autoridades. La implementación de este Código debe ser el conducto para tener y formar mejores […]
La cultura ciudadana mejora o mejora. Desde hoy comienza la aplicación en firme del Código de Policía (Ley 1001 de 2016), ya terminó la etapa pedagógica, en adelante quien infrinja la norma tendrá que pagar el comparendo que impongan las autoridades.
La implementación de este Código debe ser el conducto para tener y formar mejores ciudadanos, debido a que en la actualidad la calidad ciudadana no es la mejor: es constante la invasión del espacio público, el irrespeto a la autoridad, el consumo de bebidas alcohólicas y alucinógenas, orinarse en el espacio público ante la mirada de niños y adultos, sacar a pasear los perros a que defequen en parques y vías, en fin es costumbre violar la ley, hacer caso omiso a las normas de convivencia para ajustarse a un estilo de vida caótico, que hace de la ciudad un sitio desordenado, congestionado y sucio.
El Código de Policía tratará de meter en cintura a los malos ciudadanos, a los que nos les duele la ciudad, su entorno o su sitio de vivienda. Su aplicación no es tarea exclusiva de la Policía Nacional, también de los alcaldes, gobernadores, de los líderes comunitarios y de cada ciudadano.
Son 243 artículos, muchos, pero es un buen comienzo, ya era hora de controlar un poco el comportamiento ciudadano, que están desbocado, eso se nota en los barrios de todos los estratos, donde los vecinos se enfrentan por los escándalos musicales, la basura, los animales, la invasión del espacio público, entre otros.
El incumplimiento tocará los bolsillos a través de los cuatro tipos de multas, pero seguramente los ciudadanos entenderán más adelante el gran significado de esta norma, incluso cuando la aplicación de las multas 1 y 2 solo se remita a trabajos sociales.
También hay otros tipos de sanciones, para los que infrinjan la ley y se nieguen a pagar la multa, pues no podrán obtener o renovar el permiso de tenencia o porte de armas, ni ser nombrado o ascendido en cargos públicos, ingresar a las escuelas de formación de la Fuerza Pública, contratar o renovar contrato con cualquier entidad del
Estado y obtener o renovar el registro mercantil en las cámaras de comercio.
Su aplicación generará algunos choques seguramente, pero las autoridades están avaladas para hacerlo valer.
EL PILÓN invita a la ciudadanía vallenata y cesarese en general a acatar el Código, a conocerlo, a cumplirlo, a hacer un esfuerzo por construir una mejor ciudad, un buen ambiente, en armonía con las realidades sociales. En caso que se sientan que son vulnerados sus derechos, existen vías legales para buscar solución, como la Personería Municipal, que en nombre del Ministerio Público recibirá quejas y denuncias ante faltas o delitos cometidos por las autoridades de Policía, al tiempo que vigilará su conducta y pondrá en conocimiento a la autoridad competente.