Después de las fiestas comienza el diario transcurrir. En ese momento las angustias económicas vuelven a ser el pan diario.

Los niveles de desocupación en la región son deprimentes. Con todo y la demanda de la construcción no se ha satisfecho la oferta de trabajo de miles de jóvenes ciudadanos.  Se empieza a notar ausencia de trabajadores locales en los trabajos de ese ramo por escasa capacitación. Sabe este diario que algunas firmas han traído a la ciudad maestros de obra especializados. Sumando a eso, recientemente El Pilón publicó cómo se habían capacitado en labores de servicios mineros un contingente de jóvenes, cuya oferta de trabajo excedió la demanda de las empresas mineras. Esta industria ha estado golpeada últimamente por los bajos precios internacionales, precedidos por la congelación de licencias ambientales de la expansión de los proyectos mineros, principalmente los de Drummond.

Un aspecto clave, en consecuencia, es buscar simetría entre oferta y demanda y desarrollar una apropiada y pertinente capacitación de la mano de obra. El SENA puede ayudar. 

Gravita mucho sobre los centros urbanos de la región el nivel de desempleo, para no hablar del bajo índice conocido en las zonas rurales. Según datos del DANE en Valledupar un alto porcentaje no tiene empleo. Pero lo más llamativo, si empleo hay, es informal o por cuenta propia. Es un síntoma del escaso desarrollo económico y social, la escasez de industrias y de servicios especiales, y del bajo nivel de pobreza existente. Mucho programa social focalizado, ayudas, viviendas gratis, etc pero sino hay dinámica privada, nuevas empresas, nuevas industrias, economía pujante, el escenario seguirá.

Llamamos la atención sobre los conflictos colectivos de trabajo que se han presentado en las zonas mineras. Eso requiere una presencia y monitorías más fuertes de las autoridades del Trabajo.  Cuánto vale a la economía nacional y a la de Cesar y La Guajira una parálisis como la del Cerrejón? Fuera de que se afecta el llamado circulante, los trabajadores, al Cesar, no reciben sus salarios. Suspicacias se han expuesto de que las multinacionales, en medio de la depresión de los mercados, no tendrían incentivo para evitar un paro y hasta se han bajado turnos de operación en las minas.

Esa misma situacion influyó, la de depresión comercial, para que el Cerrejón no insistiera en su proyecto de desviar el Río Rancheria, para que MPX (que tomó el nombre final de CGX) suspendiera sus proyectos de futura explotación en San Juan, y para que la Mina La Francia de Colombia Natural Resources – CNR, una división de la banca neoyorkina Goldman Sachs, mantenga su parálisis, a pesar de protestas de trabajadores y esposas.

El gobierno departamental, como agente previsto en la Constitución Política del desarrollo económico de su territorio bien hará en hacer seguimiento a esta situación. Así mismo, dentro de su ámbito, la Cámara de Comercio, y los gremios de la producción.