El vallenato Jeiner Galindo se adjudicó el trofeo como goleador de la Liga Profesional de Fútsal de Colombia en 2022. Una lesión lo alejó de las canchas y ahora busca apoyo económico para costear gastos de una operación de rodilla.
Que la vida cambia en un instante es una verdad de a puño. Para el jugador vallenato de fútbol sala, Jeiner Galindo Alandete, ese giro repentino del destino le llegó en un entrenamiento el pasado mes de septiembre.
Aquel día, en medio de una práctica cotidiana con su club Sabaneros de Sincelejo, Galindo se lesionó la rodilla izquierda y el dictamen médico fue devastador: desgarro grado 3 del menisco lateral y ruptura parcial del ligamento cruzado anterior. Mínimo 4 o 5 meses de recuperación.
Apenas unas semanas antes de sufrir la lesión, el deportista de 24 años se había alzado el título como máximo artillero de la Liga Profesional de Fútsal colombiana con 20 goles y tenía ofertas de diferentes clubes dentro y fuera del país. “Decidí quedarme en Sabaneros, pero no más alcancé a jugar 3 partidos. Tuve la mala suerte de lesionarme en un entreno”, dijo Galindo en diálogo con EL PILÓN.
Desde aquella funesta jornada, el vallenato dejó de gambetear rivales, corretear defensas y marcar goles para jugarse un partido más difícil, ahora entre cirujanos, fisioterapeutas y EPS.
En noviembre le hicieron una resonancia que confirmó el desalentador resultado. De ahí en adelante inició su calvario -como el de millones de colombianos- por conseguir una cita lo más pronto posible y poder solucionar el problema físico que, para un deportista de élite, es vital.
A diferencia del fútbol profesional, en el fútsal los deportistas tienen menos garantías por parte de los clubes, lo que agravó la situación para Galindo.
Sabaneros, con sede en Sincelejo, respondió con la resonancia y las primeras terapias, pero cuando llegó la hora de realizar la operación -la etapa más costosa- todo se complicó y desde el equipo le pidieron al jugador vallenato que solucionara por medio de la EPS.
“Estaba a la espera que me solucionaran algo, nos eliminaron del campeonato, el presidente del equipo me dijo que había entrado en una racha mala y que no tenía dinero”, recuerda Galindo.
‘Preso’ del actual sistema de salud, Galindo tuvo su primera cita con el ortopedista apenas el pasado 23 de enero -cuatro meses después del infortunio- y las terapias están programadas para iniciar desde el 3 de febrero. Y todavía falta la valoración por artroscopia con el cirujano que lo va a operar. Mientras tanto, el tiempo corre y Jeiner Galindo sigue sin trabajo y sin poder pisar una cancha.
“Hasta diciembre me pagaron, pero inició enero, me dijeron que no me iban a dejar tirado pero mira por donde vamos, no he tenido un apoyo de decir ‘mire acá hay 200.000 o 300.000 pesos, el presidente del club lo que me dice es que anda sin plata, que estos primeros meses son duros, pero yo lo que quiero es ganar tiempo con mi operación porque de allí depende mi futuro y mi trabajo”, lamenta Galindo.
Sin trabajo y con el tiempo para volver a las canchas respirándole en la nuca, Galindo no aguantó y no tuvo más remedio que recurrir a una rifa para costear los gastos de transporte para asistir a las terapias -caminar largos trayectos le produce dolor- y ayudarse con la manutención de su pequeña hija de 5 meses de edad. “Ese era mi trabajo, no sé hacer más nada”, afirma el deportista que reside en el barrio Los Músicos de Valledupar.
La camisa con la que marcó 20 goles y se convirtió en máximo artillero del fútbol sala colombiano, el cual tiene gran valor sentimental para él, será entregada a un ganador del sorteo por el valor de $10.000. “Primero es mi hija y mi salud. El que quiera ayudar sin comprar la rifa, también le estaré agradecido. Estamos pasando unos tiempos difíciles”, recalcó Galindo.
No es la primera vez que Jeiner Galindo lucha contra la adversidad. Hace varios años estando en las divisiones menores del Valledupar Fútbol Club, el técnico de la época lo desechó. Pasó al microfútbol y jugó varios años con el Real Valledupar y de allí dio el salto al futsal.
A principios de 2022, en menos de 5 meses, mostró todo su potencial y se consagró con 20 goles como el mayor artillero del país en un deporte que apenas empezaba a conocer a fondo.
Sea cual sea el número ganador, Galindo espera que esta rifa sirva para seguir soñando con volver a las canchas y seguir haciendo lo que bien sabe hacer: marcar goles y regalar alegría.
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA / EL PILÓN
El vallenato Jeiner Galindo se adjudicó el trofeo como goleador de la Liga Profesional de Fútsal de Colombia en 2022. Una lesión lo alejó de las canchas y ahora busca apoyo económico para costear gastos de una operación de rodilla.
Que la vida cambia en un instante es una verdad de a puño. Para el jugador vallenato de fútbol sala, Jeiner Galindo Alandete, ese giro repentino del destino le llegó en un entrenamiento el pasado mes de septiembre.
Aquel día, en medio de una práctica cotidiana con su club Sabaneros de Sincelejo, Galindo se lesionó la rodilla izquierda y el dictamen médico fue devastador: desgarro grado 3 del menisco lateral y ruptura parcial del ligamento cruzado anterior. Mínimo 4 o 5 meses de recuperación.
Apenas unas semanas antes de sufrir la lesión, el deportista de 24 años se había alzado el título como máximo artillero de la Liga Profesional de Fútsal colombiana con 20 goles y tenía ofertas de diferentes clubes dentro y fuera del país. “Decidí quedarme en Sabaneros, pero no más alcancé a jugar 3 partidos. Tuve la mala suerte de lesionarme en un entreno”, dijo Galindo en diálogo con EL PILÓN.
Desde aquella funesta jornada, el vallenato dejó de gambetear rivales, corretear defensas y marcar goles para jugarse un partido más difícil, ahora entre cirujanos, fisioterapeutas y EPS.
En noviembre le hicieron una resonancia que confirmó el desalentador resultado. De ahí en adelante inició su calvario -como el de millones de colombianos- por conseguir una cita lo más pronto posible y poder solucionar el problema físico que, para un deportista de élite, es vital.
A diferencia del fútbol profesional, en el fútsal los deportistas tienen menos garantías por parte de los clubes, lo que agravó la situación para Galindo.
Sabaneros, con sede en Sincelejo, respondió con la resonancia y las primeras terapias, pero cuando llegó la hora de realizar la operación -la etapa más costosa- todo se complicó y desde el equipo le pidieron al jugador vallenato que solucionara por medio de la EPS.
“Estaba a la espera que me solucionaran algo, nos eliminaron del campeonato, el presidente del equipo me dijo que había entrado en una racha mala y que no tenía dinero”, recuerda Galindo.
‘Preso’ del actual sistema de salud, Galindo tuvo su primera cita con el ortopedista apenas el pasado 23 de enero -cuatro meses después del infortunio- y las terapias están programadas para iniciar desde el 3 de febrero. Y todavía falta la valoración por artroscopia con el cirujano que lo va a operar. Mientras tanto, el tiempo corre y Jeiner Galindo sigue sin trabajo y sin poder pisar una cancha.
“Hasta diciembre me pagaron, pero inició enero, me dijeron que no me iban a dejar tirado pero mira por donde vamos, no he tenido un apoyo de decir ‘mire acá hay 200.000 o 300.000 pesos, el presidente del club lo que me dice es que anda sin plata, que estos primeros meses son duros, pero yo lo que quiero es ganar tiempo con mi operación porque de allí depende mi futuro y mi trabajo”, lamenta Galindo.
Sin trabajo y con el tiempo para volver a las canchas respirándole en la nuca, Galindo no aguantó y no tuvo más remedio que recurrir a una rifa para costear los gastos de transporte para asistir a las terapias -caminar largos trayectos le produce dolor- y ayudarse con la manutención de su pequeña hija de 5 meses de edad. “Ese era mi trabajo, no sé hacer más nada”, afirma el deportista que reside en el barrio Los Músicos de Valledupar.
La camisa con la que marcó 20 goles y se convirtió en máximo artillero del fútbol sala colombiano, el cual tiene gran valor sentimental para él, será entregada a un ganador del sorteo por el valor de $10.000. “Primero es mi hija y mi salud. El que quiera ayudar sin comprar la rifa, también le estaré agradecido. Estamos pasando unos tiempos difíciles”, recalcó Galindo.
No es la primera vez que Jeiner Galindo lucha contra la adversidad. Hace varios años estando en las divisiones menores del Valledupar Fútbol Club, el técnico de la época lo desechó. Pasó al microfútbol y jugó varios años con el Real Valledupar y de allí dio el salto al futsal.
A principios de 2022, en menos de 5 meses, mostró todo su potencial y se consagró con 20 goles como el mayor artillero del país en un deporte que apenas empezaba a conocer a fondo.
Sea cual sea el número ganador, Galindo espera que esta rifa sirva para seguir soñando con volver a las canchas y seguir haciendo lo que bien sabe hacer: marcar goles y regalar alegría.
POR JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA / EL PILÓN