En el primer día de audiencia, su declaración se centró en la oleada de violencia que vivió el departamento del Cesar y la manera como surgió su interés de ingresar a las filas de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC.
Ante dos magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, el antiguo jefe paramilitar del Bloque Norte de las AUC, Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, comenzó su declaración contando cómo pasó de ser un joven profesional trabajador en Valledupar a integrar las filas del paramilitarismo.
De igual manera detalló el oscuro panorama de violencia que por muchos años soportó el pueblo vallenato por la presencia guerrillera del ELN que extorsionaba a miles de familia bajo la figura de impuesto de guerra.
Unas actividades que, según su criterio, alternaban con los secuestros que realizaban abiertamente a pocos minutos de la Fuerza Pública sin ninguna consecuencia, dejando así a miles de víctimas entre el periodo de 1993 a 1995, entre esas a miembros de su propia familia como su cuñado, el hermano de este, su prima y hasta su padre.
“Tenía que pagar cuota (extorsión) de $1.500.000 a la guerrilla y, no obstante, de estar pagándolo, en el año 1995 intentaron secuestrar a mi padre, nos encontrábamos a tres minutos del Batallón La Popa y había llegado un nuevo comandante (de la guerrilla) que seguía en La Mesa”, manifestó Tovar Pupo.
Hasta que un día en un medio nacional vio una entrevista de Carlos Castaño como comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, en la que se sintió persuadido en algunos aspectos.
“Luego de esa entrevista que salió en una revista de circulación nacional encuentro en respuestas de este señor algunas coincidencias de lo que mi convicción y conciencia me empezaban a dictar; eso me llevó a mí a finales del 95 a la inquietud de averiguar qué eran las autodefensas, escucho que en el departamento del Cesar ya había autodefensa, cosa que ignoraba”, agregó Tovar Pupo.
Después se desplazó hacia el municipio de Pailitas, centro del Cesar, donde pudo observar los primeros miembros de las AUC y en Bosconia logró conversar con uno de los líderes conocido con el alias de Jimmy.
A este último Rodrigo Tovar le pidió que le gestionara una cita con el comandante Castaño, pero este respondió que mejor se reuniera con el jefe más cercano de la zona, quien era Salvatore Mancuso.
“Jimmy me dice que me presente en el piso tercero, de la habitación tal donde estaba un señor, yo llego, me presento y llegan unos hombres de seguridad… Entro y él se me presenta (Salvatore Mancuso), me dice que es la persona encargada que mandó Carlos Castaño jefe de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, para la expansión en la costa Atlántica”, puntualizó Tovar.
Explicó que en ese entonces no existía el Bloque Norte de las AUC que llegó a dirigir, y que comenzó como ‘colaborador’.
La audiencia fue suspendida para continuar este viernes.
En el primer día de audiencia, su declaración se centró en la oleada de violencia que vivió el departamento del Cesar y la manera como surgió su interés de ingresar a las filas de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC.
Ante dos magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, el antiguo jefe paramilitar del Bloque Norte de las AUC, Rodrigo Tovar Pupo, alias Jorge 40, comenzó su declaración contando cómo pasó de ser un joven profesional trabajador en Valledupar a integrar las filas del paramilitarismo.
De igual manera detalló el oscuro panorama de violencia que por muchos años soportó el pueblo vallenato por la presencia guerrillera del ELN que extorsionaba a miles de familia bajo la figura de impuesto de guerra.
Unas actividades que, según su criterio, alternaban con los secuestros que realizaban abiertamente a pocos minutos de la Fuerza Pública sin ninguna consecuencia, dejando así a miles de víctimas entre el periodo de 1993 a 1995, entre esas a miembros de su propia familia como su cuñado, el hermano de este, su prima y hasta su padre.
“Tenía que pagar cuota (extorsión) de $1.500.000 a la guerrilla y, no obstante, de estar pagándolo, en el año 1995 intentaron secuestrar a mi padre, nos encontrábamos a tres minutos del Batallón La Popa y había llegado un nuevo comandante (de la guerrilla) que seguía en La Mesa”, manifestó Tovar Pupo.
Hasta que un día en un medio nacional vio una entrevista de Carlos Castaño como comandante de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, en la que se sintió persuadido en algunos aspectos.
“Luego de esa entrevista que salió en una revista de circulación nacional encuentro en respuestas de este señor algunas coincidencias de lo que mi convicción y conciencia me empezaban a dictar; eso me llevó a mí a finales del 95 a la inquietud de averiguar qué eran las autodefensas, escucho que en el departamento del Cesar ya había autodefensa, cosa que ignoraba”, agregó Tovar Pupo.
Después se desplazó hacia el municipio de Pailitas, centro del Cesar, donde pudo observar los primeros miembros de las AUC y en Bosconia logró conversar con uno de los líderes conocido con el alias de Jimmy.
A este último Rodrigo Tovar le pidió que le gestionara una cita con el comandante Castaño, pero este respondió que mejor se reuniera con el jefe más cercano de la zona, quien era Salvatore Mancuso.
“Jimmy me dice que me presente en el piso tercero, de la habitación tal donde estaba un señor, yo llego, me presento y llegan unos hombres de seguridad… Entro y él se me presenta (Salvatore Mancuso), me dice que es la persona encargada que mandó Carlos Castaño jefe de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá, para la expansión en la costa Atlántica”, puntualizó Tovar.
Explicó que en ese entonces no existía el Bloque Norte de las AUC que llegó a dirigir, y que comenzó como ‘colaborador’.
La audiencia fue suspendida para continuar este viernes.