Aunque no es una función propia de un congresista “gestionar recursos”, no es menos cierto que esto ayuda a los alcaldes y gobernadores para que lleguen a instancias que le son lejanas como ministerios, departamentos administrativos y hasta la presidencia de la República.
Se aproximan las elecciones al Congreso de la República, la antesala de las elecciones presidenciales, por todas partes afiches, reuniones, abrazos y discursos más vacíos que los de hace cuatro años; será porque son los mismos candidatos de las elecciones anteriores; los congresistas del Cesar tienen una característica que los vuelve a todos iguales por lo que no podemos esperar nada novedoso si son elegidos nuevamente, estos congresistas desaparecen en los momentos más importantes de la Nación, evaden las discusiones más relevantes del país y terminan presentándose a sí mismos y olvidan conectarse con el clamor popular.
En alguna entrevista el exsenador Bernardo Miguel Elias, conocido en el bajo mundo como el ‘Ñoño’ Elías, expresaba con postura de eximio constitucionalista, que en el Capitolio Nacional existen dos clases de congresistas, están los que se dedican a promover debates de control político y llamar al Gobierno Nacional para discutir frente al país temas que requieren ser atendidos por considerar que no se está actuando bien como ocurrió con el desastre del Ministerio de las TICS y la exministra Karen Abudinen y de paso señalaba a unos legisladores de ser parte de esa clasificación, y por otro lado agregaba, existen otra clase de congresistas encargados de “gestionar recursos” para las regiones y que en este último grupo estaba incluido el exsenador cordobés.
Aunque no es una función propia de un congresista “gestionar recursos”, no es menos cierto que esto ayuda a los alcaldes y gobernadores para que lleguen a instancias que le son lejanas como ministerios, departamentos administrativos y hasta la presidencia de la República.
Es frecuente observar que en los acontecimientos trascendentales los parlamentarios nuestros prefieren agachar la cabeza para no perder el “cariño” del Gobierno Nacional, porque esos recursos que dicen gestionar en muchos ocasiones van de la mano del compromiso de votar las iniciativas procedentes del Gobierno Nacional sin reservas y de mantener burocracia; por eso, un congresista que limita su ejercicio legislativo en “gestionar recursos” es un congresista proclive a la corrupción, alejado de los verdaderos problemas del país, es ese congresista que vota a ciegas reformas tributarias que atacan al ciudadano, es ese congresista que vota reformas a la justicia que conceden más garantías para la impunidad, es ese congresista que se abstiene de votar moción de censura cuando se descubren actos de corrupción, en pocas palabras es un congresista que se suma a la fila de los corruptos, es por eso que ‘Ñoño’ Elías ya no está en el Congreso, está preso; no veo a ningún congresista que promueve debates y presenta proyectos de ley ejerciendo su labor, en la cárcel, pero si hay muchos congresistas de los que “gestionan recursos” presos.
Los verdaderos temas regionales y nacionales escapan de la visión de estos candidatos en su mayoría repitentes, no están liderando propuestas que ataquen los grandes males de la sociedad que afectan la salud, educación, economía, medioambiente, justicia y que requieren de un gran esfuerzo legislativo; van de municipio en municipio simplemente hablándole al elector de los recursos que ayudaron a conseguir y del que seguramente se robaron el 10% o más.
Por Carlos Andrés Añez Maestre
Aunque no es una función propia de un congresista “gestionar recursos”, no es menos cierto que esto ayuda a los alcaldes y gobernadores para que lleguen a instancias que le son lejanas como ministerios, departamentos administrativos y hasta la presidencia de la República.
Se aproximan las elecciones al Congreso de la República, la antesala de las elecciones presidenciales, por todas partes afiches, reuniones, abrazos y discursos más vacíos que los de hace cuatro años; será porque son los mismos candidatos de las elecciones anteriores; los congresistas del Cesar tienen una característica que los vuelve a todos iguales por lo que no podemos esperar nada novedoso si son elegidos nuevamente, estos congresistas desaparecen en los momentos más importantes de la Nación, evaden las discusiones más relevantes del país y terminan presentándose a sí mismos y olvidan conectarse con el clamor popular.
En alguna entrevista el exsenador Bernardo Miguel Elias, conocido en el bajo mundo como el ‘Ñoño’ Elías, expresaba con postura de eximio constitucionalista, que en el Capitolio Nacional existen dos clases de congresistas, están los que se dedican a promover debates de control político y llamar al Gobierno Nacional para discutir frente al país temas que requieren ser atendidos por considerar que no se está actuando bien como ocurrió con el desastre del Ministerio de las TICS y la exministra Karen Abudinen y de paso señalaba a unos legisladores de ser parte de esa clasificación, y por otro lado agregaba, existen otra clase de congresistas encargados de “gestionar recursos” para las regiones y que en este último grupo estaba incluido el exsenador cordobés.
Aunque no es una función propia de un congresista “gestionar recursos”, no es menos cierto que esto ayuda a los alcaldes y gobernadores para que lleguen a instancias que le son lejanas como ministerios, departamentos administrativos y hasta la presidencia de la República.
Es frecuente observar que en los acontecimientos trascendentales los parlamentarios nuestros prefieren agachar la cabeza para no perder el “cariño” del Gobierno Nacional, porque esos recursos que dicen gestionar en muchos ocasiones van de la mano del compromiso de votar las iniciativas procedentes del Gobierno Nacional sin reservas y de mantener burocracia; por eso, un congresista que limita su ejercicio legislativo en “gestionar recursos” es un congresista proclive a la corrupción, alejado de los verdaderos problemas del país, es ese congresista que vota a ciegas reformas tributarias que atacan al ciudadano, es ese congresista que vota reformas a la justicia que conceden más garantías para la impunidad, es ese congresista que se abstiene de votar moción de censura cuando se descubren actos de corrupción, en pocas palabras es un congresista que se suma a la fila de los corruptos, es por eso que ‘Ñoño’ Elías ya no está en el Congreso, está preso; no veo a ningún congresista que promueve debates y presenta proyectos de ley ejerciendo su labor, en la cárcel, pero si hay muchos congresistas de los que “gestionan recursos” presos.
Los verdaderos temas regionales y nacionales escapan de la visión de estos candidatos en su mayoría repitentes, no están liderando propuestas que ataquen los grandes males de la sociedad que afectan la salud, educación, economía, medioambiente, justicia y que requieren de un gran esfuerzo legislativo; van de municipio en municipio simplemente hablándole al elector de los recursos que ayudaron a conseguir y del que seguramente se robaron el 10% o más.
Por Carlos Andrés Añez Maestre