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Columnista - 24 septiembre, 2021

Ordenar el desorden

Hoy es un día especial, hoy cumple años el amor de mis amores, mi querida Mercy, mi mujer, y como siempre estará rodeada en un acto familiar de la Moroná, que no pelan una. Le deseo un feliz día y que los muchos que todavía le faltan por vivir también sean llenos de paz y […]

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Hoy es un día especial, hoy cumple años el amor de mis amores, mi querida Mercy, mi mujer, y como siempre estará rodeada en un acto familiar de la Moroná, que no pelan una. Le deseo un feliz día y que los muchos que todavía le faltan por vivir también sean llenos de paz y tranquilidad para ver si gozamos de la dicha de ver a nuestros nietos profesionales y realizados con sus hijos, nuestros bisnietos. Felicitaciones mija.

Hay que ordenar el desorden, ya que veo con mucha complacencia que nuevamente se están tapando huecos, pero de manera desordenada, uno aquí, otro allá y a veces de manera inexplicable, cerquita, casi pegado reparan unos y dejan otros, sería mejor que lo hicieran parejo y sugeriría que comenzaran por la carrera 11 que está bastante deteriorada y continúen con la 17 y la 12, ya que la novena quedó como una tacita, lástima el estrechón que le pegaron, pues la redujeron 3 metros para ampliar las zonas peatonales por donde camina poca gente. ¡Qué horror!, como dice el agraciado.

Señor secretario de Obra Públicas, salga y recorra esos sitios para que vea la realidad, funcionarios como usted no pueden estar sentados todo el día en una cómoda silla gozando de buen aire acondicionado, no, hay que quemarse con el sol para no dejarse quemar por la opinión.

Hay que ordenar el desorden en el cruce de la carrera séptima con calle 7ª, donde hoy construyen un bello edificio de 10 ó más pisos, que es peligroso y a cada ratico encuentra uno un mototaxista “contramatao y con las dos piernas quebrá”, y cómo será ahora que ese edificio se llene de gente, donde cada quien tiene 2 ó más carros.

Es urgente prevenir los accidentes con una buena señalización e instalar unos reductores de velocidad, los cuales me cuenta el exalcalde Fausto Cotes Núñez, por escrito,  en varias oportunidades se los ha solicitado al Tránsito, con resultados negativos. Señor secretario de Tránsito, no es jodedera mía, no es ganas de mortificarlo, más bien es ganas de colaborar con la administración de Mello Castro, de la cual soy amigo y defensor.

Mande a instalar esos reductores, prevenga los accidentes, acuérdese que también muchas veces le he insistido para la carrera 8 con 9A sin ningún resultado; los pobrecitos Luchito Pimienta y Álvaro Muñoz viven con nervios y zozobra de que el día menos pensado se le meta un carro a la casa, tal como hubiera sucedido en otra residencia vecina donde afortunadamente el carro quedó incrustado en un árbol y figúrese, en ese tiempo ahí vivían mis nietos, qué tal que les hubiera pasado algo.

Hágame caso, no crea que yo me las doy de jefe, lo que quiero es que usted se luzca para que lo recuerden con gratitud. Vamos a ver si ‘para’ bolas, el perjudicado no soy yo, sino el ‘Valle’.

Columnista
24 septiembre, 2021

Ordenar el desorden

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Hoy es un día especial, hoy cumple años el amor de mis amores, mi querida Mercy, mi mujer, y como siempre estará rodeada en un acto familiar de la Moroná, que no pelan una. Le deseo un feliz día y que los muchos que todavía le faltan por vivir también sean llenos de paz y […]


Hoy es un día especial, hoy cumple años el amor de mis amores, mi querida Mercy, mi mujer, y como siempre estará rodeada en un acto familiar de la Moroná, que no pelan una. Le deseo un feliz día y que los muchos que todavía le faltan por vivir también sean llenos de paz y tranquilidad para ver si gozamos de la dicha de ver a nuestros nietos profesionales y realizados con sus hijos, nuestros bisnietos. Felicitaciones mija.

Hay que ordenar el desorden, ya que veo con mucha complacencia que nuevamente se están tapando huecos, pero de manera desordenada, uno aquí, otro allá y a veces de manera inexplicable, cerquita, casi pegado reparan unos y dejan otros, sería mejor que lo hicieran parejo y sugeriría que comenzaran por la carrera 11 que está bastante deteriorada y continúen con la 17 y la 12, ya que la novena quedó como una tacita, lástima el estrechón que le pegaron, pues la redujeron 3 metros para ampliar las zonas peatonales por donde camina poca gente. ¡Qué horror!, como dice el agraciado.

Señor secretario de Obra Públicas, salga y recorra esos sitios para que vea la realidad, funcionarios como usted no pueden estar sentados todo el día en una cómoda silla gozando de buen aire acondicionado, no, hay que quemarse con el sol para no dejarse quemar por la opinión.

Hay que ordenar el desorden en el cruce de la carrera séptima con calle 7ª, donde hoy construyen un bello edificio de 10 ó más pisos, que es peligroso y a cada ratico encuentra uno un mototaxista “contramatao y con las dos piernas quebrá”, y cómo será ahora que ese edificio se llene de gente, donde cada quien tiene 2 ó más carros.

Es urgente prevenir los accidentes con una buena señalización e instalar unos reductores de velocidad, los cuales me cuenta el exalcalde Fausto Cotes Núñez, por escrito,  en varias oportunidades se los ha solicitado al Tránsito, con resultados negativos. Señor secretario de Tránsito, no es jodedera mía, no es ganas de mortificarlo, más bien es ganas de colaborar con la administración de Mello Castro, de la cual soy amigo y defensor.

Mande a instalar esos reductores, prevenga los accidentes, acuérdese que también muchas veces le he insistido para la carrera 8 con 9A sin ningún resultado; los pobrecitos Luchito Pimienta y Álvaro Muñoz viven con nervios y zozobra de que el día menos pensado se le meta un carro a la casa, tal como hubiera sucedido en otra residencia vecina donde afortunadamente el carro quedó incrustado en un árbol y figúrese, en ese tiempo ahí vivían mis nietos, qué tal que les hubiera pasado algo.

Hágame caso, no crea que yo me las doy de jefe, lo que quiero es que usted se luzca para que lo recuerden con gratitud. Vamos a ver si ‘para’ bolas, el perjudicado no soy yo, sino el ‘Valle’.