Los desechos generados a causa de la pandemia, dada su composición, tardarían entre 20 y 30 años en degradarse, un impacto significativo para el medio ambiente.
Pequeñas y grandes ciudades, pueblos y veredas enfrentan el impacto de los residuos de guantes y tapabocas usados por la emergencia del coronavirus, que debido al mal manejo de los mismos contaminan calles y fuentes hídricas. Así lo aseguran ambientalistas de la región.
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A principios de este mes se detectaron los mencionados residuos ‘de moda’ en el Balneario Hurtado, “que es el reflejo de la falta de conciencia ambiental de quienes disfrutaban este sitio, causando un impacto negativo a todo el ecosistema, principalmente al agua y a los animales que pudieran ingerir parte de esos residuos como ardillas y monos”, explicó Luis Antonio Maestre Orozco, de la Fundación Protección Ambiental Valledupar.
Recalcó además que los desechos generados a causa de la pandemia, dada su composición, tardarían entre 20 y 30 años en degradarse, lo que significa un impacto significativo para el medio ambiente.
Esta situación fue matizada por el cierre del lugar de recreación para evitar que irresponsables fueran al lugar y existiera mayor probabilidad de contagio de la enfermedad, lo cual ha generado que la problemática se reduzca significativamente.
Al respecto, el docente de la Maestría en Gestión Ambiental de la Fundación Universitaria del Área Andina, sede Valledupar, Hernando Hermida, opina que se debe garantizar una gestión ambiental adecuada en el presente, ya que esas decisiones impactarán negativamente a las futuras generaciones.
Aunque el objetivo principal es salvar vidas y proteger la salud de las personas, el experto considera que se aproxima un mal relacionado con las toneladas de residuos generadas a partir de la crisis sanitaria, que pueden convertirse en una segunda fuente de contaminación.
“En los primeros países donde hizo mella la emergencia sanitaria se tuvo en cuenta la eliminación de este material en hospitales y clínicas, los informes oficiales hablan de un promedio diario de 50 toneladas por ciudad; sin embargo, las cifras de enfermos fueron creciendo y superaron la capacidad del sistema” afirmó el docente.
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También se refirió al daño que genera al medio ambiente el uso excesivo de tapabocas de corta vida útil, ya que debido a su proceso de degradación afectaría gravemente al medio ambiente
“La mayoría de estos termoplásticos terminan en los cestos como residuos. Los aditivos utilizados en productos plásticos pueden contener toxinas como el plomo y el cadmio, que pueden filtrarse y afectar los ecosistemas, lo anterior sumado a que la combustión de este material puede descargar emisiones con alto contenido de dioxinas y cloruro de vinilo”, subrayó.
Por lo anterior, invitó a las autoridades a adoptar medidas de emergencia ambiental con el fin de generar un menor impacto en el medio ambiente.
“Ante este problema ambiental, que igual que la curva de contagio tiende al aumento, requiere de las autoridades, la adopción de medidas de emergencia ambiental, orientadas al proceso de recolección, manipulación, transporte, disposición final y eliminación, tanto a nivel institucional como doméstico, a fin de garantizar un mayor control del virus y una gestión ambiental adecuada” puntualizó Hermida.
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De acuerdo con el gerente regional de Interaseo, Mauricio Muriel Escobar, se ha notado disminución de residuos sólidos en algunos sectores de la ciudad como avenidas principales y algunas zonas del sector comercial, pero ha aumentado los residuos que salen a nivel domiciliario, puesto que las personas permanecen más en sus residencias.
“No rompemos las bolsas para ver qué contienen, solo las recogemos. Situaciones complejas donde veamos expuestos al personal no lo hemos visto, ni en el relleno sanitario, al menos no he tenido reportes del área operativa”, aseguró Muriel Escobar.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN [email protected]
Los desechos generados a causa de la pandemia, dada su composición, tardarían entre 20 y 30 años en degradarse, un impacto significativo para el medio ambiente.
Pequeñas y grandes ciudades, pueblos y veredas enfrentan el impacto de los residuos de guantes y tapabocas usados por la emergencia del coronavirus, que debido al mal manejo de los mismos contaminan calles y fuentes hídricas. Así lo aseguran ambientalistas de la región.
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A principios de este mes se detectaron los mencionados residuos ‘de moda’ en el Balneario Hurtado, “que es el reflejo de la falta de conciencia ambiental de quienes disfrutaban este sitio, causando un impacto negativo a todo el ecosistema, principalmente al agua y a los animales que pudieran ingerir parte de esos residuos como ardillas y monos”, explicó Luis Antonio Maestre Orozco, de la Fundación Protección Ambiental Valledupar.
Recalcó además que los desechos generados a causa de la pandemia, dada su composición, tardarían entre 20 y 30 años en degradarse, lo que significa un impacto significativo para el medio ambiente.
Esta situación fue matizada por el cierre del lugar de recreación para evitar que irresponsables fueran al lugar y existiera mayor probabilidad de contagio de la enfermedad, lo cual ha generado que la problemática se reduzca significativamente.
Al respecto, el docente de la Maestría en Gestión Ambiental de la Fundación Universitaria del Área Andina, sede Valledupar, Hernando Hermida, opina que se debe garantizar una gestión ambiental adecuada en el presente, ya que esas decisiones impactarán negativamente a las futuras generaciones.
Aunque el objetivo principal es salvar vidas y proteger la salud de las personas, el experto considera que se aproxima un mal relacionado con las toneladas de residuos generadas a partir de la crisis sanitaria, que pueden convertirse en una segunda fuente de contaminación.
“En los primeros países donde hizo mella la emergencia sanitaria se tuvo en cuenta la eliminación de este material en hospitales y clínicas, los informes oficiales hablan de un promedio diario de 50 toneladas por ciudad; sin embargo, las cifras de enfermos fueron creciendo y superaron la capacidad del sistema” afirmó el docente.
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Por lo anterior, invitó a las autoridades a adoptar medidas de emergencia ambiental con el fin de generar un menor impacto en el medio ambiente.
“Ante este problema ambiental, que igual que la curva de contagio tiende al aumento, requiere de las autoridades, la adopción de medidas de emergencia ambiental, orientadas al proceso de recolección, manipulación, transporte, disposición final y eliminación, tanto a nivel institucional como doméstico, a fin de garantizar un mayor control del virus y una gestión ambiental adecuada” puntualizó Hermida.
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De acuerdo con el gerente regional de Interaseo, Mauricio Muriel Escobar, se ha notado disminución de residuos sólidos en algunos sectores de la ciudad como avenidas principales y algunas zonas del sector comercial, pero ha aumentado los residuos que salen a nivel domiciliario, puesto que las personas permanecen más en sus residencias.
“No rompemos las bolsas para ver qué contienen, solo las recogemos. Situaciones complejas donde veamos expuestos al personal no lo hemos visto, ni en el relleno sanitario, al menos no he tenido reportes del área operativa”, aseguró Muriel Escobar.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN [email protected]