A muchos les preocupa más la incomodidad del impacto visual, que el sufrimiento y condición de las personas pobres.
El comportamiento creciente de la inflación de 2021, el más alto desde 2008, impacta en las actividades económicas, afectando las interrupciones en las cadenas de suministro y el alza de los precios de los productos básicos.
Del análisis social concluimos que la violencia y la inseguridad afectan la economía y le impiden crecer. México tiene el más alto gasto militar en 2020, mientras que el de seguridad pública estuvo en su punto más bajo. Los gastos del gobierno dedicados a manejar la violencia fueron de US $30.000 millones.
Con un Índice de Pobreza Multidimensional del 34,5 %, el departamento del Cesar está entre los territorios del Caribe con mayor porcentaje de hogares con bajos ingresos económicos y deficiencias habitacionales, según el Departamento Nacional de Planeación, DNP.
En cualquier semáforo de esta capital se puede observar niños junto a sus padres ofreciendo algún dulce a cambio de dinero.
El departamento es el tercero con mayor pobreza monetaria extrema de Colombia. El 24,8 % de nuestra población vive en la indigencia, más o menos el Dane asegura que son 270.806 personas que no cuentan con recursos suficientes ni para alimentarse.
EL PILÓN presenta un resumen del último estudio realizado por Cesore para el PNUD, en el cual se analiza la realidad socioeconómica de la región Caribe antes y después de la pandemia. El informe completo lo puede encontrar en el portal web www.cesore.com.
De acuerdo con el Dane, el 44,4 % de los habitantes de Valledupar señalaron que las oportunidades de empleo disminuirán este año. Esta apreciación ubica a la capital del Cesar por encima de los porcentajes de negatividad de ciudades como Cartagena y Santa Marta.
Analizando la evolución histórica es verdaderamente preocupante que al comparar los niveles de pobreza del año 2012 con el año 2019 son exactamente los mismos, 51.7 %. No hubo una décima de mejora y fueron ocho años perdidos. Exactamente dos períodos de gobierno.
En Boquerón los años pasan y son palpables, no en la mejoría, sino en el crónico desgaste de su vieja infraestructura, y en el rostro de aquellos que llevan una década esperando el reasentamiento. Solo crecieron la desesperanza y las grietas de las casas por las explosiones de las mineras.
Este lunes el departamento del Cesar cumple 53 años desde su inauguración, oportunidad ideal para analizar las cifras socioeconómicas que indican cómo viven los cesarenses. Pocas cifras son alentadoras, lo que llama a replantear algunas políticas, sobre todo en medio de una pandemia.
Los resultados de la nueva metodología, presentados el mes pasado, muestran que la pobreza en Valledupar estaba subestimada, lo que quiere decir que era mayor a lo que anteriormente se pensaba. Antes las cifras decían que para el 2019, el 34,7 % de los vallenatos eran pobres por ingresos monetarios, resulta que en realidad la cifra es de 40,8 %.
Johana Carrillo es vendedora en el balneario Hurtado del río Guatapurí, desde hace 20 años. La pandemia y el cierre de este sector turístico en Valledupar la obligaron a vivir en precarias condiciones.
Del 2018 al 2019 más de 74.000 cesarenses salieron de la pobreza multidimensional, esto significa que mejoraron sus condiciones de vida. Sin embargo, este avance social está bajo amenaza ante la entrada de la pandemia y la reducción en la inversión hacia sectores claves como la salud, educación, agua potable, entre otros.
Al igual que a nivel nacional, en el departamento se presentaron significativos avances sociales en lo que va del siglo. Pero en la última década, no solo se frenó el tren, sino que se retrocedió en el Cesar en materia de pobreza y desempleo. Urgen reformas.
El libro de cómo está la situación de la pobreza en el Caribe colombiano y sus posibles soluciones fue presentado ayer en el Banco de la República.
Según Prosperidad Social, el 37.5 % de la población del país está en condiciones de pobreza.
El académico e investigador financiero Napoleón de Arma, columnista de EL PILÓN, hace un análisis de los indicadores socioeconómicos que califican la salud de los cesarenses y vallenatos, y asegura que en términos generales, el Cesar solo supera a los viejos territorios nacionales y compite estrechamente con Chocó, Magdalena, La Guajira, Córdoba y Cauca.
El economista Fernando Herrera Araujo analiza los datos de pobreza departamentales que dio a conocer el Dane y asegura que le preocupa que en los últimos cinco años el Cesar viene disminuyendo la pobreza solamente un 1 % anual, con altibajos, lo que quiere decir que en promedio 10.000 cesarenses anuales salen de la pobreza de 420.000 que se encuentran en esa situación. Si las cosas siguen así, se necesitarán más de 40 años para erradicar la pobreza del Departamento.
El congresista recordó que la capital del Cesar es la tercera ciudad del país con mayor pobreza con 35,5%.