Este 17 de julio se conmemoraron los 27 años del fallecimiento del filósofo Rafael Carrillo Lúquez. En honor a su memoria, este medio publica las tesis planteadas por Carrillo en el panel sobre la "Problemática y perspectivas de la filosofía en Colombia" cuya discusión es fundamental que vuelva a darse hoy. Esta es la segunda parte.
La discusión sobre la filosofía en Colombia y su profesionalización, es fundamental que vuelva a darse en estos momentos. Se hizo hace 37 años. La filosofía, observamos, se ha quedado encerrada en las aulas y debe salir de allí, hacer presencia en la sociedad, expresar lo que piensa sobre los problemas del país, como lo hacen otras disciplinas. Pero estamos en la profesionalización de la filosofía, en las hiper especializaciones y con ello se olvidó la filosofía como vocación que tanto defendió el maestro Carrillo.
Lee también: Rafael Carrillo y el porvenir de la filosofía en Colombia (parte I)
Se debe volver a la idea del “falansterio”, que fue la propuesta política del maestro, cuando fundó el Instituto de Filosofía en la Universidad Nacional. Allí se iba a cultivar la filosofía con desinterés, mediante diálogos, conversaciones y conferencias, pero no una carrera para dar títulos.
La profesionalización, decía, ha sido negativa, y tenía razón, hoy vemos su mercantilización y la preocupación excesiva por los títulos, y eso, como diría el maestro, no permite construir comunidad filosófica.
En un Congreso de Filosofía Latinoamericana realizado en la Universidad Santo Tomás en el año 1986, el filósofo Rafael Carrillo presentó una ponencia sobre “Actualidad y futuro de la filosofía en Colombia”.
Las tesis de Carrillo allí planteadas, generaron polémica entre sus colegas, que hubo necesidad de realizar un panel sobre la “Problemática y perspectivas de la filosofía en Colombia”, cuya moderación estuvo a cargo del profesor Roberto Salazar e intervinieron en ella: Rafael Carrillo, Danilo Cruz Vélez, Daniel Herrera, Rubén Sierra Mejía, Jorge Aurelio Diaz y Daniel Germán Marquínez.
En mi libro “Rafael Carrillo. El Filósofo”, de reciente edición (enero del 2023), se incluyó la conferencia, pero omití la discusión en torno a ella, la cual encontré en una publicación que hizo la Biblioteca Colombiana de Filosofía de la Universidad Santo Tomás de 1988 con el título “Tendencias actuales de la filosofía en Colombia. Ponencias”.
No es necesario poner en contexto la conferencia del profesor Carrillo. De su intervención y la discusión que se da por parte de los panelistas se infiere su posición frente al porvenir de la filosofía en Colombia.
Hoy 18 de julio de 2023 damos a conocer la segunda parte de dicha discusión:
Profesor Aurelio Diaz: Yo voy a permitirme ir un poco más adelante, y tomando el derecho que se le ha concedido a los filósofos de ser herejes, y yo un poco más, de ser provocativo, voy a decir que voy a defender, humilde, pero con ardor, la burocracia. Yo creo que estoy al lado del burócrata de Kant y del burócrata Hegel contra el monje de la filosofía Nietzsche, que se va a la soledad. Yo creo que ambas labores son necesarias, y yo no creo que esa contradicción haya que resolverla propiamente sino asumirla, vivirla a fondo. Es decir, el burócrata, ser un buen burócrata y el monje un buen monje. Y así, luchar unos contra otros hasta donde la filosofía lo permita.
Entonces yo quisiera poner un poco en cuestión algo que ya había expresado el profesor Carrillo en otra ocasión. El lo había manifestado en esta forma… él había dicho con mucha razón que la normalización no debía tomarse toda como algo puramente positivo, que no deberíamos considerar que todo lo que pasó con la normalización es positivo. El señalaba – lo que se ha señalado aquí– el peligro de la burocratización. Claro, yo llamaría eso, como una cosa valiosa pero peligrosa, la nostalgia de los años heroicos. Los años heroicos son siempre de los pioneros, pero luego viene la labor de la culturización y de la burocratización. Es decir, el trabajo se vuelve cotidiano, se vuelve repetitivo y se vuelve artesanal.
En ese sentido, yo quisiera defender la labor de los burócratas, es decir, de las instituciones, de las bibliotecas, de los directores de revistas, de todas esas personas que organizan congresos, que son celebraciones. Yo creo que el momento de la celebración es muy nietzscheano, y es bueno que exista el momento de la celebración, pero sin quien organice la celebración no hay no hay celebraciones. Entonces, es necesario defender esa labor, creo que es muy positiva y creo que es bueno que se continúe haciendo en ese sentido”
Moderador: Gracias. Profesor Marquínez, este ambiente nos ha dado muchas libertades. Entonces, también, por favor, usted úsela, cinco minutos.
Profesor Marquínez: Voy a asumir la pregunta de la conferencia del profesor Carrillo por el presente y el futuro de la filosofía, pero me referiré en la respuesta al presente y futuro de la filosofía latinoamericana, En primer lugar, en cuanto al presente, esta mañana se ha puesto en evidencia que su presente es de crisis, y no tengo miedo a utilizar la palabra, porque la crisis solo se puede presentar en los organismos vivos, no en cadáveres o cosas muertas. Si hay crisis, es porque la filosofía latinoamericana está viva. De tal manera que no estamos asistiendo, como lo ha sugerido el profesor Rubén Sierra a un entierro de pobres. La palabra crisis está emparentada con la palabra crítica.
Moderador: Voy a tomarme la libertad de darle la oportunidad al profesor Carrillo, tres minutos, para que pronuncie unas palabras que él quiere decir, y que al mismo tiempo se constituye en una especie de palabras rituales y símbolos para la posteridad, dentro de este porvenir no evidente, por supuesto, no de evidencia, ni de profetismo. Profesor Carrillo, usted cree que el cierre con sus palabras de esta sesión, después de tantos años de fundación del Instituto y del comienzo de sus escritos, ¿podría ser justamente un juego simbólico? Al mismo tiempo, no para que usted profetice sino para que también usted analice este tiempo en lo que prefiera.
R. Carrillo: Después de mi exposición he oído las intervenciones de mis colegas. Todas tienen carácter de objeción. Debo confesar con toda franqueza que si se tienen en cuenta mis tesis, la única pregunta en armonía con esas, la única intervención que no fue una objeción propiamente hablando, en armonía con mis tesis, con mis conclusiones, fue la que hizo el doctor Danilo Cruz, que preguntó cómo se hace para resolver la contradicción de que la filosofía fuera a mantener su carácter de una ciencia que no tiene relación con las finalidades utilitarias de cualquier clase que sean, lo que hemos llamado aquí ciencia poder, tomando la palabra poder en un sentido amplio. Como se hace, preguntaba él, para soslayar o superar la contradicción de la naturaleza de la filosofía y la necesidad de vivir. Entonces, me parece una objeción muy en relación con la tesis misma de mi ponencia. Yo le respondí que la filosofía en mi concepto era una ciencia que tendía a crear problemas, no a resolverlos.
Después, viene la intervención del profesor Herrera. Fue una intervención a la cual no le vi ninguna relación con mi tesis. Fue una relación muy patriótica. Después vino la intervención del profesor Diaz. Bueno, dentro de la filosofía caben todas las posiciones, e incluso el elogio de lo más perniciosos para ella, la burocracia. Yo lo felicito por esa sinceridad, pero no comparto su posición. Después la del profesor Sierra, que hizo unas reflexiones pero que tampoco llegaron a afrontar las conclusiones con que yo finalice la ponencia. Después viene la intervención del doctor Germán Marquínez, que yo casi no oí porque tuve que salir, y no puedo asumir ninguna posición frente a él.
Entonces, resumo de forma clara la tesis que yo he desarrollado aquí en mi ponencia, en mi trabajo. Las características de la filosofía, de la actividad filosófica, son la investigación no heterónoma, no el pensamiento heterónomo, no el pensar heterónomo sino el pensar autónomo. Yo dije que cuando yo había regresado de Alemania, cuando yo empecé a escribir sobre filosofía antes de ir a Alemania, existía aquí la enseñanza de la filosofía en los colegios, que tenía un carácter heterónomo y no autónomo. Cuando regresé de Alemania me propuse crear un ambiente para que la filosofía se desarrollara dentro de un clima de autonomía, y eso lo conseguí, aunque después vinieron alteraciones. Por último insistí en la naturaleza desinteresada de la filosofía, y dije que a mi regreso de Alemania, la filosofía ( yo me refiero a mi experiencia personal, y mi experiencia personal se refiere a la Universidad Nacional), que la característica principal de la filosofía, sin la cual no puede existir, es el desinterés con que ella se cultive; que la esencia misma de la filosofía es ser una ciencia, en virtud de que investiga en función de ella misma y no por finalidad exterior a ella.
En cuanto al futuro de la filosofía, dije y repito que no podía decir cuál sería el futuro de la filosofía en Colombia, y me refería, a que la misma ciencia actual no puede predecir, y a los nuevos conceptos de falsabilidad, por ejemplo, que se ha introducido en ella, y que solamente se puede conjeturar. La filosofía – voy agregar esto que no dije en el curso de la conferencia anterior – la filosofía no puede decir, no puede predecir . La filosofía tiene que limitarse a describir lo acontecido, no lo que va acontecer. Por eso, dice Hegel en su “Filosofía del Derecho”, la filosofía llega tarde. No puede predecir, tienen que limitarse a describir; llega siempre tarde. “El búho de Minerva levanta su vuelo solamente cuando han caído las tinieblas de la noche”.
Por Carlos Elías Lúquez Carrillo/ ESPECIAL PARA EL PILÓN.
Este 17 de julio se conmemoraron los 27 años del fallecimiento del filósofo Rafael Carrillo Lúquez. En honor a su memoria, este medio publica las tesis planteadas por Carrillo en el panel sobre la "Problemática y perspectivas de la filosofía en Colombia" cuya discusión es fundamental que vuelva a darse hoy. Esta es la segunda parte.
La discusión sobre la filosofía en Colombia y su profesionalización, es fundamental que vuelva a darse en estos momentos. Se hizo hace 37 años. La filosofía, observamos, se ha quedado encerrada en las aulas y debe salir de allí, hacer presencia en la sociedad, expresar lo que piensa sobre los problemas del país, como lo hacen otras disciplinas. Pero estamos en la profesionalización de la filosofía, en las hiper especializaciones y con ello se olvidó la filosofía como vocación que tanto defendió el maestro Carrillo.
Lee también: Rafael Carrillo y el porvenir de la filosofía en Colombia (parte I)
Se debe volver a la idea del “falansterio”, que fue la propuesta política del maestro, cuando fundó el Instituto de Filosofía en la Universidad Nacional. Allí se iba a cultivar la filosofía con desinterés, mediante diálogos, conversaciones y conferencias, pero no una carrera para dar títulos.
La profesionalización, decía, ha sido negativa, y tenía razón, hoy vemos su mercantilización y la preocupación excesiva por los títulos, y eso, como diría el maestro, no permite construir comunidad filosófica.
En un Congreso de Filosofía Latinoamericana realizado en la Universidad Santo Tomás en el año 1986, el filósofo Rafael Carrillo presentó una ponencia sobre “Actualidad y futuro de la filosofía en Colombia”.
Las tesis de Carrillo allí planteadas, generaron polémica entre sus colegas, que hubo necesidad de realizar un panel sobre la “Problemática y perspectivas de la filosofía en Colombia”, cuya moderación estuvo a cargo del profesor Roberto Salazar e intervinieron en ella: Rafael Carrillo, Danilo Cruz Vélez, Daniel Herrera, Rubén Sierra Mejía, Jorge Aurelio Diaz y Daniel Germán Marquínez.
En mi libro “Rafael Carrillo. El Filósofo”, de reciente edición (enero del 2023), se incluyó la conferencia, pero omití la discusión en torno a ella, la cual encontré en una publicación que hizo la Biblioteca Colombiana de Filosofía de la Universidad Santo Tomás de 1988 con el título “Tendencias actuales de la filosofía en Colombia. Ponencias”.
No es necesario poner en contexto la conferencia del profesor Carrillo. De su intervención y la discusión que se da por parte de los panelistas se infiere su posición frente al porvenir de la filosofía en Colombia.
Hoy 18 de julio de 2023 damos a conocer la segunda parte de dicha discusión:
Profesor Aurelio Diaz: Yo voy a permitirme ir un poco más adelante, y tomando el derecho que se le ha concedido a los filósofos de ser herejes, y yo un poco más, de ser provocativo, voy a decir que voy a defender, humilde, pero con ardor, la burocracia. Yo creo que estoy al lado del burócrata de Kant y del burócrata Hegel contra el monje de la filosofía Nietzsche, que se va a la soledad. Yo creo que ambas labores son necesarias, y yo no creo que esa contradicción haya que resolverla propiamente sino asumirla, vivirla a fondo. Es decir, el burócrata, ser un buen burócrata y el monje un buen monje. Y así, luchar unos contra otros hasta donde la filosofía lo permita.
Entonces yo quisiera poner un poco en cuestión algo que ya había expresado el profesor Carrillo en otra ocasión. El lo había manifestado en esta forma… él había dicho con mucha razón que la normalización no debía tomarse toda como algo puramente positivo, que no deberíamos considerar que todo lo que pasó con la normalización es positivo. El señalaba – lo que se ha señalado aquí– el peligro de la burocratización. Claro, yo llamaría eso, como una cosa valiosa pero peligrosa, la nostalgia de los años heroicos. Los años heroicos son siempre de los pioneros, pero luego viene la labor de la culturización y de la burocratización. Es decir, el trabajo se vuelve cotidiano, se vuelve repetitivo y se vuelve artesanal.
En ese sentido, yo quisiera defender la labor de los burócratas, es decir, de las instituciones, de las bibliotecas, de los directores de revistas, de todas esas personas que organizan congresos, que son celebraciones. Yo creo que el momento de la celebración es muy nietzscheano, y es bueno que exista el momento de la celebración, pero sin quien organice la celebración no hay no hay celebraciones. Entonces, es necesario defender esa labor, creo que es muy positiva y creo que es bueno que se continúe haciendo en ese sentido”
Moderador: Gracias. Profesor Marquínez, este ambiente nos ha dado muchas libertades. Entonces, también, por favor, usted úsela, cinco minutos.
Profesor Marquínez: Voy a asumir la pregunta de la conferencia del profesor Carrillo por el presente y el futuro de la filosofía, pero me referiré en la respuesta al presente y futuro de la filosofía latinoamericana, En primer lugar, en cuanto al presente, esta mañana se ha puesto en evidencia que su presente es de crisis, y no tengo miedo a utilizar la palabra, porque la crisis solo se puede presentar en los organismos vivos, no en cadáveres o cosas muertas. Si hay crisis, es porque la filosofía latinoamericana está viva. De tal manera que no estamos asistiendo, como lo ha sugerido el profesor Rubén Sierra a un entierro de pobres. La palabra crisis está emparentada con la palabra crítica.
Moderador: Voy a tomarme la libertad de darle la oportunidad al profesor Carrillo, tres minutos, para que pronuncie unas palabras que él quiere decir, y que al mismo tiempo se constituye en una especie de palabras rituales y símbolos para la posteridad, dentro de este porvenir no evidente, por supuesto, no de evidencia, ni de profetismo. Profesor Carrillo, usted cree que el cierre con sus palabras de esta sesión, después de tantos años de fundación del Instituto y del comienzo de sus escritos, ¿podría ser justamente un juego simbólico? Al mismo tiempo, no para que usted profetice sino para que también usted analice este tiempo en lo que prefiera.
R. Carrillo: Después de mi exposición he oído las intervenciones de mis colegas. Todas tienen carácter de objeción. Debo confesar con toda franqueza que si se tienen en cuenta mis tesis, la única pregunta en armonía con esas, la única intervención que no fue una objeción propiamente hablando, en armonía con mis tesis, con mis conclusiones, fue la que hizo el doctor Danilo Cruz, que preguntó cómo se hace para resolver la contradicción de que la filosofía fuera a mantener su carácter de una ciencia que no tiene relación con las finalidades utilitarias de cualquier clase que sean, lo que hemos llamado aquí ciencia poder, tomando la palabra poder en un sentido amplio. Como se hace, preguntaba él, para soslayar o superar la contradicción de la naturaleza de la filosofía y la necesidad de vivir. Entonces, me parece una objeción muy en relación con la tesis misma de mi ponencia. Yo le respondí que la filosofía en mi concepto era una ciencia que tendía a crear problemas, no a resolverlos.
Después, viene la intervención del profesor Herrera. Fue una intervención a la cual no le vi ninguna relación con mi tesis. Fue una relación muy patriótica. Después vino la intervención del profesor Diaz. Bueno, dentro de la filosofía caben todas las posiciones, e incluso el elogio de lo más perniciosos para ella, la burocracia. Yo lo felicito por esa sinceridad, pero no comparto su posición. Después la del profesor Sierra, que hizo unas reflexiones pero que tampoco llegaron a afrontar las conclusiones con que yo finalice la ponencia. Después viene la intervención del doctor Germán Marquínez, que yo casi no oí porque tuve que salir, y no puedo asumir ninguna posición frente a él.
Entonces, resumo de forma clara la tesis que yo he desarrollado aquí en mi ponencia, en mi trabajo. Las características de la filosofía, de la actividad filosófica, son la investigación no heterónoma, no el pensamiento heterónomo, no el pensar heterónomo sino el pensar autónomo. Yo dije que cuando yo había regresado de Alemania, cuando yo empecé a escribir sobre filosofía antes de ir a Alemania, existía aquí la enseñanza de la filosofía en los colegios, que tenía un carácter heterónomo y no autónomo. Cuando regresé de Alemania me propuse crear un ambiente para que la filosofía se desarrollara dentro de un clima de autonomía, y eso lo conseguí, aunque después vinieron alteraciones. Por último insistí en la naturaleza desinteresada de la filosofía, y dije que a mi regreso de Alemania, la filosofía ( yo me refiero a mi experiencia personal, y mi experiencia personal se refiere a la Universidad Nacional), que la característica principal de la filosofía, sin la cual no puede existir, es el desinterés con que ella se cultive; que la esencia misma de la filosofía es ser una ciencia, en virtud de que investiga en función de ella misma y no por finalidad exterior a ella.
En cuanto al futuro de la filosofía, dije y repito que no podía decir cuál sería el futuro de la filosofía en Colombia, y me refería, a que la misma ciencia actual no puede predecir, y a los nuevos conceptos de falsabilidad, por ejemplo, que se ha introducido en ella, y que solamente se puede conjeturar. La filosofía – voy agregar esto que no dije en el curso de la conferencia anterior – la filosofía no puede decir, no puede predecir . La filosofía tiene que limitarse a describir lo acontecido, no lo que va acontecer. Por eso, dice Hegel en su “Filosofía del Derecho”, la filosofía llega tarde. No puede predecir, tienen que limitarse a describir; llega siempre tarde. “El búho de Minerva levanta su vuelo solamente cuando han caído las tinieblas de la noche”.
Por Carlos Elías Lúquez Carrillo/ ESPECIAL PARA EL PILÓN.