En Pueblo Bello, Aguachica, Codazzi, Chimichagua y Curumaní se presentaron los casos. En lo relacionado con morbilidad, es decir los menores enfermos por desnutrición, en el departamento se reportan 305 casos.
Desgraciadamente, señala el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, el hambre y la desnutrición siguen siendo grandes obstáculos para el desarrollo de muchos países. Se estima que 821 millones de personas sufrían de desnutrición crónica al 2017, a menudo como consecuencia directa de la degradación ambiental, la sequía y la pérdida de biodiversidad.
Le también: ¿Por qué hay niños arhuacos en estado de desnutrición?
Impedimento social que sigue afectando al Cesar. Y es que hasta el 18 de julio del presente año se registraron siete muertes por desnutrición en el departamento en niños menores de cinco años, de los cuales dos fueron en Pueblo Bello, dos en Aguachica, uno en Codazzi, uno en Chimichagua y uno en Curumaní.
Así lo dio a conocer la coordinadora del programa de Nutrición de la Secretaría de Salud Departamental, Antonia Carretero Palacio, quien agregó que todos los casos están afiliados al régimen subsidiado, lo que indica que son de bajos recursos; dos de ellos son de la etnia arhuaca y uno de la etnia yukpa.
En lo relacionado con morbilidad, es decir los menores enfermos por desnutrición, en el departamento se reportan 305 casos: 64 en Valledupar, 60 en Codazzi, 26 en Pueblo Bello, 26 en La Jagua de Ibirico, 25 en Curumaní y 22 en Aguachica.
“La desnutrición es un círculo vicioso porque depende de los ingresos económicos de la familia para comprar los productos de la canasta familiar. Estamos en una pandemia, donde el desempleo se incrementó un 50 %, las familias no tienen cómo adquirir los alimentos. También depende del agua potable, de la educación de los cuidadores y de la disposición de basuras que afectan a los niños y los lleva a un grado de desnutrición. Aquí hay una corresponsabilidad de todo el sistema que debemos mejorar”, subrayó la funcionaria.
La crisis social podría incrementarse porque, como han señalado expertos, con la aparición de la pandemia habría un retroceso de 20 años en la lucha contra la pobreza, lo cual significaría un aumento de hasta 15 puntos porcentuales a nivel nacional en la población que vive bajo la línea de la pobreza. El Cesar es uno de los departamentos más vulnerable ante este tipo de choques inesperados.
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Antonia Carretero especificó que si se preparan alimentos con agua inadecuada posiblemente se presentarán problemas intestinales, que interferirán en la nutrición del niño. Además, si los infantes están en un ambiente rodeado de basuras, donde priman roedores como cucarachas o ratones que tengan contacto con los alimentos, esto conducirá que no aproveche el alimento al 100 %.
Es claro que el acceso al agua potable es un factor determinante para una vida digna. En este caso preocupa la breve disminución que se registró del 2018 a 2019 en materia de cobertura de acueducto en el Cesar.
Para el año pasado el 86,5 % de los cesarenses contaba con acueducto, frente al 13,5 % de la población que no está conectada a un acueducto. Esta cifra significa miles de familias cesarenses, en su mayoría rurales, que viven con el riesgo de adquirir una infección o sufrir de desnutrición al usar agua no apta para el consumo.
De acuerdo al gobernador (e) de Cesar, Wilson Solano Gracia, “el departamento tiene una tasa asociada a mortalidad infantil por desnutrición aguda o moderada severa muy alta con relación al país”. Hoy estamos a 34.2 por encima de la nación que es de 9.2. Eso nos lleva a actuar para que los índices disminuyan de forma sustancial”, señaló.
Carretero Palacio estima que la desnutrición en el Cesar ha subido cerca del 5 %, con relación al 2019, ante las afectaciones sociales que ha generado la covid-19. Situación que se refleja también en las otras ciudades de Colombia.
Al respecto, el economista Fernando Herrera asegura que la desnutrición se puede aumentar ante el desempleo, puesto que los que dejan de trabajar y recibir ingresos no pueden demandar bienes y servicios como alimentos. “Si compra menos cosas, come menos”, acotó.
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Otro punto que analizó fue el tema de los colegios, puesto que antes de la cuarentena, especialmente en las comunidades más pobres, los niños almorzaban en sus instituciones educativas, pero si no hay clases presenciales esas ayudas que recibían ya nos las tienen. Así como el de los hogares infantiles que funcionan a media marcha y otros no funcionaban.
Herrera remitió un informe del Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales, Cesore, que da cuenta que el Cesar es el segundo departamento donde más mueren niños por desnutrición en Colombia luego de La Guajira.
*Esta enfermedad causa que el niño no tenga ni un peso ni una estatura acorde a su edad.
*Su aspecto físico presenta una piel rústica, cabello orquillado y una delgadez extrema sin masa muscular.
*El sistema inmune se torna ineficiente. El cuerpo humano no puede producir glóbulos blancos y esto causa múltiples infecciones intestinales y respiratorias.
*La duración de las enfermedades es mayor y el pronóstico siempre peor que en individuos normales.
*La cicatrización se lentifica.
*El coeficiente intelectual de estos niños es menor a uno bien nutrido, que tiene una capacidad de aprendizaje del 95 %, mientras que los desnutridos alcanzan solo un 50 %.
*El estado anímico se ve afectado. Por lo general no juegan sino que permanecen sentados, ya que no tienen energía suficiente para hacer sus actividades cotidianas.
Del régimen subsidiado se estima que hay un 74.8 % de niños desnutridos y del régimen contributivo un 6.2 %?
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN
[email protected]
En Pueblo Bello, Aguachica, Codazzi, Chimichagua y Curumaní se presentaron los casos. En lo relacionado con morbilidad, es decir los menores enfermos por desnutrición, en el departamento se reportan 305 casos.
Desgraciadamente, señala el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, el hambre y la desnutrición siguen siendo grandes obstáculos para el desarrollo de muchos países. Se estima que 821 millones de personas sufrían de desnutrición crónica al 2017, a menudo como consecuencia directa de la degradación ambiental, la sequía y la pérdida de biodiversidad.
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Impedimento social que sigue afectando al Cesar. Y es que hasta el 18 de julio del presente año se registraron siete muertes por desnutrición en el departamento en niños menores de cinco años, de los cuales dos fueron en Pueblo Bello, dos en Aguachica, uno en Codazzi, uno en Chimichagua y uno en Curumaní.
Así lo dio a conocer la coordinadora del programa de Nutrición de la Secretaría de Salud Departamental, Antonia Carretero Palacio, quien agregó que todos los casos están afiliados al régimen subsidiado, lo que indica que son de bajos recursos; dos de ellos son de la etnia arhuaca y uno de la etnia yukpa.
En lo relacionado con morbilidad, es decir los menores enfermos por desnutrición, en el departamento se reportan 305 casos: 64 en Valledupar, 60 en Codazzi, 26 en Pueblo Bello, 26 en La Jagua de Ibirico, 25 en Curumaní y 22 en Aguachica.
“La desnutrición es un círculo vicioso porque depende de los ingresos económicos de la familia para comprar los productos de la canasta familiar. Estamos en una pandemia, donde el desempleo se incrementó un 50 %, las familias no tienen cómo adquirir los alimentos. También depende del agua potable, de la educación de los cuidadores y de la disposición de basuras que afectan a los niños y los lleva a un grado de desnutrición. Aquí hay una corresponsabilidad de todo el sistema que debemos mejorar”, subrayó la funcionaria.
La crisis social podría incrementarse porque, como han señalado expertos, con la aparición de la pandemia habría un retroceso de 20 años en la lucha contra la pobreza, lo cual significaría un aumento de hasta 15 puntos porcentuales a nivel nacional en la población que vive bajo la línea de la pobreza. El Cesar es uno de los departamentos más vulnerable ante este tipo de choques inesperados.
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Antonia Carretero especificó que si se preparan alimentos con agua inadecuada posiblemente se presentarán problemas intestinales, que interferirán en la nutrición del niño. Además, si los infantes están en un ambiente rodeado de basuras, donde priman roedores como cucarachas o ratones que tengan contacto con los alimentos, esto conducirá que no aproveche el alimento al 100 %.
Es claro que el acceso al agua potable es un factor determinante para una vida digna. En este caso preocupa la breve disminución que se registró del 2018 a 2019 en materia de cobertura de acueducto en el Cesar.
Para el año pasado el 86,5 % de los cesarenses contaba con acueducto, frente al 13,5 % de la población que no está conectada a un acueducto. Esta cifra significa miles de familias cesarenses, en su mayoría rurales, que viven con el riesgo de adquirir una infección o sufrir de desnutrición al usar agua no apta para el consumo.
De acuerdo al gobernador (e) de Cesar, Wilson Solano Gracia, “el departamento tiene una tasa asociada a mortalidad infantil por desnutrición aguda o moderada severa muy alta con relación al país”. Hoy estamos a 34.2 por encima de la nación que es de 9.2. Eso nos lleva a actuar para que los índices disminuyan de forma sustancial”, señaló.
Carretero Palacio estima que la desnutrición en el Cesar ha subido cerca del 5 %, con relación al 2019, ante las afectaciones sociales que ha generado la covid-19. Situación que se refleja también en las otras ciudades de Colombia.
Al respecto, el economista Fernando Herrera asegura que la desnutrición se puede aumentar ante el desempleo, puesto que los que dejan de trabajar y recibir ingresos no pueden demandar bienes y servicios como alimentos. “Si compra menos cosas, come menos”, acotó.
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Otro punto que analizó fue el tema de los colegios, puesto que antes de la cuarentena, especialmente en las comunidades más pobres, los niños almorzaban en sus instituciones educativas, pero si no hay clases presenciales esas ayudas que recibían ya nos las tienen. Así como el de los hogares infantiles que funcionan a media marcha y otros no funcionaban.
Herrera remitió un informe del Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales, Cesore, que da cuenta que el Cesar es el segundo departamento donde más mueren niños por desnutrición en Colombia luego de La Guajira.
*Esta enfermedad causa que el niño no tenga ni un peso ni una estatura acorde a su edad.
*Su aspecto físico presenta una piel rústica, cabello orquillado y una delgadez extrema sin masa muscular.
*El sistema inmune se torna ineficiente. El cuerpo humano no puede producir glóbulos blancos y esto causa múltiples infecciones intestinales y respiratorias.
*La duración de las enfermedades es mayor y el pronóstico siempre peor que en individuos normales.
*La cicatrización se lentifica.
*El coeficiente intelectual de estos niños es menor a uno bien nutrido, que tiene una capacidad de aprendizaje del 95 %, mientras que los desnutridos alcanzan solo un 50 %.
*El estado anímico se ve afectado. Por lo general no juegan sino que permanecen sentados, ya que no tienen energía suficiente para hacer sus actividades cotidianas.
Del régimen subsidiado se estima que hay un 74.8 % de niños desnutridos y del régimen contributivo un 6.2 %?
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN
[email protected]