Imperceptible parece ser el accionar de movimientos ambientalistas en el Cesar. Expertos piensan que muchos son creados para obtener beneficios propios.
La crítica situación que se percibía en el río Guatapurí en los últimos meses, como consecuencia de la sequía que se prolongó a nivel nacional, parece dispersarse con los fuertes aguaceros registrados en la Sierra Nevada de Santa Marta, donde nace el afluente.
Sin embargo, y pese a que los habitantes de Valledupar y visitantes del balneario Hurtado se lamentaban de la triste realidad que afrontaba este manantial que comenzó a tomar ‘vida’ en aproximadamente dos semanas atrás, la situación con respecto al comportamiento de los bañistas sigue igual: latas, bolsas y toda clase de residuos sólidos fueron dejados a su orilla el fin de semana anterior, sin darse cuenta de la gravedad de dicho accionar.
Aunque en el departamento del Cesar varios grupos o movimientos ambientales han sido creados, parece que ninguno es visible ante sus labores, así como la conciencia y cultura ambientalista de los habitantes de esta ciudad.
Ismael Escorcia Atencio, defensor ambientalista, aseveró que a los grupos ambientales les quita lo ambiental, puesto, que según él muchas de estas organizaciones buscan un interés propio, no colectivo, dejando a un lado su fin inicial.
“Hay grupos que trabajan mejor que los ambientales, que son los grupos ecológicos que están constituidos a través de los proyectos ambientales escolares de las instituciones educativas. Trabajan mejor la parte ambiental, porque son jóvenes que están estudiando y no tienen el interés de trabajar por el bien propio”, agregó Escorcia Atencio.
Actualmente, en el Cesar existen 25 Praes (Programa Regional Ambiental del Estado) que están en la lucha de que las instituciones del Estado les presten atención para brindar solución a través de proyectos ambientales.
Andrés Meza Araújo, secretario de Ambiente del Cesar, ratificó que en el departamento existen algunos grupos organizados por una política nacional de educación ambiental de jóvenes, que trabajan en el cuidado de los ríos, sobre todo del Guatapurí. Estas organizaciones, al parecer, han sido formadas académicamente por la Gobernación del Cesar, para que fueran promotores ambientales a nivel departamental.
“Se ha comprobado que estas personas que están en una edad adolescente aún pueden recuperar esa conciencia ambiental que se perdió. Este es un ejercicio de educación ambiental, que se está inculcando desde las escuelas, de las universidades. Son los ejercicios que se requieren para garantizar un desarrollo sostenible y reducir los impactos de nuestras actividades diarias, como el ahorro de agua, de energía y la prevención de generación de residuos sólidos” manifestó el jefe ambiental del departamento.
De otra parte, el defensor ambiental, Tony Muñoz, afirmó “esos grupos aquí no son muy visibles, porque no se han especializado en un tema en la parte ambiental, sino que hacen de todo, a excepción de algunas fundaciones, como el Ecoparque Los Besotes, de Tomás Darío Gutiérrez, mientras que las otras que se han creado por el ‘boom’ o por afán de tener una cosa ambiental, han creado muchas organizaciones, pero su accionar no es visible”.
Agregó “de pronto han hecho una que otra actividad en el municipio, porque se les dé un contrato que no pasa de ahí… no generan un impacto ambiental. Esa es mi percepción”.
Entonces, ¿hay grupos o fundaciones ambientales en el Cesar, o en Valledupar, que generan un impacto por su visibilidad? Según Muñoz, son contadas con los dedos de una mano.
Un grupo distinto
Andrés Meza Araujo aseguró que el departamento cuenta con el movimiento Greys Baena, que nace en la Universidad Popular del Cesar, que en estos momentos se articula con la secretaría de Ambiente, donde se han desarrollado una serie de actividades enmarcadas en la protección de la cuenca del río Guatapurí, principalmente en la cuenca media y baja, donde se han desarrollado algunas jornadas de limpieza, ejercicios de reforestación y otro tipo de acciones en función de la preservación de la cuenca del río Guatapurí.
“Estas personas capacitadas, estas organizaciones sin ningún tipo de interés económico- político, son vitales para la implementación de la política ambiental del departamento, dado que ellos desarrollan actividades sin ser juez ni parte, en función de la protección de nuestros ecosistemas y, por ende, todas las entidades tenemos un grado de responsabilidad de apoyarlos y de ayudarlos en todas las actividades que se programen a lo largo y cada uno de las vigencias” aludió el secretario de ambiente.
Por su parte, Tony Muñoz, coordinador del movimiento de Greys Baena, aseguró que este grupo, de 60 a 70 alumnos del programa de Ingeniería Ambientalha hecho varias actividades como sembrado de guaduas en el río Guatapurí y jornadas de limpieza en la UPC.
“Queremos expandirnos y hacer un proceso totalmente diferente y visualicen impactos que sean de orden local, pero también sean visibles a nivel regional, por ahora, y lo más importante, es salir desde la Universidad, donde pese a que existe un programa de Ingeniería Ambiental no hay una conciencia ambiental integral”, aseguró Muñoz.
Por Merlin Duarte García/El Pilón
[email protected]
Imperceptible parece ser el accionar de movimientos ambientalistas en el Cesar. Expertos piensan que muchos son creados para obtener beneficios propios.
La crítica situación que se percibía en el río Guatapurí en los últimos meses, como consecuencia de la sequía que se prolongó a nivel nacional, parece dispersarse con los fuertes aguaceros registrados en la Sierra Nevada de Santa Marta, donde nace el afluente.
Sin embargo, y pese a que los habitantes de Valledupar y visitantes del balneario Hurtado se lamentaban de la triste realidad que afrontaba este manantial que comenzó a tomar ‘vida’ en aproximadamente dos semanas atrás, la situación con respecto al comportamiento de los bañistas sigue igual: latas, bolsas y toda clase de residuos sólidos fueron dejados a su orilla el fin de semana anterior, sin darse cuenta de la gravedad de dicho accionar.
Aunque en el departamento del Cesar varios grupos o movimientos ambientales han sido creados, parece que ninguno es visible ante sus labores, así como la conciencia y cultura ambientalista de los habitantes de esta ciudad.
Ismael Escorcia Atencio, defensor ambientalista, aseveró que a los grupos ambientales les quita lo ambiental, puesto, que según él muchas de estas organizaciones buscan un interés propio, no colectivo, dejando a un lado su fin inicial.
“Hay grupos que trabajan mejor que los ambientales, que son los grupos ecológicos que están constituidos a través de los proyectos ambientales escolares de las instituciones educativas. Trabajan mejor la parte ambiental, porque son jóvenes que están estudiando y no tienen el interés de trabajar por el bien propio”, agregó Escorcia Atencio.
Actualmente, en el Cesar existen 25 Praes (Programa Regional Ambiental del Estado) que están en la lucha de que las instituciones del Estado les presten atención para brindar solución a través de proyectos ambientales.
Andrés Meza Araújo, secretario de Ambiente del Cesar, ratificó que en el departamento existen algunos grupos organizados por una política nacional de educación ambiental de jóvenes, que trabajan en el cuidado de los ríos, sobre todo del Guatapurí. Estas organizaciones, al parecer, han sido formadas académicamente por la Gobernación del Cesar, para que fueran promotores ambientales a nivel departamental.
“Se ha comprobado que estas personas que están en una edad adolescente aún pueden recuperar esa conciencia ambiental que se perdió. Este es un ejercicio de educación ambiental, que se está inculcando desde las escuelas, de las universidades. Son los ejercicios que se requieren para garantizar un desarrollo sostenible y reducir los impactos de nuestras actividades diarias, como el ahorro de agua, de energía y la prevención de generación de residuos sólidos” manifestó el jefe ambiental del departamento.
De otra parte, el defensor ambiental, Tony Muñoz, afirmó “esos grupos aquí no son muy visibles, porque no se han especializado en un tema en la parte ambiental, sino que hacen de todo, a excepción de algunas fundaciones, como el Ecoparque Los Besotes, de Tomás Darío Gutiérrez, mientras que las otras que se han creado por el ‘boom’ o por afán de tener una cosa ambiental, han creado muchas organizaciones, pero su accionar no es visible”.
Agregó “de pronto han hecho una que otra actividad en el municipio, porque se les dé un contrato que no pasa de ahí… no generan un impacto ambiental. Esa es mi percepción”.
Entonces, ¿hay grupos o fundaciones ambientales en el Cesar, o en Valledupar, que generan un impacto por su visibilidad? Según Muñoz, son contadas con los dedos de una mano.
Un grupo distinto
Andrés Meza Araujo aseguró que el departamento cuenta con el movimiento Greys Baena, que nace en la Universidad Popular del Cesar, que en estos momentos se articula con la secretaría de Ambiente, donde se han desarrollado una serie de actividades enmarcadas en la protección de la cuenca del río Guatapurí, principalmente en la cuenca media y baja, donde se han desarrollado algunas jornadas de limpieza, ejercicios de reforestación y otro tipo de acciones en función de la preservación de la cuenca del río Guatapurí.
“Estas personas capacitadas, estas organizaciones sin ningún tipo de interés económico- político, son vitales para la implementación de la política ambiental del departamento, dado que ellos desarrollan actividades sin ser juez ni parte, en función de la protección de nuestros ecosistemas y, por ende, todas las entidades tenemos un grado de responsabilidad de apoyarlos y de ayudarlos en todas las actividades que se programen a lo largo y cada uno de las vigencias” aludió el secretario de ambiente.
Por su parte, Tony Muñoz, coordinador del movimiento de Greys Baena, aseguró que este grupo, de 60 a 70 alumnos del programa de Ingeniería Ambientalha hecho varias actividades como sembrado de guaduas en el río Guatapurí y jornadas de limpieza en la UPC.
“Queremos expandirnos y hacer un proceso totalmente diferente y visualicen impactos que sean de orden local, pero también sean visibles a nivel regional, por ahora, y lo más importante, es salir desde la Universidad, donde pese a que existe un programa de Ingeniería Ambiental no hay una conciencia ambiental integral”, aseguró Muñoz.
Por Merlin Duarte García/El Pilón
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