Para todos los Gobiernos, es indiscutible que la educación, al ser un pilar fundamental para el desarrollo socioeconómico, requiere siempre de grandes inversiones.
Para todos los Gobiernos, es indiscutible que la educación, al ser un pilar fundamental para el desarrollo socioeconómico, requiere siempre de grandes inversiones. Los esfuerzos de la nación y del departamento del Cesar han estado dirigidos durante décadas a mejorar el panorama escolar, principalmente garantizando que todos los niños y niñas asistan al colegio. Sin embargo, para cerrar las brechas de educación es fundamental que todos los estudiantes también tengan las mismas oportunidades de aprendizaje.
Es necesario que todos los jóvenes, sin importar sus condiciones socioeconómicas iniciales, puedan alcanzar el mismo nivel de conocimiento. Dicho esto, las políticas públicas establecidas requieren de gran atención, pues es de vital importancia que se logre un balance tanto en términos de cobertura como de calidad educativa, si las entidades territoriales, incluido el Cesar, quieren progresar y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
En materia de cobertura, la proporción de niños cesarenses en edad educativa que están asistiendo al colegio, sin importar el grado que están cursando (cobertura bruta), fue superior al 114% en 2017 y se ha mantenido por encima del 110% en los últimos años (gráfica 1). Al hacer el análisis en términos de cobertura neta escolar, los resultados también son positivos. Desde el 2011, la proporción de estudiantes, cuya edad está en el rango adecuado para el grado en el que están matriculados, son superiores al 94%. Ambos indicadores de educación han mejorado año tras año y, en términos relativos, están cercanos a las cifras nacionales.
Si bien el Cesar ha logrado un importante avance en el campo de educación al alcanzar altas tasas de cobertura en formación primaria, media y secundaria; la calidad educativa que ofrecen los colegios del departamento aún está rezagada.
Para medir de forma cuantitativa la calidad del sistema educativo, se analizarán los resultados de los exámenes de la prueba Saber 11, que permite evaluar el desempeño de los estudiantes próximos a graduarse y quienes van a competir por un cupo universitario.
En el Cesar, hasta ahora, sólo un colegio presenta las pruebas saber en el primer semestre del año (Colegio Bilingüe), todos los demás (210) son de Calendario A y presentan dichas pruebas en el segundo semestre. Para el caso del departamento, el promedio del puntaje global (que se mide de 0 a 500 puntos) ha tenido un comportamiento llamativo: el puntaje del Bilingüe ha estado históricamente por encima de la media nacional, mientras que el promedio de todos los otros colegios en el segundo semestre ha estado por debajo del promedio. (gráfica 2).
Las otras 210 instituciones educativas del Cesar, la mayoría pertenecen al sector oficial. De hecho, para el segundo semestre del 2018, el 85% de los alumnos que presentaron la prueba Saber 11 (cerca de 12.000 jóvenes) estaban matriculados en un colegio oficial. Este hecho es relevante, teniendo en cuenta que el puntaje global del departamento depende casi en su totalidad del comportamiento de este sector.
Por lo tanto, las políticas públicas deben focalizar su atención especialmente en mejorar la calidad educativa de los colegios oficiales, pues los puntajes parciales, independientemente de la asignatura, están muy por debajo de los resultados obtenidos por los colegios privados (gráfica 3).
El 51% de los colegios del Cesar tienen clasificación C y D (gráfica 4), las dos inferiores, lo que significa que, más de la mitad de los estudiantes de estos colegios se encuentran en el 33% inferior, en al menos tres de las cinco pruebas.
Sin embargo, es de destacar que, dentro del 16% de los colegios del Cesar que tienen clasificación A+, uno es oficial: el Loperena de Valledupar. Esto se debe a que, para cada una de las asignaturas, cerca del 90% de los estudiantes obtienen un puntaje satisfactorio o avanzado (gráfica 5).
Contrario a lo que ocurre en Cesar y Valledupar, donde cerca de 50% de los alumnos se encuentran en el nivel insuficiente y mínimo de conocimiento en matemáticas y lectura y más del 70% en ciencias sociales y naturales. El Loperena pasó de ser un colegio de categoría superior a muy superior. El avance ha sido tan positivo, que actualmente el puntaje global del Loperena, no solo se asemeja al de los mejores colegios privados y más prestigiosos del departamento (gráfica 6), sino que lo posiciona como uno de los mejores colegios oficiales de Colombia (puesto 40).
Con esto, está claro que el departamento requiere de intervenciones que busquen mejorar la calidad del sistema educativo. La meta es pues, que todos los niños y niñas tengan igualdad de condiciones en términos de aprendizaje y, por ende, que logren alcanzar puntajes altos en todas las asignaturas. Este es el caso del Liceo Campo David de Bogotá, el mejor colegio calendario A de todo el país, con quien vale la pena comparar los resultados locales, dónde casi que todos sus estudiantes obtuvieron resultados avanzados (gráfica 6).
La tasa de tránsito inmediato a la educación superior fue de 35,1% en el departamento para 2017, lo que significa que únicamente la tercera parte de los bachilleres que finalizaron sus estudios de secundaria ingresaron a la universidad el año siguiente y solo el 34,5% de los jóvenes estaban matriculados a un programa de educación superior (gráfica 7).
Si bien esta cobertura ha aumentado para el departamento en los últimos años, aun es inferior respecto a la región Caribe y Colombia, pues se ubica por debajo en casi 10pp y 18pp, respectivamente. Lo anterior implica una cosa: para los jóvenes cesarenses es más difícil ingresar a un mercado laboral competitivo y, por ende, tienen más barreras para salir de la pobreza y mejorar sus condiciones económicas.
Como conclusión diríamos que el éxito del Loperena tiene que ver en buena parte con la mística, calidad y capacitación de su rector y del equipo de profesores de los últimos años. El espíritu de mejorar, de sobresalir, de capacitarse y de tener una programación integral ha influido en tener excelentes resultados. Aún falta mucho, para ser no sólo el mejor colegio oficial del departamento sino el mejor entre los oficiales y privados.
Se requiere mayor y permanente capacitación a los profesores, mejorar las adecuaciones físicas de la sede central, hacerles mantenimiento a las dos sedes alternas, que increíblemente en los últimos 30 años, no han sido reparadas y pasar a jornada única, para lo que hay que construir una sede nueva. Bien podrían haberse invertido en este tipo de infraestructura, parte de los miles de millones que se fueron en mármol y glorietas recientemente. Seguro hubiesen sido más útiles socialmente.
Por Cesore.com / EL PILÓN
Especial para El Pilón
Para todos los Gobiernos, es indiscutible que la educación, al ser un pilar fundamental para el desarrollo socioeconómico, requiere siempre de grandes inversiones.
Para todos los Gobiernos, es indiscutible que la educación, al ser un pilar fundamental para el desarrollo socioeconómico, requiere siempre de grandes inversiones. Los esfuerzos de la nación y del departamento del Cesar han estado dirigidos durante décadas a mejorar el panorama escolar, principalmente garantizando que todos los niños y niñas asistan al colegio. Sin embargo, para cerrar las brechas de educación es fundamental que todos los estudiantes también tengan las mismas oportunidades de aprendizaje.
Es necesario que todos los jóvenes, sin importar sus condiciones socioeconómicas iniciales, puedan alcanzar el mismo nivel de conocimiento. Dicho esto, las políticas públicas establecidas requieren de gran atención, pues es de vital importancia que se logre un balance tanto en términos de cobertura como de calidad educativa, si las entidades territoriales, incluido el Cesar, quieren progresar y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
En materia de cobertura, la proporción de niños cesarenses en edad educativa que están asistiendo al colegio, sin importar el grado que están cursando (cobertura bruta), fue superior al 114% en 2017 y se ha mantenido por encima del 110% en los últimos años (gráfica 1). Al hacer el análisis en términos de cobertura neta escolar, los resultados también son positivos. Desde el 2011, la proporción de estudiantes, cuya edad está en el rango adecuado para el grado en el que están matriculados, son superiores al 94%. Ambos indicadores de educación han mejorado año tras año y, en términos relativos, están cercanos a las cifras nacionales.
Si bien el Cesar ha logrado un importante avance en el campo de educación al alcanzar altas tasas de cobertura en formación primaria, media y secundaria; la calidad educativa que ofrecen los colegios del departamento aún está rezagada.
Para medir de forma cuantitativa la calidad del sistema educativo, se analizarán los resultados de los exámenes de la prueba Saber 11, que permite evaluar el desempeño de los estudiantes próximos a graduarse y quienes van a competir por un cupo universitario.
En el Cesar, hasta ahora, sólo un colegio presenta las pruebas saber en el primer semestre del año (Colegio Bilingüe), todos los demás (210) son de Calendario A y presentan dichas pruebas en el segundo semestre. Para el caso del departamento, el promedio del puntaje global (que se mide de 0 a 500 puntos) ha tenido un comportamiento llamativo: el puntaje del Bilingüe ha estado históricamente por encima de la media nacional, mientras que el promedio de todos los otros colegios en el segundo semestre ha estado por debajo del promedio. (gráfica 2).
Las otras 210 instituciones educativas del Cesar, la mayoría pertenecen al sector oficial. De hecho, para el segundo semestre del 2018, el 85% de los alumnos que presentaron la prueba Saber 11 (cerca de 12.000 jóvenes) estaban matriculados en un colegio oficial. Este hecho es relevante, teniendo en cuenta que el puntaje global del departamento depende casi en su totalidad del comportamiento de este sector.
Por lo tanto, las políticas públicas deben focalizar su atención especialmente en mejorar la calidad educativa de los colegios oficiales, pues los puntajes parciales, independientemente de la asignatura, están muy por debajo de los resultados obtenidos por los colegios privados (gráfica 3).
El 51% de los colegios del Cesar tienen clasificación C y D (gráfica 4), las dos inferiores, lo que significa que, más de la mitad de los estudiantes de estos colegios se encuentran en el 33% inferior, en al menos tres de las cinco pruebas.
Sin embargo, es de destacar que, dentro del 16% de los colegios del Cesar que tienen clasificación A+, uno es oficial: el Loperena de Valledupar. Esto se debe a que, para cada una de las asignaturas, cerca del 90% de los estudiantes obtienen un puntaje satisfactorio o avanzado (gráfica 5).
Contrario a lo que ocurre en Cesar y Valledupar, donde cerca de 50% de los alumnos se encuentran en el nivel insuficiente y mínimo de conocimiento en matemáticas y lectura y más del 70% en ciencias sociales y naturales. El Loperena pasó de ser un colegio de categoría superior a muy superior. El avance ha sido tan positivo, que actualmente el puntaje global del Loperena, no solo se asemeja al de los mejores colegios privados y más prestigiosos del departamento (gráfica 6), sino que lo posiciona como uno de los mejores colegios oficiales de Colombia (puesto 40).
Con esto, está claro que el departamento requiere de intervenciones que busquen mejorar la calidad del sistema educativo. La meta es pues, que todos los niños y niñas tengan igualdad de condiciones en términos de aprendizaje y, por ende, que logren alcanzar puntajes altos en todas las asignaturas. Este es el caso del Liceo Campo David de Bogotá, el mejor colegio calendario A de todo el país, con quien vale la pena comparar los resultados locales, dónde casi que todos sus estudiantes obtuvieron resultados avanzados (gráfica 6).
La tasa de tránsito inmediato a la educación superior fue de 35,1% en el departamento para 2017, lo que significa que únicamente la tercera parte de los bachilleres que finalizaron sus estudios de secundaria ingresaron a la universidad el año siguiente y solo el 34,5% de los jóvenes estaban matriculados a un programa de educación superior (gráfica 7).
Si bien esta cobertura ha aumentado para el departamento en los últimos años, aun es inferior respecto a la región Caribe y Colombia, pues se ubica por debajo en casi 10pp y 18pp, respectivamente. Lo anterior implica una cosa: para los jóvenes cesarenses es más difícil ingresar a un mercado laboral competitivo y, por ende, tienen más barreras para salir de la pobreza y mejorar sus condiciones económicas.
Como conclusión diríamos que el éxito del Loperena tiene que ver en buena parte con la mística, calidad y capacitación de su rector y del equipo de profesores de los últimos años. El espíritu de mejorar, de sobresalir, de capacitarse y de tener una programación integral ha influido en tener excelentes resultados. Aún falta mucho, para ser no sólo el mejor colegio oficial del departamento sino el mejor entre los oficiales y privados.
Se requiere mayor y permanente capacitación a los profesores, mejorar las adecuaciones físicas de la sede central, hacerles mantenimiento a las dos sedes alternas, que increíblemente en los últimos 30 años, no han sido reparadas y pasar a jornada única, para lo que hay que construir una sede nueva. Bien podrían haberse invertido en este tipo de infraestructura, parte de los miles de millones que se fueron en mármol y glorietas recientemente. Seguro hubiesen sido más útiles socialmente.
Por Cesore.com / EL PILÓN
Especial para El Pilón