Desde que Luis Alberto Monsalvo llegó a la Gobernación del Cesar por primera vez en el 2012, la casa Gnecco ha sabido poner una ‘ficha’ política en la Contraloría Departamental del Cesar.
Por Unidad Investigativa EL PILÓN
En el 2012, Luis Alberto Monsalvo Gnecco llegó a la Gobernación del Cesar acompañado de la fuerza política de su familia. En ese momento, los Gnecco se establecieron como la principal fuerza política del departamento con influencias en las 25 alcaldías y la Asamblea del Cesar.
Ese control les ha permitido extender su poder incluso a las entidades de control del nivel departamental, específicamente la cuestionada Contraloría Departamental del Cesar.
En el 2012 fue elegido como contralor departamental del Cesar el fallecido Cesar Gustavo Aguilar, abogado y miembro del partido Liberal. Aguilar era reconocido por su cercanía con los Gnecco y los Muvdi y salió del cargo con polémicas e investigaciones.
Luego ‘aterrizó’ en la Contraloría departamental el abogado César Cerchiaro, primo de la primera dama Cielo Gnecco y exfuncionario de la administración de Monsalvo.
Con una Asamblea influenciada por los Gnecco, en enero de 2016 Cerchiaro fue elegido con unanimidad. Sin inhabilidades legales comprobadas, Cerchiario De la Rosa era tan cercano a los Gnecco que había sido secretario de General de la Gobernación del Cesar y fungió más de 50 veces como gobernador encargado, cuando viajaba el titular Luis Alberto Monsalvo.
Cerchiaro pasó de firmar los contratos de la Gobernación y gerenciar la campaña del entonces gobernador del Cesar, Francisco Ovalle, a ejercer el control fiscal.
Cerchiaro salió del cargo sin ‘gloria’. Al contrario, en el 2019, la Procuraduría General reprochó su actuación como contralor del Cesar cuando era secretario General del departamento por presuntamente haber vulnerado el principio de transparencia y selección objetiva en varios contratos.
Para confirmar su cercanía con los Gnecco, luego de su salida de la Contraloría del departamento del Cesar, Cerchiaro se dedicó a promover al senador José Alfredo Gnecco.
En el año 2020 llegó a la Contraloría Departamental Delwin Jiménez. En dos años, periodo 2020-2021, las críticas se centraron en la cercanía comprobada entre el contralor y el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, sujeto de control fiscal. El excontralor es esposo de una prima hermana del gobernador.
Militante del partido Conservador, Delwin Jiménez habría llegado a la Contraloría promovido por el representante Alfredo Ape Cuello.
“Tener un contralor amigo es garantizar que nadie te va acusar, que nadie va a investigar. Todo mundo pasa de agache. Las auditorías no trascienden a nada. Las contralorías elegidas por los Gnecco es un fuego amigo: nunca pasa nada”, señaló un abogado que ha demandado la elección de varios contralores.
Cabe señalar que la Contraloría es responsable de ejercer el control fiscal sobre entidades ubicadas a lo largo de los 25 municipios que conforman el departamento del Cesar, dentro de las cuales hay alcaldías, personerías, concejos y otras entidades descentralizadas. Dentro de las 8 entidades sobre las que ejerce control en Valledupar están la Asamblea del Cesar y la Gobernación.
En diciembre del 2021, la Asamblea eligió a Juan Villazón Tafur, exalcalde del municipio de Pueblo Bello, como contralor departamental del Cesar, cuestionado por sus cercanías con el gobernador electo Luis Monsalvo Gnecco.
Como se observa en redes sociales, Juan Villazón Tafur es cercano a la casa Gnecco; entre ellos a Luis Alberto Monsalvo Gnecco, y el senador José Alfredo Gnecco.
Incluso, Villazón Tafur expresó su apoyo a Monsalvo Gnecco dentro del proceso que hoy lo tiene apartado de su cargo. El 16 de julio de 2020 publicó una imagen en la que expresó: “Apoyo total a mi gobernador”.
“Tener un contralor amigo afecta la transparencia, no solo en la Gobernación. Los alcaldes tienen acuerdos y afinidad con el gobernador. Entonces si hay una investigación contra el alcalde x, ellos llaman al gobernador y piden que paren eso. ¿Y qué pasa? El contralor debe aceptar, es una cuota”, señaló un excontralor bajo reserva.
Desde que Luis Alberto Monsalvo llegó a la Gobernación del Cesar por primera vez en el 2012, la casa Gnecco ha sabido poner una ‘ficha’ política en la Contraloría Departamental del Cesar.
Por Unidad Investigativa EL PILÓN
En el 2012, Luis Alberto Monsalvo Gnecco llegó a la Gobernación del Cesar acompañado de la fuerza política de su familia. En ese momento, los Gnecco se establecieron como la principal fuerza política del departamento con influencias en las 25 alcaldías y la Asamblea del Cesar.
Ese control les ha permitido extender su poder incluso a las entidades de control del nivel departamental, específicamente la cuestionada Contraloría Departamental del Cesar.
En el 2012 fue elegido como contralor departamental del Cesar el fallecido Cesar Gustavo Aguilar, abogado y miembro del partido Liberal. Aguilar era reconocido por su cercanía con los Gnecco y los Muvdi y salió del cargo con polémicas e investigaciones.
Luego ‘aterrizó’ en la Contraloría departamental el abogado César Cerchiaro, primo de la primera dama Cielo Gnecco y exfuncionario de la administración de Monsalvo.
Con una Asamblea influenciada por los Gnecco, en enero de 2016 Cerchiaro fue elegido con unanimidad. Sin inhabilidades legales comprobadas, Cerchiario De la Rosa era tan cercano a los Gnecco que había sido secretario de General de la Gobernación del Cesar y fungió más de 50 veces como gobernador encargado, cuando viajaba el titular Luis Alberto Monsalvo.
Cerchiaro pasó de firmar los contratos de la Gobernación y gerenciar la campaña del entonces gobernador del Cesar, Francisco Ovalle, a ejercer el control fiscal.
Cerchiaro salió del cargo sin ‘gloria’. Al contrario, en el 2019, la Procuraduría General reprochó su actuación como contralor del Cesar cuando era secretario General del departamento por presuntamente haber vulnerado el principio de transparencia y selección objetiva en varios contratos.
Para confirmar su cercanía con los Gnecco, luego de su salida de la Contraloría del departamento del Cesar, Cerchiaro se dedicó a promover al senador José Alfredo Gnecco.
En el año 2020 llegó a la Contraloría Departamental Delwin Jiménez. En dos años, periodo 2020-2021, las críticas se centraron en la cercanía comprobada entre el contralor y el gobernador del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, sujeto de control fiscal. El excontralor es esposo de una prima hermana del gobernador.
Militante del partido Conservador, Delwin Jiménez habría llegado a la Contraloría promovido por el representante Alfredo Ape Cuello.
“Tener un contralor amigo es garantizar que nadie te va acusar, que nadie va a investigar. Todo mundo pasa de agache. Las auditorías no trascienden a nada. Las contralorías elegidas por los Gnecco es un fuego amigo: nunca pasa nada”, señaló un abogado que ha demandado la elección de varios contralores.
Cabe señalar que la Contraloría es responsable de ejercer el control fiscal sobre entidades ubicadas a lo largo de los 25 municipios que conforman el departamento del Cesar, dentro de las cuales hay alcaldías, personerías, concejos y otras entidades descentralizadas. Dentro de las 8 entidades sobre las que ejerce control en Valledupar están la Asamblea del Cesar y la Gobernación.
En diciembre del 2021, la Asamblea eligió a Juan Villazón Tafur, exalcalde del municipio de Pueblo Bello, como contralor departamental del Cesar, cuestionado por sus cercanías con el gobernador electo Luis Monsalvo Gnecco.
Como se observa en redes sociales, Juan Villazón Tafur es cercano a la casa Gnecco; entre ellos a Luis Alberto Monsalvo Gnecco, y el senador José Alfredo Gnecco.
Incluso, Villazón Tafur expresó su apoyo a Monsalvo Gnecco dentro del proceso que hoy lo tiene apartado de su cargo. El 16 de julio de 2020 publicó una imagen en la que expresó: “Apoyo total a mi gobernador”.
“Tener un contralor amigo afecta la transparencia, no solo en la Gobernación. Los alcaldes tienen acuerdos y afinidad con el gobernador. Entonces si hay una investigación contra el alcalde x, ellos llaman al gobernador y piden que paren eso. ¿Y qué pasa? El contralor debe aceptar, es una cuota”, señaló un excontralor bajo reserva.