Antes de comenzar este escrito hacemos esta reflexión: “Aspiramos que estas sencillas palabras de nuestras columnas ayuden a hacer un alto en el camino para que podamos armonizar y respetar el medio ambiente o la naturaleza”. Imposible escribir sobre esto que llamamos basura sin tener en cuenta donde se le da “cristiana sepultura” a lo […]
Antes de comenzar este escrito hacemos esta reflexión: “Aspiramos que estas sencillas palabras de nuestras columnas ayuden a hacer un alto en el camino para que podamos armonizar y respetar el medio ambiente o la naturaleza”.
Imposible escribir sobre esto que llamamos basura sin tener en cuenta donde se le da “cristiana sepultura” a lo que llamamos desechos o residuos urbanos, y que si los reutilizamos, reciclamos, refabricamos, recuperamos y reparamos, así aplicaríamos el concepto de economía circular que nada es basura.
Para el caso concreto de Valledupar tenemos un relleno sanitario, ubicado en el corregimiento de Los Corazones. Allí le dan manejo a los llamados residuos, los cuales son recolectados o están a cargo de la empresa Aseo del Norte- Interaseo; esta actividad está a cargo de esta empresa desde hace aproximada 20 años; es de anotar que esta solo le retribuye a la empresa Emdupar aproximadamente veinte millones de pesos mensuales, a través de un convenio, por ser Emdupar la propietaria de los terrenos donde se procesan las mal llamadas basuras.
El susodicho relleno trata las llamadas basuras por el sistema de trincheras, el cual consiste en realizar excavaciones de celdas para ser rellenadas de forma ordenada a niveles de tres metros que luego se compactan y sobre ellas se deposita un material estéril que alcance una altura entre 15 y 30 centímetros, para evitar los efectos nocivos de dispersión o malos olores, y a la vez propiciar la descomposición microbiana de los desperdicios; luego el relleno se cubre con una capa de 50 cm de tierra sobre el cual se pueda desarrollar vegetación: también hace parte de este proceso, el manejo de los lixiviados, los cuales tienen un tratamiento especial, aquí son conducidos hacia unas piscinas a través de unas bombas.
Es de resaltar que estos fluidos son generados por la deshidratación de los residuos orgánicos, con el tratamiento que les dan buscan que se evaporen, anotando que este no es el método recomendado ya que no reduce el impacto ambiental.
Al ingresar al relleno sanitario se percibe un olor desagradable el cual es producido por la presencia de ácido sulfhídrico. Es necesario conocer también que en este proceso que aplican aquí es inevitable la producción de gas metano (CH4), debido a la descomposición de los residuos orgánicos, pero también hay presencia de dióxido de carbono (CO2), o sea, el gas de efecto invernadero.
Debemos conocer que el efecto invernadero producido por un kilogramo de gas metano es 21 veces más fuerte que el ocasionado por un kilogramo de CO2. En el relleno hay instalados o enterrados unos tubos de 2 pulgadas en forma de chimeneas que sirven para permitir la salida del metano y este gas no es ni quemado ni utilizado como fuente de energía. Con todo lo anotado pueden ustedes sacar conclusiones de que la operatividad de este proceso es bastante lesiva para el ambiente.
Abordando el caso colombiano, el problema de tratamiento de basuras se enmarca en enredos de fin de vida útil de los rellenos y esto trae muchos inconvenientes, tal como está pasando en Bogotá y Bucaramanga, por mencionar algunos. En estos impasses están inmersos municipios de departamentos de la costa Caribe que vale la pena mencionar a algunos: Bosconia, El Paso, Chiriguaná, en el Cesar; Riohacha y Maicao, en La Guajira.
Es preocupante que en Colombia, de los 1.102 municipios, una gran proporción de estos arrojan sus basuras a botaderos a cielo abierto y a cuerpos de agua, y otros las entierran y algunos las queman, prácticas inveteradas que nos llevan a una fuerte contaminación ambiental y obviamente a problemas de salud médica.
Para finalizar debemos manifestar que ya existen estudios y aplicaciones que demuestran que los rellenos sanitarios ya no son una buena solución, sobre todo, por lo del cambio climático y el decrecimiento de la producción de petróleo.
Existen tecnologías que producen energías alternativas aprovechando las basuras (biomasa). Como combustible del futuro que está compuesta de los desechos comunes (llantas, plásticos, madera, aceite usado de automotores, papel, productos textiles, entre otros), entiéndase que biomasa es todo producto orgánico renovable tanto animal como vegetal. Con esta técnica se busca evitar la contaminación que producen los mal llamados rellenos sanitarios.
Antes de comenzar este escrito hacemos esta reflexión: “Aspiramos que estas sencillas palabras de nuestras columnas ayuden a hacer un alto en el camino para que podamos armonizar y respetar el medio ambiente o la naturaleza”. Imposible escribir sobre esto que llamamos basura sin tener en cuenta donde se le da “cristiana sepultura” a lo […]
Antes de comenzar este escrito hacemos esta reflexión: “Aspiramos que estas sencillas palabras de nuestras columnas ayuden a hacer un alto en el camino para que podamos armonizar y respetar el medio ambiente o la naturaleza”.
Imposible escribir sobre esto que llamamos basura sin tener en cuenta donde se le da “cristiana sepultura” a lo que llamamos desechos o residuos urbanos, y que si los reutilizamos, reciclamos, refabricamos, recuperamos y reparamos, así aplicaríamos el concepto de economía circular que nada es basura.
Para el caso concreto de Valledupar tenemos un relleno sanitario, ubicado en el corregimiento de Los Corazones. Allí le dan manejo a los llamados residuos, los cuales son recolectados o están a cargo de la empresa Aseo del Norte- Interaseo; esta actividad está a cargo de esta empresa desde hace aproximada 20 años; es de anotar que esta solo le retribuye a la empresa Emdupar aproximadamente veinte millones de pesos mensuales, a través de un convenio, por ser Emdupar la propietaria de los terrenos donde se procesan las mal llamadas basuras.
El susodicho relleno trata las llamadas basuras por el sistema de trincheras, el cual consiste en realizar excavaciones de celdas para ser rellenadas de forma ordenada a niveles de tres metros que luego se compactan y sobre ellas se deposita un material estéril que alcance una altura entre 15 y 30 centímetros, para evitar los efectos nocivos de dispersión o malos olores, y a la vez propiciar la descomposición microbiana de los desperdicios; luego el relleno se cubre con una capa de 50 cm de tierra sobre el cual se pueda desarrollar vegetación: también hace parte de este proceso, el manejo de los lixiviados, los cuales tienen un tratamiento especial, aquí son conducidos hacia unas piscinas a través de unas bombas.
Es de resaltar que estos fluidos son generados por la deshidratación de los residuos orgánicos, con el tratamiento que les dan buscan que se evaporen, anotando que este no es el método recomendado ya que no reduce el impacto ambiental.
Al ingresar al relleno sanitario se percibe un olor desagradable el cual es producido por la presencia de ácido sulfhídrico. Es necesario conocer también que en este proceso que aplican aquí es inevitable la producción de gas metano (CH4), debido a la descomposición de los residuos orgánicos, pero también hay presencia de dióxido de carbono (CO2), o sea, el gas de efecto invernadero.
Debemos conocer que el efecto invernadero producido por un kilogramo de gas metano es 21 veces más fuerte que el ocasionado por un kilogramo de CO2. En el relleno hay instalados o enterrados unos tubos de 2 pulgadas en forma de chimeneas que sirven para permitir la salida del metano y este gas no es ni quemado ni utilizado como fuente de energía. Con todo lo anotado pueden ustedes sacar conclusiones de que la operatividad de este proceso es bastante lesiva para el ambiente.
Abordando el caso colombiano, el problema de tratamiento de basuras se enmarca en enredos de fin de vida útil de los rellenos y esto trae muchos inconvenientes, tal como está pasando en Bogotá y Bucaramanga, por mencionar algunos. En estos impasses están inmersos municipios de departamentos de la costa Caribe que vale la pena mencionar a algunos: Bosconia, El Paso, Chiriguaná, en el Cesar; Riohacha y Maicao, en La Guajira.
Es preocupante que en Colombia, de los 1.102 municipios, una gran proporción de estos arrojan sus basuras a botaderos a cielo abierto y a cuerpos de agua, y otros las entierran y algunos las queman, prácticas inveteradas que nos llevan a una fuerte contaminación ambiental y obviamente a problemas de salud médica.
Para finalizar debemos manifestar que ya existen estudios y aplicaciones que demuestran que los rellenos sanitarios ya no son una buena solución, sobre todo, por lo del cambio climático y el decrecimiento de la producción de petróleo.
Existen tecnologías que producen energías alternativas aprovechando las basuras (biomasa). Como combustible del futuro que está compuesta de los desechos comunes (llantas, plásticos, madera, aceite usado de automotores, papel, productos textiles, entre otros), entiéndase que biomasa es todo producto orgánico renovable tanto animal como vegetal. Con esta técnica se busca evitar la contaminación que producen los mal llamados rellenos sanitarios.