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Leer es nuestro cuento - 13 agosto, 2019

La hija del pescador

En las afuera de la ciudad vivía una niña quien quería estudiar con el esfuerzo de sus padres, su madre una lavandera y su padre un humilde pescador.

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Maroly Fune Rodríguez

En las afuera de la ciudad vivía una niña quien quería estudiar con el esfuerzo de sus padres, su madre una lavandera y su padre un humilde pescador.

Ellos querían lo mejor para su hija, querían que su pequeña saliera adelante y tuviera un título que admira, la niña de 13 años veía el esfuerzo de sus padres los cuales soñaban que ella saliera adelante.

Ella valoraba el esfuerzo de sus padres, era una buena estudiante, el coordinador admirado del desempeño de la niña llamó a sus padres y los elogio.

Pasaron algunos días, como de costumbre ella se preparaba para la escuela, eran las 08:10 am, ella cumplía con sus labores escolares.

El coordinador llamó a la maestra:

-El padre de la pequeña ha muerto. Y debemos decirle que su padre falleció

La maestra sumida en la tristeza la llamó y le contó todo lo que pasaba, la pequeña rompió en llanto, el coordinador se inclinó y le dio un triste abrazo, en ese instante llega la madre y se abrazaron muy fuerte.

Al día siguiente se preparan para despedir a ese padre ejemplar.

De vuelta a casa la madre le ha dicho al coordinador: – La niña va a dejar la escuela.

– ¿cómo puede ser posible?

Ha respondido el coordinador… Ella es nuestra mejore estudiante

– no tengo los recursos suficientes para qué mi hija continúe sus estudios, su padre era el que me ayudaba con sus gastos escolares,

-Ha expresado su madre.

La madre llama a la pequeña y le dio a conocer todo lo que pasaría, la niña después de algunas semanas fue a la escuela a despedirse de su maestra y de sus compañeros.

Al pasar nueve años la niña se ha convertido en toda una dama, y  decide regresar a el pueblo en donde estaba sepultado su padre, y va a aquella escuelita en donde sus sueños empezaban a florecer antes de que su padre muriera, en ese instante sale aquella que un día fue su maestra, la joven se acercó, la maestra de inmediato la reconoció y la abrazo vigorosamente.

-¿Esta es la pequeña que un día fue mi soñadora?, dijo la maestra.

-Si, esta misma maestra, esa que un día fantaseó ser profesional y ser el orgullo de sus padres, y que desafortunadamente la vida le arrancó un motor de fuerzas, pero hoy está aquí porque le quedo uno y fue su mayor motor.

La maestra la abrazo diciendo _tu padre estaría tan orgulloso de ti, asimismo como lo está tu madre.

_ Si así es maestra, mi madre está orgullosa de mí, hoy en día tengo un título que admirar, soy psicóloga, tengo una casa enorme en donde vivo con mi madre.

Saber que la hija del pescador tiene un título que admirar da orgullo, porque a pesar de esas adversidades que atentaron contra ti hoy estás aquí dando lo mejor de ella.

_ Si maestra con orgullo expreso que soy la hija del pescador.

Autora: Maroly Sofía Fune Rodríguez – Colegio Oswaldo Quintana

Leer es nuestro cuento
13 agosto, 2019

La hija del pescador

En las afuera de la ciudad vivía una niña quien quería estudiar con el esfuerzo de sus padres, su madre una lavandera y su padre un humilde pescador.


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Maroly Fune Rodríguez

En las afuera de la ciudad vivía una niña quien quería estudiar con el esfuerzo de sus padres, su madre una lavandera y su padre un humilde pescador.

Ellos querían lo mejor para su hija, querían que su pequeña saliera adelante y tuviera un título que admira, la niña de 13 años veía el esfuerzo de sus padres los cuales soñaban que ella saliera adelante.

Ella valoraba el esfuerzo de sus padres, era una buena estudiante, el coordinador admirado del desempeño de la niña llamó a sus padres y los elogio.

Pasaron algunos días, como de costumbre ella se preparaba para la escuela, eran las 08:10 am, ella cumplía con sus labores escolares.

El coordinador llamó a la maestra:

-El padre de la pequeña ha muerto. Y debemos decirle que su padre falleció

La maestra sumida en la tristeza la llamó y le contó todo lo que pasaba, la pequeña rompió en llanto, el coordinador se inclinó y le dio un triste abrazo, en ese instante llega la madre y se abrazaron muy fuerte.

Al día siguiente se preparan para despedir a ese padre ejemplar.

De vuelta a casa la madre le ha dicho al coordinador: – La niña va a dejar la escuela.

– ¿cómo puede ser posible?

Ha respondido el coordinador… Ella es nuestra mejore estudiante

– no tengo los recursos suficientes para qué mi hija continúe sus estudios, su padre era el que me ayudaba con sus gastos escolares,

-Ha expresado su madre.

La madre llama a la pequeña y le dio a conocer todo lo que pasaría, la niña después de algunas semanas fue a la escuela a despedirse de su maestra y de sus compañeros.

Al pasar nueve años la niña se ha convertido en toda una dama, y  decide regresar a el pueblo en donde estaba sepultado su padre, y va a aquella escuelita en donde sus sueños empezaban a florecer antes de que su padre muriera, en ese instante sale aquella que un día fue su maestra, la joven se acercó, la maestra de inmediato la reconoció y la abrazo vigorosamente.

-¿Esta es la pequeña que un día fue mi soñadora?, dijo la maestra.

-Si, esta misma maestra, esa que un día fantaseó ser profesional y ser el orgullo de sus padres, y que desafortunadamente la vida le arrancó un motor de fuerzas, pero hoy está aquí porque le quedo uno y fue su mayor motor.

La maestra la abrazo diciendo _tu padre estaría tan orgulloso de ti, asimismo como lo está tu madre.

_ Si así es maestra, mi madre está orgullosa de mí, hoy en día tengo un título que admirar, soy psicóloga, tengo una casa enorme en donde vivo con mi madre.

Saber que la hija del pescador tiene un título que admirar da orgullo, porque a pesar de esas adversidades que atentaron contra ti hoy estás aquí dando lo mejor de ella.

_ Si maestra con orgullo expreso que soy la hija del pescador.

Autora: Maroly Sofía Fune Rodríguez – Colegio Oswaldo Quintana